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Un terrible desastre se armó en Mansión Paraíso cuando Shang QingHua y CangSe SanRen entraron prácticamente de la nada. Yin Yu fue el primero que los vio, pero antes de que pudiera decir nada, el señor de pico dijo:

—¿Dónde está Dawang?

—Sigue en la habitación —dijo Yin Yu—. Pero espere...

Shang QingHua salió corriendo y entró de golpe a la habitación, viendo a Hua Cheng inclinado sobre Mobei-Jun, con una pequeña daga en la mano, cuya punta estaba clavada en su propio brazo. Una sangre oscura caía de la herida, cayendo directamente en la boca entreabierta de Mobei-Jun. Yin Yu sacó a Shang QingHua de la habitación antes de que el fantasma se diera cuenta de lo que había pasado y dijo en voz baja:

—El estado del señor Mobei empeoró bastante mientras no estuvo. La sangre fantasmal es curativa para los demonios, así que Chengzu le ha estado dando un poco de su sangre todos los días pero, ya sabe, no es una panacea. Necesita un antídoto.

—Lo tengo —dijo Shang QingHua—. Y también tengo información importante.

Yin Yu le sonrió con gratitud, y cuando Hua Cheng salió del cuarto, Shang QingHua entró volando y sacó un pequeño frasco, que le hizo tomar a su esposo. Finalmente, como si el estrés de todo lo que había sucedido se hubiera apoderado de su cuerpo, Shang QingHua se tiró en la cama al lado de su esposo y se quedó dormido.

*****

Cuando despertó, se encontró con Mobei-Jun de pie, totalmente recuperado. El demonio de hielo volteó a verlo con su característica frialdad y preguntó:

—¿Mi tío?

—Vivo —dijo Shang QingHua con disgusto—. Pero con la cara chamuscada.

—¿Nuestros niños? —preguntó de nuevo Mobei-Jun.

Shang QingHua tragó saliva antes de decir:

—A salvo, lejos... separados.

—Iremos por ellos —le aseguró Mobei-Jun con una sonrisa—. Pero antes voy a darle su merecido al usurpador.

La fabulosa transmigración de Shang QingHuaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora