❝Su Majestad❞ ❲moonsun❳

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MoonByul sabía lo que sucedía, se dio cuenta cuando estaba mordisqueando uno de los pezones ahora erectos y sonrojados de YongSun mientras ella se retorcía debajo suya gimiendo en voz baja arrugando las sábanas con la fuerza de sus manos. Alzó su mirada para encontrarse con una imagen que se quedaría plasmada en su mente: las mejillas sonrojadas, los ojos ligeramente húmedos, ambos labios separados quienes no impedían la salida de aquellos sonidos que era la melodía perfecta para su cerebro.

Entonces, ella decidió esta vez cumplir con su deseo, iba a seguir.

YongSun aún estaba consciente, su cerebro aún decidía no desconectarse debido a que ya conocía a la joven militar, pasaría al otro pezón para hacer exactamente lo mismo que con el otro y finalmente regresaría a su boca para sonreír y mimarla dejándola completamente desatendida, mojada... frustrada.

Pero... ¿qué... qué pasaba?

El cerebro de YongSun lanzó señales eléctricas que erizaban su piel en las zonas por donde los dedos de ByulYi paseaban, ahora estaban en su vientre formando círculos imaginarios luego llegaron hasta sus caderas, con la otra mano, ByulYi se sostenía, mientras que su boca seguía en su pecho. Entonces el tacto de aquellos dedos bajó y bajó, hasta llegar a sus muslos, sus piernas comenzaron a temblar cuando el dobladillo del vestido comenzó a subir hasta sus caderas, su piel estaba fría debido al agua y el tacto de los dedos ardientes de ByulYi la hizo mojarse aún más, después aquella mano subió a la parte de escote que estaba en esa misma zona.

Entonces ByulYi se enderezó y terminó por desnudar a YongSun en cuestión de segundos, el sonido en seco de su ropa húmeda cayendo al suelo terminó por sacarla de una ensoñación, los ojos azules de YongSun transmitían incertidumbre, sería demasiado bajo por parte de ByulYi haberla provocado de esa manera y después no hacer nada.

Ambas se miraron, entonces los ojos grises pasearon por la figura de la mujer debajo suya, aquella mirada era ardiente, ByulYi estaba conteniéndose en no comportarse como un auténtico animal a punto de desmembrar a su presa. Su respiración era calmada, pero su corazón latía a mil por hora, YongSun respiraba erráticamente y su corazón latía desbocado. YongSun sintió una punzada en el pecho cuando ByulYi se bajó de la cama y caminó hacia la puerta, sus ojos estaban a puntos de soltar lágrimas y su boca algunos reclamos, pero se quedó callada cuando MoonByul cerró la puerta de la habitación, quedándose ella dentro, apagó las luces y caminó veloz hacia la ventana para cerrar ligeramente las cortinas.

Regresó al pie de la cama, donde YongSun temblorosa se levantó, sentía que sus piernas iban a fallarle en cualquier momento, pero quería saber qué iba a pasar. MoonByul se colocó frente a ella, su mirada se oscureció, volvió nuevamente a analizar el cuerpo de la joven princesa, se acercó a ella y la atrajo bruscamente besándola con ferocidad. YongSun se derritió en sus brazos y sus piernas se doblaron, ByulYi la atrapó a tiempo para sentarla en la cama y alejarse de ella.

—Quítame la camisa.

La voz ronca de ByulYi la hizo estremecer, ella no era de las mujeres que le gustara ordenar, prefería usar sugerencias o una voz sumamente delicada y suave cuando daba una indicación, dentro de su ambiente privado. Sus dedos temblorosos tomaron el primer botón, YongSun no pudo resistir la mirada profunda de su novia y tuvo que dirigirla con velocidad hacia los botones, su torpeza la hizo tardar unos segundos más de lo que hubiese preferido.

Deslizó la tela ligeramente húmeda por el cuerpo de ByulYi lanzándola con poca fuerza lejos de ella. Ella estaba usando un sostén deportivo de color blanco, su pecho subía y bajaba ante su respiración, pudo alcanzar a admirar nuevamente el envidiable abdomen de la militar. Unos dedos se posaron en su barbilla obligándola a levantar la cabeza y su mirada chocó con la de ByulYi, tenía una sonrisa que no conocía.