˚. ✨ ˚○◦˚ chapter fifty-one : end ˚◦○˚ ✨ .˚

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[Dos semanas después.]

La luz del Sol se filtraba por los pequeños espacios entre las cortinas de la habitación en completa penumbra. Sobre la cama yacía un cuerpo que permaneció durante hora en la misma posición. Su respiración era calmada, tan calmada que parecía que realmente había trascendido, pero no era así.

El ruido de una alarma insistente perturbó el sueño de la joven mujer que mostró su malestar frunciendo su ceño. Escuchó cómo las puertas de su habitación se abrían, ella se cubrió la cara con la frazada que cubría su cuerpo. El tintineo de las hojuelas metálicas de las cortinas correr por el tubo que las sostenía la hizo finalmente abrir los ojos.

—Buenos días, Su Majestad. —fue el saludo de la sirvienta que había sido su visitante diario en las últimas dos semanas.

—Buenos días. —contestó la rubia con pesadez en su garganta, con cuidado de no lastimar su abultado vientre, se sentó sobre la cama frotando sus dedos contra sus párpados para despertarlos. — ¿Qué tenemos el día hoy? —preguntó YongSun refiriéndose al desayuno.

—Mandu, Su Majestad. Seis porciones. —dijo la sirvienta mientras buscaba la ropa perfecta para que YongSun pudiera moverse con facilidad y sin molestias.

— ¿Trajeron la salsa de trufa? —preguntó YongSun, una de las sirvientes que llevó a ella la mesa con el desayuno le otorgó un frasco de cristal con el líquido oscuro. Ella sonrió. —Dios, qué delicia.

YongSun vertió el líquido sobre los dumplings, sus glándulas salivales se expandieron y comenzó a producir ese líquido para humectar su boca. La monarca no tardó demasiado en terminar con el plato en pocos minutos, cuando terminó no sintió saciada, pero debido al evento de ese día, no podía comer demasiado.

La sirviente le otorgó a la rubia su vestimenta, mientras se cambiaba, sus ojos viajaron al par de puertas de madera frente a las de su habitación, su corazón latió con fuerza y la imagen de su amada llegó a su mente.

— ¿ByulYi ya está despierta? —preguntó YongSun sintiéndose extraña al decir esas palabras, un nudo se formó en su garganta.

—Todavía no, Su Majestad. —contestó la sirvienta ajustando las prendas de vestir en el cuerpo de YongSun. —El día de ayer se sentía muy adolorida y el doctor Choi le administró un calmante para que descansara mejor.

—En cuánto despierte deseo verla. —YongSun aún no despegaba la mirada, sintió una punzada. —Quiero verla aunque siga dormida.

—Como ordene, Su Majestad.

Una vez lista, YongSun escuchó su itinerario del día, tan solo tenía dos minutos para ver a su amada e irse a la sala de costura en donde Jimin y Roseanne le ayudarían a prepararse para su coronación. Sus ojos comenzaron a doler y luego a arder, la tristeza inundó su ser, no había podido ver a ByulYi desde su llegada al palacio. Solamente pudo recibirla, se abrazaron unos pocos segundos, se admiraron, ByulYi acarició su vientre dos veces y YongSun tuvo que irse a ensayar con Lord Hwan lo de su coronación.

Ver la mirada triste de ByulYi le rompió el corazón, verla físicamente recuperada, pero emocionalmente rota, le enfermaba, pero debía ser fuerte, no podía derrumbarse. Era el amor que sentía por ByulYi que la alentaba a seguir, esperaba que todo se resolviera y aunque la gente no lo supiera todavía, YongSun deseaba volver a pisar el altar con ByulYi, quería casarse con ella de nuevo.

La sirvienta abrió ambas puertas evitando que la luz cayera sobre la vista de ByulYi, en cuánto YongSun y ella entraron, las puertas se volvieron a cerrar. Pasaron unos segundos para que la visión de YongSun se acostumbrara a la oscuridad de la habitación. ByulYi estaba dormida boca arriba manteniendo una mano, justo en la zona donde la bala penetro su vientre.

❝Su Majestad❞ ❲moonsun❳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora