❝Su Majestad❞ ❲moonsun❳

˚. ✨ ˚○◦˚ chapter eleven ˚◦○˚ ✨ .˚

Había transcurrido otra semana, pronto estarían cumpliendo veinte días en la cabaña y MoonByul estaba más que consciente que el reino de Seúl cantaría la derrota de manera inminente. Los rebeldes republicanos, cómo se le apodó a aquellos hombres y mujeres a favor de instaurar una República, estaban destruyendo todo a su paso, ya no había fotografía o monumento en honor a la familia real intacto. Las murallas del palacio estaban a punto de derrumbarse y si eso pasaba, entonces el palacio de los reyes Kim sería saqueado y destruido, aunque eso para la perspectiva militar de Moon ByulYi era algo poco inteligente.

Visto desde una visión militar, los rebeldes deberían usar la propiedad del palacio como el lugar donde se hospede la familia encargada de liderar la nueva República y no destruirlo, al fin y al cabo, era la historia del reino. Pero conociendo el orgullo de los hombres de Seúl, sabía perfectamente que ellos preferirían enterrar todo rastro de la monarquía Kim a cualquier costo.

Kim Seokjin era, extrañamente, adorado por los jóvenes rebeldes republicanos debido a su ardua labor estratega de seguir adelante con la protección a la familia real, en cambio, el nombre de la General Moon ByulYi si era un nombre manchado por la saliva de los rebeldes. La razón era sencilla, protegía a la heredera de la Corona y ellos iban a deshacerse de todo lo que tuviese relación con la familia real.

Y eso incluía a la princesa heredera al trono, su amada YongSun.

— ¿En qué tanto piensas? —la dulce voz de la princesa la sacó de sus pensamientos un segundo.

YongSun estaba enredada entre las sábanas blancas y húmedas de su cama, con sus dedos acariciaban el pecho de MoonByul con suma dedicación.

Aquella semana había sido el comienzo de una intensa actividad sexual por petición de la joven princesa y MoonByul era muy fácil de convencer, vulgarmente diría que cuatro grandes y redondas razones la hacían ceder fácilmente, pero ¿realmente era culpa de la princesa? No, porque ella también estaba deseosa de aquello, solamente que sabía controlarse mejor.

—Pienso en nuestro futuro. —contestó ByulYi con una verdad manchada de mentira.

Realmente, la joven militar pensaba en su futuro. Había varias preguntas que generaban más preguntas que respuestas.

¿Qué pasaría con el reino? ¿Ganará la monarquía? Y si es así ¿qué hará YongSun? ¿Seguirá con el legado de su familia a pesar de lo que el pueblo le pida? ¿O abdicará para irse lejos de Seúl?

Pero ¿y si ganan los republicanos? ¿Qué hará YongSun? ¿Querrá ir a Seúl a por los cuerpos de sus padres con el riesgo de que la maten? ¿O los dejará ahí para irse inmediatamente lejos de Seúl?

MoonByul sabía la respuesta, YongSun era capaz de matarse a sí misma con tal de darle al pueblo lo que quiere.

Y eso ella no lo iba a permitir.

—Te amo, ByulYi...

Y si eso implicaba ocultarle la verdad sobre la situación del reino...

—Yo también te amo, preciosa.

...eso iba a hacer.