❝Su Majestad❞ ❲moonsun❳

˚. ⚜️˚○◦˚ chapter forty-two ˚◦○˚ ⚜️ .˚

[Una semana antes de la boda.]

La mañana se deslizaba suavemente sobre Seúl, pintando el cielo con tonos rosados y dorados mientras los primeros rayos de sol acariciaban las altas paredes de la Abadía de Shinseongbit. YongSun se encontraba de pie en el umbral de la imponente estructura, observando con ojos críticos cada movimiento del personal que se afanaba en preparar el lugar para su boda. Su figura se recortaba majestuosa contra el cielo matutino, su vestido de un azul similar al de sus ojos de seda ondeando suavemente alrededor de ella mientras una brisa ligera jugueteaba con sus cabellos oscuros.

Desde su posición, podía ver cómo los trabajadores se movían con diligencia, cada uno desempeñando su papel en la creación de un escenario digno de sí misma. Los encargados de la logística arrastraban las pesadas bancas de madera, desplazándolas con cuidado milimétrico para crear más espacio en el interior de la Abadía.

Al otro lado, un grupo de floristas trabajaba con frenesí, colocando con precisión los arreglos florales que adornarían el altar y los pasillos de la iglesia. Cada uno llevaba consigo un ramillete de flores frescas, cuyos colores vibrantes llenaban el aire con un aroma embriagador. YongSun observaba con satisfacción cómo los artistas florales se inclinaban sobre sus creaciones, ajustando cada pétalo y hoja con meticulosidad, como si estuvieran esculpiendo una obra maestra viviente.

En un rincón apartado, un equipo de decoradores trabajaba en la ambientación de la Abadía, colgando guirnaldas de luces centelleantes y drapearías de seda que ondeaban suavemente con la brisa. YongSun sonrió con satisfacción al ver el resultado de su labor, cada detalle meticulosamente planeado y ejecutado para crear el ambiente perfecto para su día especial.

En otro rincón de la Abadía, un equipo de músicos ensayaba con fervor, afinando sus instrumentos y armonizando sus voces para crear la banda sonora perfecta para la ocasión. El dulce sonido de violines y flautas llenaba el aire, envolviendo el espacio con una melodía celestial que prometía acompañar cada momento de la ceremonia con una elegancia incomparable. YongSun cerró los ojos por un momento, dejándose llevar por la música, sintiendo cómo cada nota resonaba en lo más profundo de su ser y la llenaba de emoción y anticipación.

—YongSun. —la rubia rápidamente reconoció aquella voz, sintió una descarga eléctrica recorrer su espalda erizando su piel. —Necesito hablar contigo.

YongSun giró lentamente hacia ella, sus ojos encontrando los de MoonByul con molestia, sabía que ella no estaría allí si no fuese por la boda y el bebé que ambas esperaban. Realmente no esperaba verla allí, en medio de los preparativos para la boda que ahora parecía tan distante de sus planes originales.

— ¿Qué quieres? —respondió fríamente, su tono revelando el muro que había construido alrededor de su corazón. MoonByul sintió un escalofrío recorrer su espalda ante la frialdad en la voz de YongSun, pero se obligó a mantener la compostura.

—Quiero hablar sobre lo que ha pasado entre nosotras. —dijo mientras su mirada buscaba la de YongSun en busca de alguna señal de compasión. —Necesito que sepas que lo siento, de verdad. Siento todo el dolor y la confusión que te he causado.

—Es demasiado tarde para las disculpas, MoonByul. —dijo finalmente, su voz apenas un susurro cargado de amargura para mantener las apariencias. —Ya no puedo confiar en ti, después de todo lo que has hecho.

—Lo entiendo. —murmuró con pesar, ambas sonrieron cuando algunos trabajadores las felicitaron por su unión, pero una vez desaparecieron, ambas mostraron sus verdaderos sentimientos. —Pero necesito que sepas que he estado buscándote, tratando de encontrarte para disculparme.

YongSun la miró con incredulidad, sus ojos oscuros brillando con un destello de frustración.

— ¿Buscar? ¿De verdad crees que eso cambia algo? —preguntó con sarcasmo, su tono lleno de amargura. —No puedes borrar lo que has hecho, MoonByul. No puedes hacer que desaparezca todo el dolor y la traición.