Cap 14.- "Sin vuelta atrás"

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[Gretel]

Miro impaciente a Andrew que se muestra demasiado tranquilo y algo divertido por mi reacción. Echa su cabello hacia atrás, resopla y se recarga en el sillón mirando hacia el techo. Camino a lo ancho de su habitación sin prestarle atención a nada y concentrándome solamente en mantenerme bajo control.

— ¿Vas a decir algo? —pregunto finalmente—. Si no, para marcharme, que esta es una completa pérdida de tiempo.

— Siéntate —dice él sin dejar de mirar el techo.

— No gracias —digo de mala manera, sus ojos me miran por milisegundos, pero con eso es suficiente para ver su fastidio.

— He dicho que te sientes.

— No.

— Siéntate... ahora.

— He dicho que no quiero —digo con obstinada reiteración, me cruzo de brazos y le sonrío de forma cínica cuando me mira.

Me estremezco un poco ante la intensidad de su mirar, carraspeo y miro hacia otro lado para que no note la forma en que me hace sentir, odio admitirlo de manera tan abierta, pero él me da miedo.

Escucho que se pone de pie y se dirige hacia donde me encuentro. Mostrando una tranquilidad que en verdad no poseo, le miro nuevamente, nuestros ojos se conectan y nos miramos fijamente de manera retadora, manteniendo aires de superioridad y no estando dispuestos a ceder ni uno de los dos, ante el otro. Continúo sosteniéndole la mirada sin dudar, ignorando la extraña sensación debajo de mi piel y el hecho de que mientras más se acerca mi pulso más se acelera, pero no estoy dispuesta a dejar que él lo note.

Estando su cuerpo a unos cuantos escasos centímetros de distancia del mío, él desvía su mirada a algo detrás de mí, se inclina muy ligeramente, sin tocarme, pero permitiéndome apreciar su aroma; no huele a ningún perfume o loción en especial, solo a limpio y a su natural esencia masculina.

— Me eres un fastidio. —susurra a mi oído con una escalofriante voz que me eriza la piel.

— Lo mismo digo de ti. —contesto sorprendiéndome a mí misma por el tranquilo tono de mi voz.

Noto que toma una carpeta en sus manos y vuelve a su lugar, saca unos papeles y los analiza a conciencia, metiéndose tanto en ellos que una vez más deja de lado mi presencia.

Resoplo fastidiada y miro a mi alrededor, camino hacia un estante donde hay varias medallas y trofeos, como mi curiosidad es mucha me pongo a ver de que son y la verdad no me sorprende que todos y cada uno de ellos sean el primer lugar en competencias en diferentes campos de artes marciales. Me giro y miro hacia otro lado; en una esquina hay un escritorio con un ordenador y montones de papales esparcidos, lo cual me desespera y me pone ansiosa ya que yo soy demasiado ordenada, más de lo que me gustaría.

Muerdo mi labio y camino hacia allá dispuesta a arreglar todo ese desastre, pero me quedo a medio camino al escuchar la voz de Andrew, le miro y él me hace una seña hacia la cama indicándome que me siente, pongo los ojos en blanco y esta vez le hago caso. Me siento en la orilla y cruzo mis piernas, pongo mis manos sobre mis rodillas, mi espalda recta y tras echar mi cabello hacia un lado le miro esperando que esta vez sí hable.

Él me mira sin expresión como de costumbre, pone los papeles a un lado y después estira sus piernas y las cruza, echa su peso en el respaldo, recarga su barbilla en su puño derecho y alza levemente la cabeza, pero sin perderme de vista. Sus ojos color azul-grisáceo me escrutan por un par de minutos más y finalmente se decide a hablar.

— Seguro sabrás que lo que he hecho hasta ahora a causa tuya no ha sido precisamente por diversión.

— Por supuesto —digo con obviedad—. Algo quieres eso lo sé y es por eso que estoy aquí ¿No? Ahora dime que es ese algo, porque debe de ser demasiado bueno como para que te hayas arriesgado de ese modo por mí.

Beso Letal (18+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora