Capitulo 33: ¿Queiki?

8 1 0
                                    

Robert

Camino a paso lento a mi trabajo,  mirando al piso, ando tan cansado que ni levanto bien los pies para caminar, sin darme cuenta he llegado a mi oficina de trabajo y apenas logro sentarme, solo me recuesto en mi asiento.

-¿Estás bien?- me pregunta Jose.
-Para nada, no he dormido bien en días- digo en voz media baja.
-¿Por qué?-
-He estado muy... Ocupado- digo quedándome cada vez más sin energía.

Jose siguió hablando durante un rato pero poco a poco fui cerrando mis ojos hasta quedar dormido.

Mi sueño no duró mucho ya que alguien me despertó, rápidamente me levanté de mi asiento con mucha ira apunto de reclamarle a José por despertarme.

(Si, no actúo bien cuando me despiertan y tengo mucho sueño)

Apenas me levanto veo a mi jefe en frente de mí, a José escondido detrás de él y a todo el mundo mirándome.

-P-perdón señor- rápidamente tomé mi postura.
-¿Qué tan bueno estaba el sueño?- me pregunta mi jefe.
Río levemente sobre su comentario - lo siento, con el caso de Abbi no he podido dormir bien-
-Umm, se nota, trata de resolverlo pronto, los padres deben de estar ansioso, recuerda, mientras más rápido lo resuelvas más rápido podrás descansar- mi jefe me da unas palmadas en el hombro antes de retirarse.
-Esta bien señor-
-Trata de no hablar tanto mientras estas dormido-

Ese comentario hace que me confunda a gran escala, rápidamente recordé que hablo dormido a lo cual es muy peligroso para mi.

Volteé a ver a José para preguntarle :
-¿Qué fué lo que dije?-

El rápidamente huye riéndose de mi, no entendía el porqué pero me daba algo de miedo al pensar que podré haber dicho.

Unos segundos después se me acercó la secretaria solo para decirme:

-Dime más de ese traje completamente negro y apretado- lo dice con un tono muy excitante.

                                   Abbi

Doy vueltas y vueltas por mi habitación explorando cada rincón de mi "nuevo" cuarto, se que Mofe dice que no es nuevo, que es mi cuarto de siempre, solo que algo más "dañado", yo no creo eso, los cuartos nunca se dañan y menos para quedar en este estado, yo creo que el cuarto está en el espacio y no hay nada que me haga pensar lo contrario.

-Guff- escucho un ladrido salir del nuevo armario.
-¿Boby?- digo algo confundida mirando el armario.

Me acerqué poco a poco pensando en como era posible olvidar a mi querido amigo, rápidamente me detuve al darme cuenta que Boby no era el único amigo el cual se me ha olvidado; recordé a Gabael y a Marie, me siento muy mal por haberme olvidado de ellos. Procedí a sentarme en la cama y pensar en todo los bellos momentos que pasé con ellos.

-Fueron muchos lindos momentos- Digo soltando un aliento.

Me recuesto en la cama sucumbiendome en mis mente recordando a todos mis amigos.

Decidí tomar una hoja y dibujar a mi con mis amigos en uno de mis momentos favoritos con ellos que fue cerca de navidad donde nos dimos regalos.

En la navidad pensé en mis amigos que conozco desde hace poco y si antes habían pasado por navidad y recordé a Queiki y corrí a la pared golpeándola, esperando una respuesta, lastimosamente no tuve respuesta.

-¿Queiki?- pregunté acercando mi orejita a la pared donde normalmente hablaba con Queiki,  pero lastimosamente no hubo respuesta.

Me siento desanimada, como si un bajón de energía me tuviera viendo un punto fijo sin respuesta de ninguna de mis ideas, simplemente viendo...

No sé cuántas horas pasaron, solo sé que aquí está Mofe, pero tenía los ojos cerrados así que creo que sí me dormí, no sé cuánto tiempo pasó pero me siento algo mareada y mofe parece acelerado, no se que le sucede y creo que no quiero preguntarle, será que no tengo energía...

Me da frutas y yogurt, están deliciosos y me dejó en la neverita un tipo de postre, son como cubos con yogurt congelados y fresas, se veía delicioso y me dejó algo que dice "Mocca" dentro, nunca lo había probado así que lo dejaré para ese postre.

Me vuelvo a sentar en la cama, vengo de ver la nevera y Mofe está acostado, veo sus ojos y no son marrones, pero no recuerdo muy bien los colores específicos, aunque no pueda ver nada más que su boca, obviamente puedo distinguir sus ojos, no están tapados.

Procedo a pintar cuando él se va, me di cuenta que sus ojos son algo extraño a mi parecer porque tiene diferentes destellos, pero quizás así paso mejor el tiempo, se me pasó el mareo.

Le pedí los libros y me prometió que volvería con ellos y otros libros más, que debo leerlos porque así lo pidió la escuela y recordé a Marie, quien siempre es muy correcta y aplicada a pesar de su personalidad.

Gabael si necesitaba ayuda de vez en cuando, pero nada que no se pudiera solucionar, tengo ansias de esos libros y quiero aprender a dibujar mejor, no leo muy fluido pero siempre me han dicho la lectura no es más que un hábito milagroso o perfecto, no recuerdo muy bien las palabras ahora.

Me siento confundida, veo la pintura y no es como me lo imaginé, nunca creí que se vería tan lejos de que lo que quería yo, pero supongo que por lo mismo me traerán el libro.

Toc toc... ¡La puerta!

Perdí mi niñez y no se porqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora