❝Su Majestad❞ ❲moonsun❳

˚. ⚜️˚○◦˚ chapter eighteen ˚◦○˚ ⚜️ .˚

—Listo, mi General. Afortunadamente solo fue un esguince de primer grado, pero como usted es muy atlético y saludable, junto con estos medicamentos se sentirá mejor en una semana. —indicó la enfermera recogiendo los utensilios que usó para aplicar un vendaje adecuado para el tobillo del castaño, junto a él estaban MoonByul y la, ahora, reina YongSun.

—Estarás listo para mi coronación. —aquellas palabras tenían una mezcla de emoción y tristeza. Seokjin miró apurado a ByulYi quien agachó la mirada.

—Qué bueno que podré seguir el protocolo. No me hubiese gustado tener el pie enyesado ese día tan importante. —sonrió Seokjin, YongSun le correspondió mirando a ByulYi quien no le dirigía la mirada.

— ¡General Kim! — interrumpió el teniente Huening, corriendo a la sala de enfermería buscando a ambos militares. —Necesitamos su ayuda, acaban de herir a varios compañeros con una bomba casera, están a punto de entrar a los terrenos de la muralla.

—Está bien, ahora yo...

—Tú nada. —calló ByulYi con ferocidad. —Yo iré con ustedes, el general Kim no está en condiciones de luchar, yo sí.

— ¿No está cansada, general Moon? —la débil voz de YongSun estrujó su corazón, la general se detuvo y se giró encarando por primera vez a la reina quien la miraba con melancolía. Muy en el fondo, sabía que YongSun, por más enojada que estuviera con ella, se preocupaba por ella.

—Aunque este agonizando, mi deber es proteger el palacio y a la familia real. —dijo ByulYi a una distancia peligrosamente cerca de la princesa quien miró fijamente a la mujer frente a ella.

—Si fuese así no me hubieras mentido. —acusó YongSun con dolor, un llamado de Huening las interrumpió, ByulYi se dio la vuelta haciendo una reverencia manteniendo su distancia. —A mediodía.

ByulYi sabía a qué se refería, pero decidió fingir que no había escuchado absolutamente nada y se fue de allí lista para ponerse su uniforme militar y luchar contra los rebeldes. Minutos más tarde, los soldados caídos por heridas entraron a la sala de curación, las heridas de los soldados eran impactantes para los ojos de la princesa, algunos gritaban de dolor por un dolor agonizante. Uno murió frente a ella.

—Su Majestad, míreme. —llamó Seokjin, la princesa se acercó a él sin dejar de mirar la terrible escena. —Su Majestad. YongSun. Mírame. —la rubia miró al militar y se escuchó el metal de unos arillos de una cortina que cubrió la visceral escena. —Debes irte. Yo estaré bien, no será agradable ver esto.

YongSun asintió, sintiendo sus nervios de punta, salió corriendo de allí intentando borrar las traumáticas escenas de dos soldados sin piernas y llenos de sangre y tierra.

Las lágrimas salieron de sus ojos con horror, le dolía ver a su gente sufrir, ellos no merecían sufrir de esta manera.

[Horas más tarde.]

YongSun llevaba rato en sus aposentos, el sol se estaba escondiendo y lo peor era que aún no tenía noticias de la general Moon, su corazón y su mente estaban en una lucha constante que la abrumaba tanto que no se dio cuenta cuando la puerta se cerró detrás de la reina consorte Jin Kijoo quien había entrado, el sonido de sus tacones captó la atención de YongSun.