❝Su Majestad❞ ❲moonsun❳

˚. ⚜️˚○◦˚ chapter fourteen ˚◦○˚ ⚜️ .˚

[POV: MBY]

El día soleado golpeaba la arena de la tranquila isla de Jeju, las olas acarician la orilla con suavidad, yo escuchaba la curiosa y contagiosa risa de YongSun mientras jugaba con el agua chapoteando cuál niña pequeña. De vez en cuando, ella me busca con sus hermosos ojos azules y cuando me encuentra, me grita un "Te amo, ByulYi", yo le contesto "Yo te amo, YongSun" para después, ella, seguir jugando en el agua.

Después de unos minutos allí, me puse a reflexionar sobre los capítulos tumultuosos de mi vida. Si tuviera que dar una descripción breve sobre mi diría fácilmente:

«Yo soy Moon ByulYi, la General de la Guardia Real del reino de Seúl, una mujer intersexual de un metro setenta, con cabello negro oscuro y ojos grises que han presenciado la lucha interna y externa que ha marcado mi camino.»

Recordar mi pasado es recordar las lágrimas silenciosas en mi almohada durante las noches solitarias durante mi tratamiento hormonal. Esa fue mi primera lucha, una de la cual aún sigo diariamente combatiendo con todas mis fuerzas. A pesar de cumplir casi mis veintidós años, las hormonas siguen siendo un problema para mí. Normalizar mi condición, es intentar despojarme de las expectativas impuestas por la sociedad, fue una batalla interna tan desafiante como cualquier enfrentamiento en el campo de batalla. Cada cambio en mi cuerpo era una victoria sobre la intolerancia, pero también una cicatriz que atestiguaba la lucha por ser yo misma.

Pero el golpe más fuerte será el ser infértil. El mayor deseo de YongSun y el mío, en secreto, era crear una familia. Y eso, es algo imposible para mí.

La segunda batalla fue la Escuela de Cadetes de la Guardia Real, aunque no fue menos exigente. En un mundo donde la rigidez de las normas de género se imponía con fuerza, cada paso era un desafío. Entrenamientos extenuantes, miradas despectivas, susurros a mis espaldas; todo se convirtió en el combustible de mi determinación. No me uní a la Guardia Real solo para proteger un reino, sino para demostrar que la valentía y la lealtad no conocen géneros ni condiciones. Me gané el respeto y el cariño del rey, me esforcé día y noche, con lluvia o sol para ser mejor cada día, estudiar para ser una estratega y finalmente me convertí en General al mando en un tiempo récord junto a Kim Seokjin, mi mejor amigo y mi confidente, importándome poco que mis compañeros fuesen unos hipócritas que se ríen de mi por ser mujer y eso, sin saber exactamente quién soy en realidad.

Pero como siempre dicen: cada sufrimiento merece una recompensa.

Fue entonces, que, en medio de la maraña de dolores, llantos y desafíos, conocí a la princesa Kim YongSun. Un amor secreto que floreció entre nosotras, como una flor silvestre que desafiaba la oscuridad. Pero mantener nuestra relación a escondidas fue una danza peligrosa entre el amor y el miedo. Ella es la princesa heredera al trono, y yo, una mujer intersexual que debía ser sirviente suya y no una amante, claramente enfrentábamos las miradas inquisitivas en cada evento dónde el rey me daba su absoluta confianza para cuidar de YongSun, y los riesgos impensables sobre la mínima posibilidad de que me ejecuten por incumplimiento y deshonra a la corona. Si alguien se llegaba a dar cuenta de que estaba faltando al código real, la perjudicada sería yo, yo pagaría caro por amar a YongSun, pero a pesar de todas las adversidades conseguí mi felicidad y la de YongSun.

Finalmente éramos libres.

Lamentablemente, nuestra libertad y felicidad era gracias a la desgracia de la monarquía y la agonía del rey, el padre YongSun.

Nuestras noches en la isla de Jeju se volvieron un refugio, un oasis donde nuestras almas se entrelazaban sin restricciones, finalmente pude romper con algunas de mis cadenas y entregué mi corazón, cuerpo y alma a la princesa. Pero incluso estando aquí, la sombra de la inseguridad sigue cerniendo sobre mí. La lucha con mi propia imagen, mi miedo de no ser suficiente para ella amenazaba con eclipsar la felicidad que encontraba en sus brazos.