Hago un puchero al ver el rostro pálido de mi esposo. Las náuseas se han vuelto más constantes para él, es una etapa algo compleja y totalmente nueva para él.
Se acerca a la cama a pasos lentos y perezosos, gatea sobre está hasta acercarse a mí, su cabeza queda apoyada en la curva de cuello y sus manos sobre mí abultado vientre
—Será posible que puedas tener un embarazo doble una vez más?, sería fantástico tener dos preciosas niñas idénticas a ti— murmura, sonreí leve
—El doctor dijo que las posibilidades eran muy bajas, sin embargo, eso no quita que pueda volver a suceder.
Lo escucho suspirar
—Sabes, me alivia que sea yo quién esté sintiendo los síntomas del embarazo, me volvería loco el no saber cómo ayudarte si fueras tú quién los tuviera.
Sonrió
—No voy a negarlo, disfruto que seas tú quien los tenga y no yo— me sincere, él soltó una risa nasal, dejó un beso en mi cuello antes de alejarse
—Vamos a desayunar, quiero saber el sexo de nuestro hijo lo más pronto posible.
Sonrió divertida ante su repentino entusiasmo, estiró mi mano para tocar su rostro, el sonríe y apoya su mejilla en mi mano, cierra sus ojos disfrutando de mis caricias.
—¿No te huele a huevos con atún?— pregunta de repente abriendo sus ojos, frunzo el ceño, inhaló levemente pero ningún aroma llega
—No me huele a nada cariño
—Me apetece ahora. Vamos a ducharnos muero de hambre
Niego divertida, con mucho cuidado el me ayuda a ponerme de pie, nos desnudamos para luego ir al baño y ducharnos juntos. Al estar listo nos dirigimos a la cocina, usando el ascensor que ha mandado a hacer para mí. Hace unas semanas me torcí el tobillo mientras bajaba las escaleras, por suerte me sostuve del barandal a tiempo sino las cosas habrían sido peor. Aleksander casi se vuelve loco por ello e inmediatamente ordenó hacer un ascensor para mí dentro de casa.
Al llegar a la cocina, veo a mis pequeños sentados en la barra comiendo sándwich con chocomilk, imagino que la empleada se ha encargado de atenderlos en nuestra ausencia.
Me acerco para besar las mejillas de cada uno antes de sentarme en la barra, Aleksander los saluda desordenando sus cabellos antes de dirigirse al refrigerador para sacar un par de huevos y una lata de atún para preparar su antojo
—¿Que deseas desayunar, mi diosa?— me pregunta, lo pienso un poco antes de responder
—Sándwich de jamón y queso, tostadas con cubierta de guacamoles y huevos cocidos, y jugo de naranja por favor.
El tomó nota mental para luego ponerse manos a la obra. Veo de reojo a Ashton que termina de comer y se acerca a mí
—Buenos días a mi hermano o hermana— dice al poner su manito en mi vientre
—Ashton, será una niña— le dice Félix
—Cielo, aún no sabemos si será una niña
—Mis hermanos, papá y yo sabemos que será una niña— asegurá
—¿Han visto el sobre sin mí?— preguntó en un murmullo, mis ojos se cristalizan por la idea de que ellos sepan el sexo de mi bebé y yo no
—Papi, mami va a llorar— informa Félix, mi labio tiembla y las ganas de llorar me invaden. En cuestión de segundos mi marido está frente a mí
—Mami, no hemos visto el papel, solo creemos que será una niña— explica Bastian, pero ya es tarde y las lágrimas caen
—Mi amor— murmura Aleksander limpiando las lágrimas que empapaban mis mejillas
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Catania
RandomCatania Mebarak se muda a Los Ángeles con su mejor amiga Eliana; para así olvidar los malos ratos de su vida e iniciar una nueva. Lo que ella no sabe es que allí conocerá a Aleksander Aliev, un mafioso Alemán y el posible amor para su vida. Acompaña...