❝Su Majestad❞ ❲moonsun❳

˚. ⚜️˚○◦˚ chapter forty-six ˚◦○˚ ⚜️ .˚

El silencio se había apoderado del vasto salón del Consejo, un silencio pesado y denso que envolvía a YongSun como una manta fría y desolada mientras esperaba ansiosamente noticias sobre el estado de ByulYi. A su lado, Minji sollozaba en silencio, su rostro bañado en lágrimas mientras buscaba consuelo en los brazos de Soohyun.

YongSun observaba a su madre con los ojos llenos de tristeza y preocupación, su corazón retumbando en su pecho con cada latido mientras luchaba por contener el torrente de emociones que amenazaba con desbordarse en medio del caos y la confusión que la rodeaba. Habían pasado catorce horas desde que ByulYi había sido herida, catorce horas de agonía y desesperación que parecían una eternidad en el corazón de YongSun.

Sabían que las malas noticias llegaban primero, por lo que mantuvieron la esperanza de que ByulYi no había muerto, porque si no, no estarían allí sentados, probablemente, enterrando a ByulYi en el cementerio familiar.

A su lado, Seokjin permanecía en silencio, su rostro lleno de angustia y preocupación mientras observaba a YongSun con ojos llenos de emoción y tristeza. Había sido su fiel amigo y, casi, un hermano durante muchos años, y verla sufrir de esa manera lo llenaba de impotencia y dolor.

El tiempo parecía detenerse mientras esperaban la llegada del médico, cada segundo se estiraba hasta convertirse en una eternidad de ansiedad y miedo. El atentado había sumido al palacio en un estado de emergencia, y las medidas de seguridad se habían intensificado para proteger a YongSun y a los demás miembros de la familia real de cualquier peligro.

YongSun se aferraba al borde de la mesa con manos temblorosas, su corazón latiendo con fuerza en su pecho mientras luchaba por contener el pánico que amenazaba con consumirla por completo. La imagen del vestido de novia manchado de sangre de ByulYi seguía grabada en su mente.

Minji sollozaba en silencio, sus lágrimas cayendo en cascada por sus mejillas mientras buscaba consuelo en los brazos de Soohyun. Había perdido a su esposo de una manera violenta y cruel, y ahora estaba a punto de perder a su hija de la misma manera. El dolor y la desesperación la envolvían como una manta oscura y sofocante, amenazando con ahogarla en un mar de tristeza y agonía. Soohyun acariciaba el cabello de Minji con ternura, sus ojos llenos de seriedad.

Seokjin observaba a YongSun con ojos llenos de emoción y tristeza, su corazón retumbando en su pecho con cada latido mientras luchaba por contener el torrente de emociones que amenazaba con desbordarse en medio del caos y la confusión que los rodeaba. Había sido testigo de la fuerza y la valentía de YongSun en innumerables ocasiones, pero verla sufrir de esa manera lo llenaba de impotencia y dolor.

El silencio se prolongaba mientras esperaban la llegada del médico, el tic-tac del reloj resonando en el aire tenso y cargado de emoción. Cada segundo que pasaba era una eternidad de agonía y desesperación, y YongSun se sentía atrapada en un torbellino de emociones que amenazaba con arrastrarla hacia la oscuridad.

Finalmente, la puerta se abrió y el médico entró en la habitación, YongSun se puso de pie de inmediato, su corazón latiendo con fuerza en su pecho mientras un torrente de emociones la invadía. Sin embargo, antes de que pudiera dar un paso hacia adelante, Seokjin la detuvo suavemente, sus ojos llenos de preocupación y precaución.

—Espera, YongSun. —susurró Seokjin con voz tranquila. —Deja que el médico hable primero.

YongSun asintió con la cabeza, conteniendo el impulso de correr hacia el médico mientras luchaba por controlar la oleada de ansiedad que amenazaba con desbordarse en su interior. Observó con nerviosismo mientras el médico entraba en la sala, su rostro serio y concentrado mientras hacía una reverencia respetuosa a los presentes.

El médico se dirigió al frente de la sala y todos tomaron asiento, la expectativa palpable en el aire mientras esperaban ansiosamente las noticias sobre el estado de ByulYi. Lord Hwan suspiró pesadamente y se inclinó hacia adelante, sus ojos llenos de preocupación, mientras miraba al médico con intensidad.