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            El aire chocaba demasiado fresco sobre las mejillas de Yoohyeon, acomodó mejor el maltratado bolso de viaje sobre su hombro y se acurrucó un poco más entre el delgado algodón de la camisa que no la abrigaba lo suficiente como para evitar que sus dientes castañearan al mismo tiempo que su cuerpo entero tiritaba y su piel se erizaba, la brisa de la madrugada alborotaba su cabello cuando miró la hora en la pantalla de su celular:


03:48 AM.


Se había despedido de Minji hacía apenas unos minutos. La chica había insistido en que se quedara esa noche con ella o que le dejara llamarle un taxi ya que era muy tarde y le preocupaba mucho su seguridad, pero Yoohyeon le aseguró que quería caminar, necesitaba hacerlo. Su cabeza ya había comenzado a trabajar, a torturarla un poco.

Tomó aire sintiendo aún el ligero sabor a café que los labios de la barista habían dejado en su boca y quiso sonreír, disfrutar del recuerdo todavía fresco en los suyos, pero poco le duró esa bonita sensación. ¿Cómo se suponía que continuarían las cosas a partir de ahora? Había sido solo un beso, solía entregar mucho más que eso todo el tiempo, pero jamás se había quedado deseando más de otra persona como lo estaba haciendo ahora mismo ¿Qué tenía esa barista? ¿Qué tenía Kim Minji para volverla tan loca? Para dejarla con la necesidad de su compañía, de su calor. Jamás había anhelado algo con tanta fuerza.

Observó la luna ya perdiéndose en el cielo y recordó esa charla, las palabras de Minji, sus razones, el por qué...

Una semana atrás

—Yoohyeon —Minji habló seria, como si hubiese ignorado por completo todas y cada una de sus palabras— hay algo importante que debes saber...

La chica la miró de frente y alzó su barbilla en un gesto que la invitaba a seguir hablando, una sonrisa suave se dibujó en sus labios, esperaba que un simple "gracias" saliera de su boca, pero en su lugar había una charla mucho más seria esperándola.

—Por favor, entra —continuó.

Ella le hizo caso, entró de nuevo al viejo apartamento y el aroma de la deliciosa sopa de pollo casera que Dil había preparado para el almuerzo aún flotaba en el aire intentando despertar su apetito nuevamente, sin éxito. Sus ojos estaban atentos a cada movimiento que hacía Minji, cerró la puerta y pronto se sentó en el sofá a su lado. Guardó silencio por un momento ante la mirada de Yoohyeon que ya comenzaba a preocuparse, la veía extraña, demasiado seria, sus ojos se perdieron en el techo y tomó aire con fuerza para luego apretar sus labios, su boca se convirtió en una delgada línea.

—¿Qué pasa, Bunny? —preguntó genuinamente preocupada ante su silencio mientras dejaba su mano reposar en su antebrazo, buscó su mirada, pero Minji parecía no notarlo— Me estás asustando —completó con un susurro.

Sintió el cálido tacto de la mano de Minji sobre la suya y sus ojos se encontraron por fin, Yoohyeon reconoció cierto dejo de miedo en esa mirada y tragó grueso.

—¿Qué es lo que buscas en mí, Yoohyeon? —la voz de Minji salió rasposa, su garganta aún estaba resentida.

Los labios de la chica temblaron y sus ojos se hicieron enormes ante la pregunta, frunció el ceño y quiso hablar, pero estaba muda. Minji sonrió al reconocer lo que significaba su expresión y volvió a hablar:

—No quise asustarte, linda —rio y notó una muy ligera sonrisa en la chica— solo necesito saber hacia dónde estamos yendo.

Yoohyeon se congeló. ¿Qué se suponía que debía contestarle? Ni siquiera ella sabía la respuesta, no sabía que quería, solo tenía la certeza de que la quería cerca suyo. Claro que era eso mismo lo que quería la primera noche que la vio detrás de la barra del Orange, la diferencia estaba en que ahora no le importaba si tenía ropa o no.

NO! (JiYoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora