˚. ⚜️˚○◦˚ chapter eight ˚◦○˚ ⚜️ .˚

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YongSun abrió los ojos, la luz del sol entraba por la ventana ligeramente descubierta por una cortina, apenas estaba amaneciendo. Gruñó frotándose los ojos, giró su cuerpo sintiéndose aprisionada por dos brazos, eran los brazos de ByulYi.

Cuando quedó frente a ella, la pelinegra abrió los ojos y se alejó sin decir nada. YongSun aún tenía sueño, solamente le sonrió y cerró sus ojos, la cama comenzó a moverse hasta que finalmente sintió el frío y vacío que dejaba la pelinegra. Realmente no le dio importancia porque sabía que esa era su rutina, levantarse excesivamente temprano, o al menos para su gusto, y comenzar su rutina de hacer... quien sabe qué cosas.

MoonByul se dirigió al baño en puntillas y cerró la puerta sin hacer demasiado escándalo, comenzó a sentir su frente húmeda y en cuestión de segundos había gotas saladas rodando por toda su cara hasta caer por su barbilla y cuello. Se miró en el enorme espejo frente al lavamanos y comenzó a deshacerse de su ropa lanzándola lejos, abrió el grifo de la regadera y sintió cómo el agua helada chocaba con su mano.

Con la misma mano comenzó a atenderse el doloroso problema diario y una vez terminó, se adentró a la regadera para darse su baño diario. Su cuerpo estaba actuando por instinto, así que no se dio cuenta de que, saliendo de la regadera, buscó su uniforme básico y salió al patio a entrenar su rutina de dos horas mañaneras. Cuando terminó ya eran las ocho de la mañana, así que entró a la cabaña para preparar el desayuno, comió sola y entró nuevamente al baño para bañarse nuevamente y quitarse el olor a sudor por el ejercicio. Después se colocó su uniforme militar y lavó sus dientes, como siempre hacía sonreía coquetamente diciéndose a su misma muchos cumplidos narcisistas.

— ¿Haces esto todos los días?

YongSun estaba recargada en el marco de la puerta, comiendo una tostada con jalea de zarzamora. Las boronas caían sobre su escote y sintiendo incomodidad, paseó su mano por toda el área hasta llegar a mostrar sutilmente que no llevaba sostén. MoonByul observó todo eso sin decir una sola palabra, la sonrisa llena de vanidad desapareció al ver esto en el reflejo que le proporcionó el espejo. Nuevamente su mente comenzó a crear miles de escenarios nada decentes con la princesa completamente sonrojada emitiendo sonidos indecentes y los ojos en blanco. Inmediatamente abrió el grifo y se salpicó la cara con agua, aquella acción extrañó a la rubia, pero no le dio gran importancia, esperó a que su pareja saliera del baño para poder usarlo ella, para aquel momento ya se había terminado su tostada con jalea de zarzamora.

MoonByul caminó hasta la cama y alborotó su larga cabellera negra.

—Dios mío, dame fuerzas para no caer tan rápido. —suplicó mirando el techo de color blanco juntando sus manos. —No debo caer ante la tentación que es la princesa, no debo, no debo, no debo... —siguió repitiendo para sí misma y su mente comenzó a disipar sus indecorosos pensamientos.

Suspiró aliviada y escuchó una puerta abrirse. YongSun estaba vistiendo uno de los múltiples trajes de baño de dos piezas que había llevado en su maleta, caminó descalza por la habitación hasta llegar al closet y sacar una especie de bata semitransparente con estampado de flores amarillas para cubrirse, rápidamente supo que era un kimono que pertenecía a la reina Kim cuando era soltera.

MoonByul sintió cómo su boca se secaba, tuvo que desviar la mirada porque si seguía viendo el redondo trasero de YongSun de esa manera iba a babear y una nueva erección se haría presente. Aunque debía admitir que era inevitable no ver a YongSun, tampoco entendió en primera instancia la razón por la cual la princesa se había vestido así, hasta que su propia mente la hizo recordar.

«Hagamos algo, ahora que estamos solas, tenemos libertad de hacer lo que queramos, porque no... vamos a la costa mañana temprano, te pones un lindo traje de baño y nos divertimos un poco...»

❝Su Majestad❞ ❲moonsun❳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora