• Treinta y siete •

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Al llegar a casa, veo a Eliana y a Celeste jugar a ajedrez en la sala. Ambas se veían tan concentradas en su juego pero se vieron interrumpidos por los gemelos.

Ashton corrió hasta los brazos de Celeste mientras Bastián se acercaba a Eliana. Las mencionadas no dudaron en aceptarlos con los brazos abiertos.

—Veo que han comprado zapatos nuevos— dice mi amiga al ver los nuevos zapatos de los gemelos

—Apoco no están preciosos— dice Bastián, al tiempo los gemelos dan medía vuelta para lucir los zapatos.

—Si, están muy bonitos— murmura Celeste con una sonrisa

Los dejó ahí para caminar en dirección a la cocina, me apetecia comer la tarta de frambuesas que el chef preparó está mañana.

—Mi señora le apetece comer algo?— pregunta amablemente el chef

—Quiero un trozo de tarta de frambuesas con un vaso de leche, por favor— pedí al sentarme en el taburete de la barra

—En un momento lo sirvo para usted, mi señora.

Hago un leve asentimiento, saco mi teléfono de mi bolso para hacer una llamada y salir de dudas con mis tarjetas.

Busco aquél número el cuál podría confirmarme mis sospechas y tan solo un par de timbres después él atiende.

—¡Catania!, ¡Hola!— Saluda alegremente Jorge, él sería quién me diera la información que necesito.

—Hola Jorge, ¿Cómo estás?— saludé amablemente

—Muy bien señorita Mebarak, ¿Y usted cómo está?

—Muy bien, gracias por preguntar.... Jorge, creo que sabes porque te llamó.

—Para ser sincero no tengo idea del porqué. ¿Sucede algo?— pregunta, y en su voz noté la confusión.

—Verás... hoy e ido de compras y todas las tarjetas de la familia me han salido rechazadas— comenté

—¿Rechazadas?— dijo con clara confusión

—Si. Por favor, podrías confirmar mis sospechas— pedí

—Claro, dame un momento para ver qué es lo que sucede— accedió.

—Te lo agradezco mucho, espero pronto tu llamada.

Colgué inmediatamente cuando el trozo de tarta se encontraba frente a mí junto con un vaso de leche, agradezco al chef y procedo a comer el aperitivo.

El dulce sabor invaden mis papilas gustativas haciéndome gemir por el maravilloso sabor.

—Señor, sirvo algo para usted— la pregunta del chef hace que alcé la mirada, luego giré mi rostro para ver a Aleksander acercarse a mí y sentarse a mi lado

—Retírate— ordenó.

El chef hizo una leve reverencia y luego se marchó dejándonos solos. Con ayuda del cubierto tomé otro trozo de tarta y lo lleve a mi boca para luego ver nuevamente al hombre que amo.

—¿Pasa algo?— pregunté con el ceño fruncido al ver que me observaba con espera de algo

—Cómo es eso de que tus tarjetas salen rechazadas— preguntó de brazos cruzados

—No es algo de lo que debas preocuparte, ya me ocupé de eso— respondí. Tomé el vaso con leche y bebí un poco de el

—Eres mi mujer, claro que me preocuparé por cualquier cosa que te afecte.

Di un leve suspiró antes de llevar otro trozo de tarta a mi boca, me tomé mi tiempo de masticar y tragar, por último bebí un sorbo de leche para ver a mí hombre.

CataniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora