• Once •

1.6K 100 11
                                    

-Mi diosa, te suplico y me des el privilegio de ser tu novio.

Parpadeó perpleja ante lo dicho. Me toma unos minutos asimilar las palabras que acaba de pronunciar. ¿Me está suplicando que sea su novia?, Creo que estuche mal. Por favor, ¡Él es un mafioso! un hombre como él quien le suplicaba alguien como yo?

Odió está parte de mi cuando me vuelvo insegura. Sé que soy inteligente, hermosa y lo mejor que le podría pasar a alguien. Pero aún así, siempre tengo un poco de inquietud. Y si tal vez soy un juego para él?, Y si luego de que se aburra de mi me bota?, Y si...

-Catania- llamó él haciendo que me sobresalte. No me había dado cuenta que me sumergí en mis pensamientos

-Estoy insegura- murmuré

-¿Por qué?, Nunca te he dado motivos para que lo estés.

-No tiene nada que ver contigo. Soy yo, no he tenido una buena experiencia en las relaciones sentimentales. Siempre hay alguien más, hijos de por medio o incluso solo buscan destruirte.

-Catania, te aseguro que no tengo una relación sentimental con alguien más, ni mucho menos hijos. Me cuido demasiado en ese ámbito porque primero quiero terminar con el mal que me acecha para poder darle una vida llena de paz y tranquilidad a nuestros futuros hijos.

-Hablas como si quisieras tener hijos conmigo...

-Se que es apresurado, pero ya he planeado lo que será el resto de mi vida contigo. Te daré todo de mi, pero necesito que tú también me des todo de ti. quiero que confíes en mí, que vayas a mí en cualquier momento. Que sea la única persona a la cual le confiarías hasta tus más oscuros secretos. Y pervertidos también- añadió coqueto.

No pude evitar sonreír. De verdad que Alek es un hombre maravilloso. Demasiado para mi propio bien.

¡Deja de minimizarte!.

me gritó mi conciencia

-Te puedo asegurar que todo lo que sientes por mí lo siento igual o incluso más por ti. Pero quiero que me comprendas. Aún no me siento preparada para decirte algunas cosas sobre mi vida. Te quiero y eso no cambiará por un buen tiempo. Pero quiero hacer esto bien, no mereces que tenga secretos contigo.

-Acepta ser mi novia. No te presionaré en contarme tus secretos porque yo también tengo los míos. Y aunque prontamente no lo diremos al otro sino hasta que estemos listos, deseo que tengamos una relación formal. Con el tiempo, cuando creamos que sea el momento, nos sentaremos y hablaremos. ¿Te parece bien?

¿Podría este hombre ser más maravilloso?

Asentí tímida. Él se acercó a mí, tomó mi mentón y unió nuestros labios en un suave y tierno beso.

-Te quiero, mi Diosa- murmuró

-Te quiero más, mi sexy hombre.

Me dió un corto beso antes de volver a su asiento. Ahora caigo en cuenta que no está manejando. ¿En qué momento se estacionó?, Me asomó para ver a través de la ventana y veo la despampanante casa de mi hombre.

-Me estacioné un momento antes de correrme en tu boca- comentó. Volteé a verlo avergonzada

-¿Ahora te avergüenzas? Por Dios, mujer. Te corriste dos veces en mi mano porque eres una sexy calenturienta que no puede esperar a llegar a casa para follarte como es. Me pajeaste mientras conducía y que te tragaste mi semen lo hace aún más excitante. Nunca me sentí tan dominado por una mujer como lo estoy contigo, mi diosa...- confesó tomándome por sorpresa.

-Debo admitir que tengo cierto encanto- respondí burlona. Él rió y me dio un corto beso antes de estirar su mano a los asientos traseros en busca de mi ropa.

CataniaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora