Impacto de retoño de cerezo

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-Bien niños, prepárense para un entrenamiento intenso -dijo Saizo a sus hijos.

Akio tenía siete años. Taiyō ocho y Kaede seis la misma que tenían su padre y tíos cuando Sarada Uchiha les enseñó este jutsu. Shizu lo había dominado hace dos años, se había convertido en parte del clan Uchiha, así como el Chidori.

-Este entrenamiento consiste en controlar su chakra a la perfección -continuó Saizo-. Para que puedan realizar el jutsu de fuerza.

Saizo hizo una demostración. Se acercó a una roca y le dio un puñetazo, esta se hizo añicos como si fuera de papel. Los niños observaron asombrados, su padre se giró y sacudió el polvo de su ropa.

-Bien, la primera lección es trepar árboles. Concentren la cantidad necesaria de chakra en la planta de sus pies para caminar sobre la superficie vertical del tronco.

Caminó hasta un árbol cercano, puso un pie sobre el tronco, luego el otro y empezó a caminar desafiando la gravedad.

-No puedo decirles la cantidad necesaria de chakra, porque es diferente para cada persona según su masa, pero cuando logren dominarlo, será tan fácil como respirar. Es su turno, lleven chakra a sus pies y manténganlo a la proporción adecuada.

Los niños se acercaron al árbol y trataron de imitar a su padre, pero siempre que intentaban poner los pies en el tronco se caían.

-Hmmm... Será mejor que tomen un poco de impulso -comentó Saizo-. Al menos al principio. Así pueden ir midiendo el chakra de sus pies y aumentarlo o disminuirlo de acuerdo con sus necesidades.

Lo volvieron a intentar. Esta vez con mejores resultados, aunque la mayor parte del avance era por el impulso que tomaban. Usando un kunai marcaron su progreso en el control de chakra al escalar el árbol. El progreso de Kaede fue mayor, aunque no por mucho. Lo practicaron por años, ella logró dominarlo mucho mejor hasta el punto que casi podía caminar sin caerse por cualquier superficie vertical.

A pesar de que los otros niños no lo controlaban bien, su padre decidió pasar a la siguiente fase del entrenamiento. Tal vez podrían progresar mejor en esta, o eso esperaba.

-Bien, en su entrenamiento de la Academia han aprendido a controlar mucho mejor su chakra -dijo-. ¿O me equivoco?

Ya tenían once, diez y nueve años. Los tres hermanos asintieron.

-Correcto. Entonces el siguiente paso es caminar sobre el agua.

-¿Cómo los insectos en los estanques? -preguntó Kaede.

-Correcto, excepto que los insectos no usan chakra para hacerlo, sino que son tan ligeros que no rompen la tensión de superficie del agua. El principio es el mismo: concentrarlo en la planta de sus pies en la cantidad correcta -Saizo retrocedió hacia el estanque del jardín trasero, sus pasos creaban ondas en el agua, pero no sé hundió-. Es como si la energía espiritual y física hicieran que las moléculas del agua y las suyas se repelan con la fuerza suficiente para mantenerlos sobre el agua.

Les hizo un gesto para que se acercarán.

-Inténtenlo.

Los niños hicieron su esfuerzo. Kaede no lograba que su pie no se hundiera por más que lo intentó. A Akio le costó trabajo, pero al final del entrenamiento logró mantenerse sobre el agua durante dos minutos, aunque sin moverse. Taiyō hizo el mejor progreso, pues cruzó el estanque sin hundirse. Saizo los felicitó por su avance y prometió que cuando mejoraran su control de chakra, podría enseñarles por fin en jutsu de fuerza.

***

Las cosas se complicaron. Taiki y yo nos pusimos espalda con espalda mientras más bandidos nos rodeaban.

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