Cap.- 22 "Manipulación"

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[Aisa]

Asiento a todo lo que Mateo me dice; él me da instrucciones de cómo defenderme o atacar. Solo me enseña teoría por ahora pues aunque la herida ya no me duela aun no puedo hacer movimientos rudos pues podría ser peligroso.

Llevo ya una semana viéndole, ahora estoy con él en Dojo o la escuela de artes marciales, donde aparte de mí hay muchas más personas, sobre todo niños.

El hombre de unos cuarenta años que está frente a mí intenta mostrarme con ejemplos las formas en que debo reaccionar ante un ataque, yo sigo asintiendo como tonta, no presto del todo atención, una parte de mi mente está perdida en viejos recuerdos.

Recuerdos de cierto asesino intentando entrenar a una chiquilla loca.

Veo como Mateo toma del brazo a un chico y dobla su muñeca amenazando con romperla al mismo tiempo que jala su brazo y le obliga a inclinarse frente a él, mientras me explica como se llama cada movimiento y lo importante que es ser rápido y tener unos magníficos reflejos.

— Cuando puedas hacerlo por ti misma será beneficioso, solo ver no ayuda mucho.

— ¿No puedo enseñarme a usar un arma? —pregunto y Mateo me sonríe.

— No puedes andar por las calles cargando un arma Aisa. La mejor arma que puedes tener es tu mismo cuerpo; tus manos, tus pies, sobre todo tu mente...

— Ya, ya —le corto mientras resoplo, dudo que pueda hacer algún daño con la mente, aunque sé exactamente a que se refiere.

— Ten paciencia Aisa.

— ¿Puedo intentar algo? —pregunto esperanzada, he estado varios días solo viendo y tengo ganas de un poco de acción.

— Podrías lastimarte.

— Ya estoy bien, solo quiero poner en práctica lo que me ha enseñado.

— Bien, pero nada rudo por ahora.

Mateo le hace una señal al chico de hace rato, este se para frente a mí y se pone en posición ofensiva, imito su pose e intento atacar, pero él se mueve más rápido que yo y se acerca a mí con intensión de someterme, casi por instinto me echo hacia atrás rápidamente dando varios brincos en retroceso, tal movimiento hace que mis pies se enreden. El chico frente a mí intenta sostenerme para que no caiga, pero no es necesario, mi caída es impedida por un cuerpo que se posiciona a mis espaldas. Unas grandes y fuertes manos me sostienen de los hombros ayudándome a estabilizarme.

Mateo y el chico ríen por mis estúpidos movimientos, no pensé en atacar solo en huir. Alzo la cabeza viendo al sujeto que me sostiene y al momento de hacerlo mi rostro se sonroja.

— Cuidado —me dice él suavemente sin dejar de mirar fijo mis ojos, su voz hace que me estremezca. Con cuidado me alejo de él.

— Lo siento —digo haciendo una leve reverencia.

— ¿Nueva alumna? —pregunta a Mateo.

— Sí. Está aquí para aprender un poco de defensa personal. —el hombre me mira de pies a cabeza y yo me remuevo totalmente avergonzada.

— Adam Fisher —se presenta ofreciéndome su mano.

— Aisa Barret —digo correspondiendo, mi pequeña mano queda completamente oculta entre la suya que es enorme.

— Creo que ya nos habíamos visto anteriormente —dice sin soltar mi mano, su ronce hace que mi respiración se acelere, no sé si son solo nervios o que.

Beso Letal (18+)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora