Cap.- 41 "Familia"

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Aisa

Me siento de maravilla como si por arte de magia toda la pesadez en mi cuerpo y alma hayan sido reemplazados por una tranquilidad y paz que no sentía en mucho tiempo. Sonrío y como de mi sándwich mientras miro a los dos hermanos con cara de amargados.
- Quiero que hagan las paces -digo tras tomar un poco de jugo- no quiero que sigan en ese plan de pelear por mí como si fuera un objeto sin voluntad.
- Por mí no hay problema -dice As tranquilamente, pero Gretel se muestra reacia ante la idea.
- Gretel agradezco mucho lo que deseas hacer por mí y estoy dispuesta a irme contigo, pero...
- Pero no sin mí hermano -termina la frase por mí mientras rueda los ojos -ya lo sé.
- No tienes derecho de exigir ni imponer nada, después de lo que ambos me han hecho ninguno tiene derecho a pedirme nada.
- Lo sentimos -dicen al unísono y se miran ocultando una sonrisa.
- Dejen de hacerse los idiotas, si no quieren que me vaya por mi propia cuenta entonces hagan las paces.
- Está bien -Gretel se pone de pie y le hace una seña a As para que haga lo mismo- Lo haré por ti Aisa, perdonaré a Dominik y espero que podamos comenzar de nuevo.
- ¡Perfecto! -aplaudo- ¿Qué dices tú As?
- Sabes que te quiero Gretel y no quiero volver a perderlas así que me portaré bien.
- ¡Hermoso, exijo abrazo! -As abre los brazos a su hermana y ella acorta la distancia para dejarse abrazar. Sinceramente no sé si están siendo sinceros entre ellos, pero no me importa, solo quiero que dejen de causarme dolores de cabeza con sus peleas.
- ¿Cuándo nos iremos? -pregunta Dominik cuando se separan.
- Aún tengo algo que hacer, si todo sale bien en un mes podremos irnos.
- ¡Perfecto, entonces tendremos vacaciones familiares por un mes!
- No tengo queja alguna.
- Ni yo -dice Gretel, pero se ve preocupada y nos mira mostrando nerviosismo.
- ¿Qué pasa?
- Nada, es solo que necesito ir al pueblo.
- ¿Por qué?
- Quiero comprar algunas cosas.
- ¿Qué cosas?
- ¡Cosas!
- ¿No pueden esperar?
- No, son cosas importantes.
- ¿Más que yo?
- Aisa...
- Está bien, pero te acompañamos.
- ¡No! -se apresura a decir y le miro entrecerrando los ojos.
- ¿A caso quieres irte otra vez y dejarme?
- Claro que no Aisa es que...
- ¡Nada! No te perdonaré está vez si te vas. -se queda pensativa mirando sus manos, se remueve incomoda y finalmente tras soltar un suspiro de resignación vuelve a mirarme.
- Está bien, no iré a ningún lado, tú eres más importante.
- ¡Maravilloso! -exclamo volviendo a sonreír, de alguna manera me siento fuera de mí misma, como si de alguna forma hubiera sido reemplazada por una Aisa más oscura y llena de veneno. Es una sensación que disfruto en gran manera, me hace sentir realmente bien.
- Bueno, ya que todo ha quedado arreglado vayamos a la playa -dice Dominik sonriéndome de manera esplendorosa- te quiero metida en ese bikini que compré para ti.
- ¡No usaré un bikini!
- Sí lo harás, me lo debes.
- ¡No!
- Vamos, te verás hermosa -camina hacía mí, intento huir, pero me atrapa en sus brazos y me alza fácilmente, aún en contra de mis reclamos me lleva a la habitación, Gretel se limita a mirarnos desde su lugar. Al entrar a la habitación As me deja caer sobre la cama, se apresura y de las maletas saca un bikini de dos piezas de color negro.
- No me pondré esa cosa.
- Sí lo harás -se echa sobre mí y comienza a sacarme la ropa, solo llevo un short y una blusa de tirantes así que no le lleva mucho tiempo- te lo pones o te lo pongo.
- Ya estás en eso... -sonríe y me sienta sobre la cama, me siento como un bebé siendo vestido por su madre, pero no importa, es gracioso ver a As tratando de descifrar como se pone la parte de arriba. Una vez que me hace ponerme el traje me toma en brazos y salimos a donde Gretel, está exactamente en la misma posición. Su mirada perdida deja claro que algo le preocupa.
- Iremos a nadar ¿No vas? -le pregunta As, ella alza la vista y nos mira, muerde sus labios y vuelve a suspirar.
- No tengo traje de baño.
- Compré varios para Aisa tal vez uno te quede.
- Bien, iré por uno.
- Te esperamos en la playa.
- Sí.

Sin bajarme As sale de la cabaña y me lleva hasta donde las olas alcanzan la playa, me baja con cuidado dejando que nuestros pies se mojen. Toma mi mano con firmeza y comenzamos a entrar al mar. Voy un paso atrás de él y aprovecho para observar su espalda, esta tiene algunos rasguños debido a la lo sucedido la noche anterior. Sonrío y recuerdo aquellas palabras...

Te amo

Aún me parece increíble que las haya dicho y debo admitir que dude de su veracidad, pero aún así me hace feliz haberlas escuchado. Aunque cuando me las dijo me quedé alucinando y no le dije nada y hasta ahora no le he dicho nada al respecto.

- Que no se te olvide que soy enana -le digo cuando el agua comienza a llegarme por encima del pecho, el vaivén de las olas hace mis pies dejen de tocar en fondo a ratos y siento que comienzo a hundirme.
- Como olvidarlo -dice riendo, se gira y me atrae hacía él, de inmediato me pego como lapa a su cuerpo, me alza un poco más y logro colocar mi mentón sobre su hombro -¿Estás feliz?
- Lo estoy.
- No sabes el gran alivio que es saber eso.
- ¿Tú estás feliz?
- Lo estoy -sonrío y comienzo a besar su cuello, se retuerce e intenta hacerme cosquillas, pero eso hace que le muerda- pequeña no hagas eso.
- ¿Por qué no?
- Quiero disfrutar un rato contigo, pero si sigues así tendré que llevarte a la habitación.
- Eso es tentador -digo volviendo a morder.
- Si querían hacer sus cochinadas no me hubieran invitado -se escucha la voz de Gretel, nos giramos hacía ella encontrándola a la orilla con las manos en la cintura.
- No hacemos nada, ven a nadar.

Me bajo de los brazos de As y voy junto a Gretel, comenzamos a nadar y jugar en el agua como si todas las cosas que han sucedido en los últimos meses no hubieran pasado nunca. Ambos hermanos comienzan a reír y disfrutar del momento, comienzan a jugar aventándose agua y ahogándose el uno al otro. Por un momento mis padres y hermano vienen a mi mente, nunca los menciono, pero no hay día que no piense en ellos. Lo hago para recordarme porque sigo viviendo y porque he llegado hasta aquí. Observo a Gretel y As pensando en que para bien o para mal son la única familia que tengo y a pesar de los deseos ocultos de mí corazón no me arrepiento de haberlos elegido.

Tras nadar y andar un rato por la playa volvemos a la cabaña para comer, As y yo preparamos la comida y Gretel acomoda la mesa. El ambiente es demasiado tranquilo y agradable, desearía que pudiera haber más días así.

- Tengo sueño -digo soltando un bostezo después de haber comido.
- ¡Vayamos a dormir! -dice As de inmediato.
- Deja que repose primero la comida.
- Puede hacerlo allá.
- Como quieran.

As vuelve a tomarme en brazos para llevarme a la habitación, no sé que manía le dio por hacer eso, pero no me quejo y solo lo disfruto.

Gretel

Me quedo dando vueltas por la cabaña sintiéndome ansiosa, espío constantemente en la habitación esperando que Aisa y Dominik se queden dormidos, afortunadamente no se ponen de sucios y se acuestan tranquilamente, cuando me cercioro de que se han dormido salgo rápidamente con intensión de ir al pueblo.

Camino a prisa a la carretera y espero el transporte publico, me mantengo ansiosa ante la idea de que Aisa despierte y no me encuentre. Ella está mucho mejor que ayer, poco a poco regresa a la normalidad y no quiero joderla de nuevo.

Cuando finalmente llego al pueblo bajo corriendo y comienzo a buscar una farmacia y al encontrarla me apresuro a entrar, pero justo antes de poder hacerlo un cuerpo se pone en mi camino.

- Que sorpresa encontrarte por aquí.
- ¿Andrew? -le miro con sorpresa, incrédula de que en verdad esté ahí.
- Hola Gretel.
- ¿Qué haces aquí?
- Quise tomarme yo también unos días para descansar -dice esbozando una apenas perceptible sonrisa, le miro completamente anonadada y a penas puedo creer mi mala suerte.
- Que bien -digo mirando al interior de la farmacia- tengo que hacer unas compras para Aisa.
- Hazlas más tarde, acompáñame -me toma de la mano para hacerme andar con él, pero me rehúso.
- ¿A donde?
- Te invito a comer.
- ¿Ah? -le miro con recelo ¿Qué está tramando? Tanta amabilidad asusta.
- No puedo, tengo que regresar, Aisa me espera.
- Bien, entonces vamos te llevo.
- ¡No!
- ¿Por qué no?
- No pueden verme contigo.
- Ambos saben que estás conmigo y creo que va siendo hora de que me presente formalmente con mis cuñados -la cara que pongo tras sus palabras seguramente es digna de ser fotografiada. No doy crédito a lo que dice, ni al como actúa. ¿Qué clase de broma es está?

*****
Hola chicos, ¿como están? les traigo un capítulo tranquilo para que relajen un poco antes de que comience lo bueno.

Tengan bonita tarde.

Beso Letal (18+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora