Capitulo 37: mi esposa

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Agua, sol y arena es el paisaje que tengo de fondo, en conjunto a las olas y el aire con aroma a sal que está a mi alrededor.

Esta cayendo el sol y llegando la noche con algo muy hermoso que conocemos como el "anochecer" es tan hermoso verlo que es conocido como un índice de belleza, tanto así que un ejemplo era la frase: "eres tan bella como el anochecer que se ve detrás de las olas" creo que esa frase no existe, pero suena linda ¿No?.

Hay niños a mi alrededor, parejas y vendedores, ¿Qué playa es esta? Eso ya no importa, lo que importa es que esto es muy lindo, me gusta tanto que daría todo simplemente por parar el tiempo para quedarme en este momento tan relajante.

Disfruto del paisaje junto a mi esposa mientras estamos en una hermosa ¿Esposa?.

Repentinamente despierto, estoy en un hospital de por las afueras, no tan lejos de donde me estoy hospedando.

(Ya recuerdo)

Hace poco llegue al hotel y mi esposa estaba tirada en el suelo sin dar respuesta, corrí al hospital más cerca y busqué ayuda, con éxito la ayudaron y he estado al pendiente de ella últimamente, aunque no la he visto desde hace 2 días, ella está en una habitación, según los médicos no es tan grave lo sucedido solo fue una contucion leve por el golpe en las escaleras, algo de sangrado por el hecho de la piel y así, me relaja saber eso pero sigo preocupado por ella.

-Señor- dice la enfermera.
-Digame- reacciono lento, un poco aturdido por mis pensamientos.
-Le tengo que pedir que por favor se retire-
-¿Qué?- Reacciono algo impulsivo levantándome de mi asiento y acercándome a ella.
-P-perdon, es que estamos por irnos y no se puede quedar aquí solo- responde asustada.
Me vuelvo a sentar pensando -¿Puedo verla una vez más antes de irme?-
-Déjeme preguntar- se voltea y se va.

Me dieron el permiso de ver a mi amada antes de irme, pasé por la puerta grande de ese pequeño cuarto solo para verla en una camilla sin reaccionar, me senté unos segundos a su costado y aunque el doctor me dijo que ella está inconsciente y que no me respondería, decidí hablarle.

-Amor... Eres lo único que me queda en esta vida, ya no tengo ninguna razón para vivir, perdí todo lo que algún momento ame, perdí a Abbi y quiero no perderte a ti también- tomo su mano -por favor, no me abandones tu también, no sabes cuanto me dolió perder a nuestra hija- mi garganta se empezó a encoger y las lágrimas empezaban a salir -te prometo que si algún día te vas... Me iré contigo-

Soltando estas últimas palabras lloré unos segundos y me fui de allí, tuve que dejarla en ese tenebroso cuarto sin pensar en las consecuencias, tenía que hacerlo por su bien, tenía que verla mejor.

Caminé por los tenebrosos pasillos viendo al suelo sin esperando que ella despertara y corriera hacia mi, ese pensamiento pasa muchas veces por mi cabeza intentando de que no me vaya, pero no tenía otra opción más que abandonar ese lugar hasta el día siguiente.

Abbi

Al despertar siento algo que no me deja mover las manos, ni los pies y muy fuertemente, al igual que algo que no me deja ver ni decir nada, con respecto a lo demás estoy segura que Mofe me está llevando a un lugar.

Siento que tengo demasiado sueño y cedo a eso, solo puedo escuchar un zumbido extraño antes de quedar completamente dormida, sueño con mis padres pero lo que sucede ya no es lo mismo de antes...

Despierto sudada y de un salto al ver más luz desde mi cuarto... ¿Mi cuarto? Hay un cuarto más grande y con colores café y crema alrededor, tengo mis comidas igual de antes pero igual quiero buscar donde estoy, decido buscar en la ventana y veo mucha luz pero a la vez la ventana tiene una rejilla que no puedo atravesar, de todas formas estoy demasiado alto y logro ver el mar...

Las olas, el olor, absolutamente todo está igual que las veces que he ido antes con mis padres... Recordarlos ahora me da enojo, dejándome con este monstruo.

Escucho la puerta y veo pasar a un Mofe con Boby y por mi cabeza se repite tanto una pregunta que no me doy cuenta que la hice antes de analizarlo.

-¿Dónde estoy?- siento que me arde la garganta, a de ser la sed.
- ¡Te traje a la playa!- me dice feliz- para así disculparme contigo- me extiende a Boby.
Tomo a Boby con mucha incomodidad pero de tanto que lo extrañaba ya se me olvida lo que sentía- ¿Y por qué no me dejas salir?- digo insegura de la respuesta.
- Tendrás que ganarte mi confianza, solo mirarás desde esta ventana el sol, las olas y el ambiente tan caluroso desde aquí- sonríe de una forma que me deja un nudo en la garganta.

Solo me acosté, no quise comer, quiero dormir para dejar el dolor, no soporto estar en el mismo lugar que él, quiero salir cueste lo que cueste pero estoy segura que si intento escapar y ahora será muchísimo peor.

(Desde aquí no puedo ver a las personas)

-¿Dónde está la gente?- calla por unos segundos y eso me desespera.
-Créeme que no estarán, nos molestarían- algo no me convence.
-Y ¿Qué es este lugar?-
-Muchas preguntas Abbi, debo irme- suspira cansado- algunos niños necesitan felicidad, aquí está la tuya- me señala a Boby.

Solo busco de darle su comida mientras Mofe sale de esta habitación, al momento que escucho la puerta empiezo a buscar como loca.

Perdí mi niñez y no se porqueDonde viven las historias. Descúbrelo ahora