˚. ✨ ˚○◦˚ chapter five ˚◦○˚ ✨ .˚

249 29 22
                                    

YongSun se despertó con la ausencia de la General, sabía que probablemente ella se había despertado minutos antes del amanecer, ella debía irse a su recámara para amanecer allí y no levantar sospechas. El pecho de YongSun dolía, al levantarse recordó que estaba desnuda y al mirar la hora, corrió al cuarto de baño para asearse y bajar a la sala de reuniones donde su padre, su madre y ambos generales estarían esperándola.

Al mirarse al espejo en el área de su clavícula se encontraban las marcas de ByulYi había dejado unas horas atrás producto del encuentro íntimo que tuvieron, recordar las sensaciones placenteras que la hicieron volar provocaron que el sentimiento de satisfacción se reemplazara por el de tristeza.

—YongSun, no.

Recordar el miedo que ByulYi sintió la hizo sentirse la peor mujer del mundo.

¿La había obligado? Tal vez, ella fue quien inició todo.

¿Ella la forzó a seguir? Realmente no, ambas estaban de acuerdo con el corresponderse.

Entonces ¿cómo debía de explicarle a MoonByul que ella la amaba por sobre todas las cosas? No le importaba su físico, si no era un hombre que le diera una familia, ella amaba su trato, su voz, su mirada, su empeño y su amor incondicional.

—Su alteza, la esperan en la sala de reuniones.

—En unos minutos bajo.

YongSun limpió de su rostro las lágrimas que salieron de sus ojos, se bañó lo más rápido que pudo, se vistió y tomó su maleta, antes de salir recordó un último detalle. Debajo de su cama había una caja, una caja roja que MoonByul le regaló el día de su cumpleaños número diecinueve, un mes después de aceptar su cortejo la, entonces, oficial al mando se había colado a su recámara y le había dejado sobre la cama aquella caja junto a una nota.

«Feliz cumpleaños, su alteza. Me hubiera gustado darle un abrazo de felicitación, pero solamente podré verla desde la distancia, disfrute su regalo.

Atentamente. La Oficial al Mando. Moon ByulYi.»

Al abrirla se encontró con una hermosa rosa blanca, con una bolsita de tela roja con chocolates dentro, aquellos que YongSun tanto había anhelado comer, pero por culpa de su dieta no pudo. Además de una carta de la oficial al mando escrita a puño y letra.

«Existirán millones de mujeres en el mundo, pero, para mi cabeza, sólo conozco su existencia. Existirán miles de colores de ojos, pero no dejaría de pensar en los suyos. Existirán diferentes voces, pero no dejaré de suspirar al escuchar la suya.

Deseo que sepa que mi corazón solo es para usted, si un día desea aceptarme como su pareja, le aseguro que la haré sentirse dichosa cada que despierte a mi lado. Lucharé por velar por su bienestar, contra marea, contra el fuego, el viento y la tierra, daré mi vida por usted.

Para mí, usted, princesa YongSun, es el Sol que brilla durante mis días, el astro que me alienta a seguir haciendo lo que hago.

Atentamente. Moon ByulYi.»

YongSun guardaba allí detalles pequeños que MoonByul le regalaba en cada ocasión que podía, uno de ellos fue su antigua medalla de Soldado honorable, también su medalla de Oficial al mando, la medalla de Inspectora al mando, y una copia exacta de cada uno de sus reconocimientos. Rosas marchitas que YongSun aplastaba con libros para poder guardarlas, notas que le dejaba durante las noches, poemas... esos detalles eran los que la hicieron enamorarse día con día de la actual General.

Ella jamás se arrepentiría de escogerla y amarla.

Tomó la caja y la guardó en su maleta, echando un último vistazo general, YongSun salió de su recámara, uno de los guardias, que cuidaba las puertas de sus aposentos, la apoyó cargando su maleta y se dirigió a la sala de reuniones. Al estar frente a la puerta, esperó unos minutos a tomar valor y le dio la orden al guardia anunciarla.

❝Su Majestad❞ ❲moonsun❳Donde viven las historias. Descúbrelo ahora