❝Su Majestad❞ ❲moonsun❳

˚. ✨ ˚○◦˚ chapter thirteen ˚◦○˚ ✨ .˚

[Dos semanas después.]

— ¿Qué tienes, ByulYi?

—Nada, sólo estoy pensando en cosas que dejé pendientes en Seúl. —mintió la general mirando el plato de comida frente a ella. Sonrió mirando a la princesa quién parecía seguir preocupada por ella. —Además estuve desvelándome anoche vigilando, me dio uno de esos episodios de paranoia. Sentía que alguien llegaría a atacarnos.

—Pero eso es imposible, Byulie. —afirmó con voz suave. —Nadie sabe que esta cabaña existe.

YongSun tenía razón, nadie más que los generales en función y la familia real sabía que aquella cabaña existía. Se había construido cinco generaciones atrás durante una disputa de territorio entre cinco reinos, el reino de Seúl se vio involucrado de mala manera. Así que el rey en turno mandó a buscar al general en busca de un territorio lejano que se pudiese usar como refugio, así dieron con la isla de Jeju, una isla que era un territorio independiente de las monarquías. Su población era pequeña y era fácil pasar desapercibido ya que estaban del otro lado de la isla, por el peligro que implicaba explorar los bosques nadie se atrevía cruzar.

—Deberías irte a descansar, te ves terrible. —ByulYi asintió levantándose, escuchando la risa de su novia. —Cuando recuperes fuerzas, me avisas.

— ¿Para qué? —ByulYi se detuvo abrazando el marco de la puerta adormilada.

—Porque se me antoja que estés dentro de mí otra vez. —la general abrió los ojos sorprendida por la falta de pudor de la princesa al decir aquello, sus mejillas se tiñeron de rosa por la vergüenza. —Vamos, ByulYi, no niegues que a ti te fascina estar...

—Está bien, yo te aviso. —apresuró la pelinegra cerrando la puerta del cuarto de golpe.

Escuchó la carcajada de YongSun al otro lado y se resbaló mirando la cama que compartían juntas. Su pecho dolía, no estaba segura tener el valor de hacer suya a YongSun como noches atrás, claro, dormían juntas, abrazadas y ya no había vergüenza en los roces de sus cuerpos.

Pero ¿hacerlo otra vez?

—Maldita conciencia. —gruñó para sí mismalevantándose del suelo y tambaleándose hacia la cama. Sintió el frío de lassábanas chocar con su piel y quedó completamente dormida.

—El rey ha fallecido.

ByulYi había escuchado perfectamente aquello, su corazón se paralizó y en un abrir y cerrar de ojos apareció en el palacio en Seúl. Rodeada de una inmensa oscuridad escuchó murmullos que la comenzaron a agobiar, un dolor agudo golpeó su cabeza. Comenzó a caminar sosteniendo su cabeza, apretando el agarre intentando aliviar su malestar sin éxito alguno.

— ¿Por qué? —escuchó el eco de la voz fría de la princesa. — ¿Cómo te atreviste a mentirme?

—Yo-Yo-Yo... —ByulYi negaba, las palabras morían en su garganta, entrando en pánico comenzó a llorar.