Cap 40.- II

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Aisa

Me mantengo mirando el techo mientras Gretel duerme a mi lado, cerca, muy cerca de mí. Le miro de reojo viendo su silueta de costado, su cabello cae por sus hombros y solo puedo observar su hermoso perfil. Parece que duerme tranquilamente y eso me alegra, aún me cuesta creer que en verdad la tengo justo a mi lado, después de tantos días y noches llorando su muerte, ahora ella simplemente está ahí, durmiendo despreocupadamente. ¿Dónde estuvo todo este tiempo? No pasé por alto lo maltratado de su cuerpo cuando nos bañamos, incluso tiene una herida reciente, pero yo en realidad no quiero saber en que anda metida, puede sonar egoísta de mi parte, pero simplemente no quiero saber ya nada más. Tengo un agotamiento mental tan grande que me hace sentir que nada tiene la menor importancia, mis emociones se van encogiendo cada vez más. Pareciera que después de llegar a mi máximo nivel de dolor ahora todo sentimiento va bajando y desvaneciéndose como neblina tras la salida del sol.

Suspiro y pienso en todas las cosas que se dijeron Gretel y As, su relación no es ni la sombra de lo que una ves fue. El amor, el respeto, la admiración y todo lo que sentía Gretel por su hermano ha desaparecido por completo, no sé como sentirme al respecto. Ella quiere llevarme lejos, que comencemos de nuevo, quiere que yo esté bien, quiere hacerme feliz alejándome de su hermano ¿Cómo decirle que no estoy bien y en realidad nunca lo estaré? ¿Cómo explicarle que en As encuentro el único punto estable entre la inestabilidad? ¿Cómo hacer entender algo que no entiendo? Y ser feliz... no sé si halla manera en que pueda explicarme para que ella entienda mi sentir al respecto.

Suspiro nuevamente y miro a todo mi alrededor antes de ponerme de pie con mucho cuidado de no despertar a Gretel. Camino descalza hacia afuera de la habitación y voy en busca de As; lo encuentro en la sala sentado en el sofá, las luces están apagadas pero se puede notar que está perdido en pensamientos mientras mira fijamente su cuchillo. Camino silenciosamente hasta él y me sitúo por detrás del sofá, me inclino sobre este y rodeo su cuello con mis brazos, da un respingo ante mi presencia, pero al notar que soy yo se relaja.

— Si quisiera matarte lo hubiera hecho fácilmente —digo suavemente a su oído. 

— Creo que estoy perdiendo el toque —dice esbozando media sonrisa mientras gira un poco su cabeza para mirarme. 

— ¿En qué pensabas tanto? —pregunto mientras acaricio sus labios con mi pulgar, me mira fijo unos segundos, su mirada se ve demasiado oscura, el gris en sus ojos se ha vuelto negro. 

— En Gretel... ¿no deberías estar durmiendo con ella? 

— Debería, pero no podía dormir. 

— ¿Todavía no te la crees? 

— No, siento que si duermo ya no estará al despertar. 

— ¿Realmente me odias por no haberte dicho que posiblemente estaba viva? 

— He tenido peores razones para odiarte y aún así no lo hago As, a estas alturas el odiarte es incluso una pérdida de tiempo. 

— Vaya... no sé si eso es bueno o malo. 

— Tampoco lo sé —recargo mi mentón sobre su hombro y vuelvo a suspirar. 

— ¿Quieres que hablemos al respecto? ¿Qué te cuente todo lo que sé? 

— No, de hecho no. Quiero que hablemos, pero no precisamente de eso, no quiero saber que estaba haciendo, no quiero saber nada, siento mi mente demasiado sobrecargada y no quiero explotar aún. 

— Que bien, porque la verdad me da mucha flojera tener que explicar todo. 

— As... 

— Mande. 

Beso Letal (18+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora