(Que linda consecuencia)
Me sorprende que sean las 4:30 y no pueda dormir más por los rugidos de mi estómago, de verdad me arrepiento de no haber comido ayer, por ser policía y tener mucha actividad física no puedo descuidar mis horas de comida, decido hacerme una hamburguesa y no es raro, es mi casa y puedo comer lo que quiera cuando quiera.Al llegar al trabajo la actitud de José sigue igual que siempre y le confiscaron el juego de mini-deportes río al verlo tan serio y saber exactamente por qué. Aunque también me entristece no jugar más.
Me he sentido algo infantil últimamente con mis berrinches y ganas de jugar, creo que necesito una fiesta ya que mi cuerpo y mente me pide bajar el estrés, pero con consigo alguna excusa para ir realmente.
Luego del almuerzo, estoy indeciso si ir a la casa de la madre de Abbi, no quiero recordarle a su hija y a pesar de que estoy algo molesto, creo que le pediré el favor a José que lo haga y pueda notificarme que avance tenemos... O eso espero.
Abbi
Que aburrimiento tengo, desde que me levanté solo puedo quedarme acostada en mi cama mirando al techo, lo cual no es nada divertido, intento quedarme dormida pero no concilio el sueño.
(No puedo ni dormir para quitarme el aburrimiento)
Escucho unas llaves sonar y después veo como la puerta de mi cuarto se abre, es Mofe el cual entra al cuarto con su típica sonrisa y cerrando la puerta detrás de él.
-!Mofe!- grito de alegría mientras corro apresuradamente a abrazarlo.
-Hola mi niña ¿Cómo amaneces?-
-Mal, ando aburrida y no encuentro que hacer-
-¿En serio? Es por eso que he venido, pero primero arregla tu cuarto que es todo un chiquero y después te daré con que te diviertas-
-Ummm- digo en forma de reproche -es que estoy muy aburrida-Mofe pone su mano en mi hombro y con su típica sonrisa se me acerca al oído diciendo:
-Has caso, recuerda que las niñas que se portan mal, les pasan cosas malas-
Recordé todo lo que me había hecho antes así que corro a limpiar mi habitación.
-Así es, buena niña, iré a buscar tu regalo, si cuando regrese tienes todo listo, te daré dos regalos- dice saliendo de la habitación.
(Que aburrido limpiar)
Igual como me enseñó mi mami empecé a limpiar el cuarto de pies a cabeza, me aburrí un poco de las cosas y de el lugar así que igual que como me enseñó mi papi moví las cosas de lugar, puse mi cama al lado de la pared para poder escuchar a Queiki antes de dormir, ordene las cosas y repentinamente me di cuenta de la ventana que tenia en mi habitación.
(¿Por qué nunca intente salir por allí?)
Quizás sea porque es una ventana y mi cuarto queda en el segundo piso de la casa o quizás porque la ventana estaba cellada y no entraba la luz del día.
Deje de distraerme y seguí limpiando el cuarto, pero mi mente seguía pensando en aquella ventana, preferí no investigar porque Mofe podía llegar en cualquier momento y si me descubría me podía castigar como antes.
Terminé de limpiar el cuarto y de ordenarlo y ya sin nada que hacer me llamó más la atención aquella ventana, fui lentamente dejándome llevar por mis impulsos de curiosidad, cuando la toco me di cuenta que estaba cerrada con madera que no estaba muy forzada, intenté quitarla sucumbida por la curiosidad de que hay atrás cuando repentinamente la puerta de mi cuarto se habré y era mofe, me caí del susto pegando un chillido.
-¿Qué hacías en la ventana?- pregunta mofe con algo en su espalda.
-Nada- digo aterrorizada.Mofe decide ignorar el tema y observa el alrededor, notando que mi cuarto está ordenado como el pidió.
-Así que... si ordenaste el cuarto- dice Mofe detallándolo.
-Si, cambie ciertas cosas de lugar también-
-Está lindo-Extiendo las manos con una cara sonriente esperando a que me de lo que me prometió.
-¿Qué?- pregunta Mofe ingenuamente.
-Mi regalo- digo con alegría.
-¿Qué regalo?- pregunta Mofe.
-Pero- me desilusionó y pongo una cara triste al Ver que no trae ningún regalo -Me dijiste que ibas a darme dos regalos-
-No sé de que hablas-
Bajo las manos muy desilusionada -está bien- digo con tono triste.
El se empieza a reír -es bromeando mi niña, ten-Me extiende una mano la cual tiene una caja, al abrirla hay un muñeco blanco sin absolutamente nada y al lado por separado hay unas tijeras, unos envases de vidrio con tinte dentro, abajo unos pedazos largos de tela perfectamente doblados y un manual no puedo evitar gritar y exaltar de alegría, al fin, algo nuevo con que jugar.
-¿Te gusta?- pregunta Mofe.
-Si, me encanta- digo sonriendole.
-Me alegra, pero no es el único regalo- dice preparándose para sacar otro regalo.
No puedo evitar alocarme al ver el segundo regalo -No lo puedo creer, es lo que siempre quise-
Él me da un perrito Husky blanco con manchitas negras en la panza y en un ojo, tiene un ojo gris, exactamente en la mancha negra que está en el ojo izquierdo y el otro celeste (igual a mi)
Abrazo al perrito con fuerza -Tranquila, lo puedes matar- dice Mofe.
-Perdón, es que me encanta- digo muy extasiada.
-Me gusta que te guste-
-¿Cómo se llama?-
-No lo sé, el nombre se lo pones tu-
-¿Enserio?- Mofe afirma con la cabeza -¿Qué tiene en los ojos?-
-Tiene lo mismo que tú-
-Wao, somos iguales, ummm- pensé unos segundos -te llamare Biby- ladra al escuchar su nombre
-Es lindo ese nombre y se ve que le gusta-
Abrazo de nuevo al perro, jugué un rato con Biby, con Mofe y con mi nuevo juguete, jugamos durante horas y horas, raramente no tuve sueño pero tuvimos muchas horas de diversión hasta que Mofe tenía que irse.-No te vayas, por favor- digo poniendo ojos triste.
-Perdón, pero tengo que ir a hacer feliz a otros niños y ya te he hecho muy feliz el día de hoy-
Me entristesco un poco -esta bien, seguiré jugando con Queiki entonces-
-¿Queiki? ¿No se llamaba Biby?-
-¿Qué? No, el perro se llama Biby y Queiki es mi amigo de la pared- digo mientras recojo las cosas que desordene.
-¿Tú amigo de la pared?-
-Si, lo conocí hace tiempo mira- corro a la pared y la Golpeo tres veces para después de unos cuantos segundos responde con la misma cantidad de golpes como siempre -Ves, el es Queiki- miro a mofe y por primera vez en su cara no hay una sonrisa, esta vez hay una cara nula.
-Vuelve a hacerlo-Toco la pared dos veces y responde con la misma cantidad de golpes, Mofe se queda estupefacto mirando lo que estoy haciendo, decido explicarle lo que hace Queiki y mientras más le explico más su sonrisa se desvanece.
-Y así, de vez en cuando hablo con el, cuando no vienes y así- digo terminando de explicarle.
-Y... ¿Qué escuchas?- dice Mofe mirando al suelo triste.
-¿A qué te refieres? ¿Acaso no lo escuchas?- Mofe mueve la cabeza indicando un no -¿Estás sordo?- pregunto volteando un poco la cabeza.
-¿Perdón por lo que te hice mi niña?- dice Mofe en voz baja.
-¿Perdón por que?- pregunto infantilmente.Mofe se acerca a mi arrodillandose al frente mio poniendo sus manos en mis hombros y sin su tipica sonrisa. Normalmente una sonrisa es linda y feliz, pero ver a una persona la cual de su cara solo se ve la sonrisa y los ojos lo hace tétrico, pero ahora que lo veo sin ella, me hace desear que vuela a sonreír...
-Tienes estrictamente prohibido hablar con él- dice Mofe entre molesto y triste.
-¿Por qué?-
Mofe apreta mis hombros y me mira fijamente a los ojos -Tienes estrictamente prohibido hablar con él, él no existe- lo dice con un tono más fuerte.
-Está... bien- digo tartamudeando del miedo y la confusión.Mofe procede a retirarse del cuarto cerrando muy fuertemente la puerta, no sé que le pasará ni porqué no quiere que yo hable con Queiki, pero él me agrada y no lo dejaré de hacer solo porque él me lo pida.
Me siento en la pared y empiezo a hablar con Queiki -Perdónalo, quizás esté sordo y por eso no te escucha, pero sé que tu existes y te seguiré hablando sin importar qué-
Me reí ante la respuesta de Queiki la cual fue muy graciosa.
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Perdí mi niñez y no se porque
De TodoUn oficial intenta aliviar la preocupación de los padres de Abbi, la hija de su vecina, la cual fue secuestrada, mientras ella sufrirá poco a poco por cada día que pasa sin que la encuentren, se esperará una gran sorpresa con ese "mounstro".