❝Su Majestad❞ ❲moonsun❳

˚. ✨ ˚○◦˚ chapter nine ˚◦○˚ ✨ .˚

[Cuatro días después.]

—Buenos días, General Moon.

—Buenos días, Almirante Lee.

—Hemos traído las provisiones de este mes, realmente esperamos que se conserven. —comentó el hombre uniformado de blanco mientras algunos hombres transportaban cajas de madera hacia el camino de piedra en dirección a la cabaña. —El rey Kim le ha enviado esto, puede leerlo después. —el almirante le entregó a la pelinegra un sobre de color gris. —Me ha dicho que debe darme un sobre también.

—Ha sido un informe de estos días, la princesa ha estado bastante intranquila. —MoonByul intentaba no sonreír. —Aunque no hemos hablado en estos días.

—Está bien, mi general.

Después de unos minutos los hombres regresaron a la pequeña embarcación, ambos se despidieron y el almirante junto a su tripulación navegaron hasta el bote que los llevaría de regreso a la costa. MoonByul comenzó a leer la carta que le había sido enviada, el corazón de ByulYi golpeaba su pecho con cada palabra leída por sus ojos y procesada en su cerebro.

Sus ojos se cristalizaron al leer una frase y un miedo escandaloso la invadió. Entonces dejó de leer, a pesar de estar sola, ella ya sentía la bala atravesando su cabeza y era un dolor imaginario agonizante, respiró hondo para tomar calor y al seguir leyendo aquella sensación se esfumó. Lágrimas resbalaron por sus mejillas al leer las últimas palabras escritas con el puño del rey, había una promesa, una promesa que con gusto cumpliría, pero sabía que YongSun no estaría de acuerdo con ello.

[Una semana después.]

—ByulYi... ¿no te han dicho nada sobre mi padre y la situación del reino? —la pelinegra sintió un nudo en el estómago al oír las palabras de la princesa.

—En absoluto. —sonrió ByulYi intentando transmitir tranquilidad. —Sabes que, si me dijeran algo de tu padre, te lo diría de inmediato.

«Mentirosa.»

—Se me hace muy raro que no te hayan dicho nada, es como... si ya no importáramos. —la mirada azul estaba opaca y ByulYi se mordió la lengua. —Bueno, yo nunca importé, tú sí.

— ¿Te molesta?

—Para nada, solo que me parece desproporcionado.

MoonByul intento no provocar una herida profunda en su lengua, así que dejó de morderla. Su subconsciente no parecía dejarla en paz.

¿Qué sucedía si hablaba?

Su mente inmediatamente respondió su pregunta, dándole una imagen de YongSun gritando y llorando desconsoladamente en la orilla de la playa a todo pulmón. ByulYi, entonces tendría que desobedecer una orden y enviar un mensaje para que fuesen por ambas y regresar a Seúl, porque conocía a YongSun, ella sería capaz de meterse al mar para intentar llegar a Seúl nadando ella misma.

Además, estaba segura de que se ganaría el odio profundo de la princesa y eso era lo único que la detenía, arrepintiéndose de ello, porque sabía que cada día que pasara, el odio de YongSun incrementaría hasta el día en que ella se entere de la verdad.

—Si pudiera enviar un mensaje lo haría, estoy segura de que, en dos días, cuando vea al almirante Lee de nuevo, me dará alguna noticia. Así que sé paciente, princesa. —ByulYi sonrió intentando no sentir más culpa al ver cómo YongSun se levantaba de su silla y caminaba hasta ella para buscar consuelo. —Estoy segura de que si no dicen nada es porque tu papá está bien.

—Quiero decirle tantas cosas antes de que se vaya. —suspiró YongSun sintiendo alivio ante las caricias en su cabeza que ByulYi le proporcionaba.

— ¿Qué cosas?