Observó a Aleksander que se encontraba acostado en la camilla, ha pasado una semana desde que lo he salvado. Tanto a él como a mí hijo. Aleksander ha estado inconsciente desde entonces, los doctores no se explican cómo aún sigue con vida si las heridas que le hicieron fueron muy graves. Tiene hematomas, cortes profundos y quemaduras terribles, mi corazón se oprime del enojo, tristeza y cualquier otro sentimiento desagradable. Por suerte ese imbécil ya se encuentra diez metros bajo tierra.
Giró mi rostro para ver a Félix acostado en el amplio sofá. No me he querido separar de él, ni él de mí. Me he tomado el tiempo de explicarle algunas cosas sin tratar de enloquecerlo por tanta información, Félix es muy pequeño y ha pasado por situaciones muy traumáticas para su edad. Por ello me encargue de platicarle lo esencial, que tenía hermanos y que pronto los veríamos, pero antes tendremos que esperar a que Aleksander se recupere para ir con ellos. Con ello prometió no hacer más preguntas y esperar hasta ir a nuestro hogar.
—Mami, ¿puedo ir con Yoshi por un jugo?— me pregunta Félix. Yoshi es la abreviación de Yoshida, Félix se lo ha puesto con su permiso y le ha encantado.
—Esta bien cielo, puedes traerme una botella con agua— pedí
Él asintió, bajó del sofá y fue a la puerta donde Yoshida aguardaba desde afuera, le hice una señal para que lo acompañará y sin más cerró la puerta dejándome a solas con Aleksander
Tomé su mano algo fría entre las mías, la llevó a la altura de mi boda y depósito un beso en el dorso de esta. No veo la hora de que despierte. Quiero que volvamos a casa pronto, quiero que estemos los cinco juntos.
Admiro el rostro de mi amado Alemán, su piel está más pálida de lo normal, el corte que tenía en su ceja ya le está cicatrizando
—Despierta pronto mi amor— murmuré para luego dejar un beso en su frente. Tomé sus manos y las acaricie mientras lo veía
—Felix tiene mucha curiosidad por ti, dice que te gustaría conocerte pronto y así volver a casa juntos para conocer a Bastián y a Ashton. Los gemelos te extrañan… quieren verte, así que debes despertar. Por nuestros hijos. Por mí…
Tragó saliva cuando las lágrimas amenazan con salir, alce su mano y acaricie mi rostro en ellas. Cerré mis ojos e imaginé que Aleksander ya estaba despierto y que era él quién me daba esa tierna caricia
—Te amo— murmuré permitiendo que las lágrimas empapen mis mejillas, me inclino y apoyo mi cabeza en su pecho con mucho cuidado, justo donde sabía que no estaba tan lastimado. Cerré mis ojos e intenté relajarme con su cercanía.
—Sabes, anoche tuve un sueño que podría alegrarte. Soñé que estaba embarazada, tenía una panza enorme donde estaría nuestro futuro hijo. Soñé que sería un varón así que imagino que no te alegraras del todo porque puede que quieras una niña… varón o hembra se que lo amarás tanto como yo, así que si quieres que ese sueño se haga realidad debes despertar pronto, también recuperate y luego seremos felices.
—Se mi esposa— una inaudible voz hace que me separé rápidamente del pecho de Aleksander. Mis ojos de abren con sorpresa e inmediatamente se nublan al ver el precioso color avellana de un par de ojos que no me cansaría de ver nunca
—Aleksander— murmuré con la voz ronca
—Agua— murmuró con la voz seca. Asentí y rápidamente serví un poco de agua que se encontraba en una jarra de una mesita cercana, regresé a Aleksander y lo ayudé a que bebiera un poco de agua.
Cuando ya ha bebido lo necesario, da un leve suspiró, aprovecho para dejar el vaso de vuelta en su sitio y regresó a la camilla, me siento en el borde mientras veo al hombre que hace un minuto de encontraba inconsciente
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Catania
LosoweCatania Mebarak se muda a Los Ángeles con su mejor amiga Eliana; para así olvidar los malos ratos de su vida e iniciar una nueva. Lo que ella no sabe es que allí conocerá a Aleksander Aliev, un mafioso Alemán y el posible amor para su vida. Acompaña...