Ya no son niños, son shinobi

10 0 11
                                    

Esta vez los reclamos fueron para el Kazekage.

—Debería arrestar a ese muchacho —amenazó el Mizukage—. Su clan atacó mi aldea.

—Sí, hace más de cien años —respondió el Kazekage.

—Es peligroso —gritó el Raikage—. ¿Todas las aldeas están cosechando armas?

—No son armas —dijo la Hokage—. Son niños.

—No deberíamos pelearnos aquí —dijo el Tsuchikage—. Siempre existe la opción del concilio. Lo mejor será continuar el examen chunnin.

El Tsuchikage metió la mano en la urna, donde sólo quedaban cuatro nombres.

—Jurō Uzumaki —dijo.

El Raikage gruñó y metió su mano a la urna.

—Chiaki Kamizuru.

Jurō seguía preocupado por Kai. Sarada terminó de tratarla y ahora estaba sentada en el suelo recargada contra la pared. Durante un segundo, sus miradas se encontraron, él intentó sonreír y mostrarle el pulgar arriba, pero ella se giró antes que pudiera hacerlo. A Jurō no solía importarle lo que otros pensaran de él. ¿Entonces por qué esto lo hacía sentir diferente?

—¡Hey, niño! —llamó Yomoda—. Si no vienes, te voy a descalificar.

Jurō sacudió la cabeza y se dio palmadas en las mejillas. Ya habría tiempo de pensar en Kai luego de su pelea, ahora tenía que ganar. Saltó a la mesa de roca amorfa que fue la arena.

—Sensor —dijo Chiaki—. Permita que reconstruya la arena para nuestra pelea.

Chiaki juntó sus manos haciendo el sello de la serpiente.

—No —dijo Yomoda—. El campo de batalla pocas veces será liso y plano. Deben aprender que uno no escoge el terreno sobre el que lucha.

Chiaki no tuvo más remedio que acatar las indicaciones de Yomoda. Jurō pensó que era bonita, tenía el cabello corto hasta el cuello, era castaño claro, sus ojos eran grises, un lunar descansaba en su pómulo derecho y su expresión era seria y firme.

—Comiencen.

Jurō hizo un sello de manos.

—Jutsu multiclones de sombra.

Docenas de copias de Jurō se materializaron en la arena y atacaron a Chiaki. Ella hizo algunos sellos manuales para su contraataque.

—Estilo de Tierra: Filo del abismo.

Espadas de roca emergieron del suelo y atravesaron a los clones de Jurō hasta que no quedó ni uno y Chiaki estaba sola en el campo.

—¿A dónde...?

—¡Rasengan!

Jurō saltó desde atrás, un clon desapareció justo después de ayudarlo a formar su técnica.

—Estilo de Tierra: Jutsu barrera de roca.

El Rasengan golpeó la protección de Chiaki, dejó una marca circular con forma de remolino en su interior, pero no causó mayor daño. Chiaki saltó y permaneció en el aire.

—Tú eres el zorro de las nueve colas, ¿o me equivoco?

—No —respondió el pelirrojo—. Soy Jurō. El zorro está en mi interior y también tiene nombre.

Los ojos de Jurō cambiaron a rojo con una pupila alargada.

—Mi nombre es Kurama —dijo con una voz grave y poderosa—. Harías bien en recordarlo.

Shinobi Gaiden Donde viven las historias. Descúbrelo ahora