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               Minji despertó a mitad de la madrugada en una enorme cama vacía, las sábanas olían a jazmín y se revolvió en ellas mientras la luz tenue del pasillo se colaba apenas por la puerta entreabierta. Sintió un pequeño vacío en el pecho, su mente la llevó a atravesar ciertas memorias que creía ya haber enterrado, aunque, sabía muy bien que en algún momento volverían a torturarla.

"Yoohyeon no es él", pensó y rio nerviosa ante aquel vacío.

Tomó su celular y miró el reloj:


04:45AM


No había dormido más de hora y media pero su sueño había sido tan profundo que no recordaba nada más luego de ese incómodo sueño húmedo que tenía a su novia como protagonista. Sintió el calor subir por su cuello y sacudió su cabeza ante el recuerdo, salió de la habitación en búsqueda de ella, un vaso de agua sería la excusa perfecta.

—¿Yoohyeon... linda? —la llamó al salir al pasillo, no obtuvo respuesta.

Caminó unos cuantos pasos más por el enorme departamento y oyó el agua de la ducha correr, creyó oírla suspirar desde el interior del baño, una sonrisa se dibujó en sus labios y regresó al cuarto con el vaso entre las manos sintiéndose más segura al saber que la otra chica no la había dejado sola.

No pasaron más que unos cuantos minutos y Yoohyeon regresó a la habitación, se sorprendió de encontrar a Minji sentada en la cabecera de la cama, esperándola.

—D-despertaste —balbuceó.

Minji asintió mirándola, solo una toalla cubría su desnudez y agua que —a juzgar por los temblores de su cuerpo y el azul de sus labios— era helada bajaba por su cabello y se perdía entre la piel de su espalda.

—N-no podía dormirme y... —rio nerviosa— y pensé que con una ducha...

La barista frunció el ceño, no la tomaría por tonta.

—Linda, el agua helada no va a relajarte, solo va a despertarte.

Yoohyeon bajó la cabeza.

—Ven aquí —suspiró, palmeando el colchón— vas a congelarte.

Ella obedeció subió a la cama a su lado, Minji no demoró en pegar su cuerpo al suyo y así intentar compartirle un poco de su calor, pero Yoohyeon se alejó rápidamente.

—Estoy mojada, no quiero que enfermes por mi culpa —se justificó.

Pero ella se acercó de nuevo y, cuando menos se hubo dado cuenta, ya había caído dormida entre sus brazos.

A la mañana siguiente, Yoohyeon se encargaba de preparar un delicioso desayuno para ambas. Había pensado en pedir algo a domicilio, pero, al ser nada menos que la bella barista del Orange su invitada, creyó que sería mejor preparar algo con sus propias manos.

Yoohyeon era buena cocinando, muy buena. Antes de comenzar la carrera de fotografía, había tomado varios cursos de cocina. Primero aprendió lo básico por parte de su madre, luego, cuando ya no tuvo más que aprender de ella, tomó su primer curso avanzado y, antes de darse cuenta, ya era la chef de la familia.

El menú que había elegido para Minji consistía en unos cuantos wafles de vainilla con caramelo, acompañó la presentación con un poco de crema batida. A esto le sumó las clásicas tostadas con mantequilla, preparó también jugo de naranja y sirvió leche en una pequeña jarrita de cristal que acomodó junto a los platos y, como estrella de la mesa, gofres con fruta.

NO! (JiYoo)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora