❝Su Majestad❞ ❲moonsun❳

˚. ⚜️˚○◦˚ chapter four ˚◦○˚ ⚜️ .˚

[MBY]

—Su alteza, es hora de irnos.

—A... A-un no... soldado.

—Su alteza, soy Oficial y por favor. Su Majestad estará...

—Él a esta hora está dormido, deberías ir a dormirte con la soldado Moon... ¿no?

—No...

—No me jodan, fuera...

Seokjin torció la boca y se giró para caminar hacia mi dirección, yo estaba sentada en el sofá viéndolo con diversión, el bufó mientras se sentaba a un lado mío.

—El rey nos va a matar. Nos matará con la misma espada con la que nos bendijo ¡Qué ironía!

—Tranquilo, Seokjin. Ya veremos cómo le bajamos la borrachera a la princesa y la metemos al palacio sin que se den cuenta. —intenté subirle el ánimo a mi compañero, pero eso pareció alterarlo más.

— ¡¿Cómo demonios crees que meteremos a la princesa heredera a escondidas sin que nos vea absolutamente nadie?!

—Ya veremos cómo. —convencí. —Observa y aprende.

Me levanté con suma confianza, caminé hasta la mesa donde había cuatro mujeres borrachas riéndose escandalosamente.

—Su alteza, es hora de irnos.

— ¿Otro aguafiestas? —chilló la princesa mirándome. —Bueno, un aguafiestas sexy ¿o no chicas? —todas gritaron diciendo que sí. —Ven, siéntate conmigo...

La princesa no sabía qué demonios pedía ni cómo demonios actuaba, pero ella me nalgueó dos veces seguidas. Sentí mi corazón latir a mil por hora y el calor abundar en mis mejillas. Seokjin comenzó a reírse de mí y yo solo pude fulminarlo con la mirada, me giré y cargué a la princesa cual sacó de papás y la saqué de aquella casa mientras Seokjin reunía las pertenencias de la princesa Kim.

La subimos al carruaje, que rara vez se ocupaba, pero los días que había algún evento especial, estos eran desempolvados para usarse. Le pedimos al chofer que avanzara con dirección al palacio, Seokjin se fue con el conductor dejándome a mí la carga de lidiar con la necia de la princesa.

—Bájame, se me olvidó mi labial. —chilló la princesa arrastrando las palabras.

—Aquí tengo su labial, su alteza. —señalé sacándolo de su bolsa. —Por favor, quédese quieta.

—Tú no me das órdenes. —al terminar aquella frase sacó su lengua en forma de rebeldía y yo no pude evitar sonreír ante la inmadurez de la princesa. Ella me vio sonreír y parecía cambiar su humor. — ¿Por qué una mujer como tú está siendo una Oficial al mando?

—Por méritos, princesa.

—Que rico suena que me digas así.

La princesa YongSun parecía estar sus días de ovulación o algo parecido, ella se lanzó sobre mí por dos razones: una deseaba robarme un beso por lo borracha que estaba y segunda porque cuando se levantó, ella tropezó y cayó sobre mí.

—Su-su-su... —tartamudeé intentando quitármela de encima, pero parecía aferrarse a mi peor que una sanguijuela

—Si, yo, yo, solo yo.

Mis nervios aumentaron cuando comenzó a besarme la cara estando completamente fuera de control, para mi mala suerte el carruaje pasó por un camino de piedras haciendo que el movimiento fuese turbulento.