Abbi
-¡Buen día bonita!- escucho un poco lejos- espero que disfrutes mucho este grandioso día- logro sentir un fuerte abrazo.
No recuerdo mucho pero decido apenas abrir los ojos, aunque me cuesta un poco, hay muchísima luz por el fuerte sol desde la playa, creo que me trajo dormida, porque ni recuerdo cuando pude salir.
De forma natural miro alrededor de esta playa y no logro ver ni a una sola persona, solo somos Mofe y yo, aunque Mofe está siempre bajo la sombrilla, yo decido caminar un poco. Justo cuando me levanto logro escuchar.
-No puedes correr, ni esconderte-
(Sé bien que no me harás nada bueno si lo hago)
Busco un poco y no consigo mis juguetes para arena, recordé que siempre era mami quien los traía, eso me hace pensar porqué me quiero ir. Escucho el sonido de cosas moverse y fue Mofe pateando unos juguetes de arena.
Los tomo de mala gana, me da asco estar cerca de él, pero trato de distraerme jugando, aprovechando que siento tener mucho tiempo encerrada en esa habitación, quiero jugar y que sea divertido.
Me pasa un refresco de colita, que no dudo en tomar, hace mucho calor y siento que la piel me pica. Busco un protector solar y Mofe me lo muestra, me indica que vaya hacia allá.
Al acercarme un poco siento mucha inseguridad, pero decido dejarlo pasar por el lugar en que estamos, me pone algo de crema en la espalda pero estoy demasiado alerta de lo que pueda hacer.
Siento que empieza a bajar la mano y me tenso completamente pronunciando un fuerte.
-¡Ya!- me alejé por la incomodidad.
- Está bien, sigue jugando- lo escucho molesto.Voy al agua y siento que está tibia, veo unos pecesitos muy pequeños y de colores brillantes, quisiera pintarlos ahora si tuviera la oportunidad. Paso mi mano entre ellos y se alejan todos de mi, pero lo veo muy divertido, parecen tímidos igual que yo.
Siento mucho picor en mi cuerpo y al verme los brazos están de tonos rosa y rojos, esto no me gusta mucho y decido devolverme. Mofe me toca la frente y se preocupa en llevarme otra vez al lugar, me venda los ojos y yo ya no pongo resistencia, siento que no vale la pena.
No pasa mucho y ya estoy en mi supuesta habitación nueva, Mofe me pide bañarme y me cuesta un poco, el cuerpo me arde. Al salir me puse solo un vestidito muy cómodo pero me siento mareada, me acuesto y al parecer tengo fiebre.
Me duele mucho la piel y el cuerpo, es un dolor interno y externo que me molesta tanto, Mofe entra a la habitación notando que no estoy para nada bien, se preocupa mucho por el estado y condición en el que estoy, trato de mantenerlo alejado de mi ya que estoy tan débil que ni puedo defenderme.
(Si me llega a hacer algo)
Pienso como responder a su ataque en caso de que intente algo, mientras el pone su mano en mi cabeza y despues mi cuello midiendo mi temperatura, en su cara se nota preocupación pero sin quitar su típica sonrisa.
-Todo va a estar bien mi niña- dice saliendo del cuarto -buscaré algo para que te sientas mejor-
Mofe sale apresurado sin ponerle seguro a la puerta, es mi momento perfecto para escapar pero estoy tan débil y adolorida que ni a la puerta puedo llegar.
Me paso todo el rato sufriendo por el dolor, aunque no me arrepiento de nada ya que fue muy lindo ver el sol.
Intento levantarme de mi cama para ir a la puerta pero es inútil, aunque intento aprovechar mi chance para escapar se que no podré llegar muy lejos.
Con la poca fuerza que tengo me logro tapar con toda la sabana por si Mofe intenta aprovechar que me siento así.
Boby esta lamiendo mis manos aunque desde aquel día que Mofe lo tiró, él no se comporta igual y es raro, ya no es tan amigable hacia él llegando al punto de ladrarle, gruñirle y casi hasta morderlo cada vez que lo ve , creo que Boby llegó a entenderme, ahora él ve lo que yo veo.
Le doy un poco de cariño diciendole:
-Tranquilo, yo estaría aquí para ti, la próxima vez seré yo quien te proteja, no volverá a pasar-
Por el movimiento de su cola noto que si me entiende, le doy algo de cariño antes de sentir mucho calor por la sabana, pero prefiero morirme de calor que dejar que Mofe se aproveche de mi, otra vez.
El sueño, dolor muscular y de cabeza me están matando.
(No puedo caer así, tengo que hacer algo)
Fue entonces cuando recuerdo el tratamiento que me daba mami cuando me enfermaba; ella me daba una sópita y un té en diferentes momentos, también me ponía a descansar mucho con una toalla mojada en la frente para que se me pasara el malestar, trato de hacer lo mismo, entrando a mi baño para buscar una toalla, después mojarla con agua un poco caliente, cuando mojo la toalla veo que Boby se me acerca y lame la toalla.
-¿Tienes sed?- le pregunto a Boby y el me contesta con un ladrido.
Le doy un poco de agua y noto que está muy flaco.
(Cierto, desde ese día Mofe no le ha dado comida a Boby)
Recordando todo lo que mami y papi me han enseñado de como cuidar a una mascota y la importancia del mismo, tome unos platicos de juguetes que tenía y allí le di algo de agua y un poco de la comida que me trajo Mofe, al menos alguien la comerá.
Mientras le sirvo la comida, él come apresurado sin siquiera dejarme terminar de servirle, le dejo de servir y le doy un poco de cariño mientras come, aunque no se fija en mi pues tiene mucha hambre.
-Tenías mucha hambre ¿Verdad?- le sigo sobando su cabeza -tranquilo, ya no pasarás más hambre-
Mientras le doy cariño mi vista se empieza a nublar y el dolor empieza a crecer más y más.
Escucho unos pasos que se dirigen a la puerta de la habitación, rápidamente me intento levantar para esconderme debajo de mis sábanas ya que sabía que era Mofe y esperaba que allí no me pudiera hacer nada, pero mis fuerzas eran tan pocas que procedí a caerme.
Justamente entró Mofe con su típica sonrisa diciendo:
-Ya llegue mi ni.- él se asusta cuando me ve en el suelo.
Ya lo conozco tanto que se cuando esta asustado aunque nunca quita su sonrisa.
-¿Qué te paso?- pregunta Mofe.
Rápidamente intenté explicarle lo sucedido pero sin llegar a la mitad mi cuerpo y mente se apagaron.
(Olvidé la parte más importante que decía mami cuando tenía que recuperarme, lo más importante es descansar)
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Perdí mi niñez y no se porque
RastgeleUn oficial intenta aliviar la preocupación de los padres de Abbi, la hija de su vecina, la cual fue secuestrada, mientras ella sufrirá poco a poco por cada día que pasa sin que la encuentren, se esperará una gran sorpresa con ese "mounstro".