—Señorita... —La voz de Dil sonó más grave de lo habitual.
—No, no, no —lo hizo callar Siyeon con el índice levantado y el celular pegado a la oreja.
En el Orange una melodía suave sonaba, las guitarras gemían en un riff sentido como solo Carlos Santana sabía interpretar; tras la barra ahora vacía, un baúl enorme sellado con un gran candado resguardaba los utensilios que Minji solía usar cada noche en el bar.
—Singnie...
SuA puso una mano ligera sobre el hombro de su esposa, cuando volteó se encontró con una mirada brillante y esperanzada, a SuA se le ablandó el corazón, sin embargo, continuó:
—¿No crees que es demasiado?
Siyeon apretó los labios, buscó a Dil con la mirada, pero éste bajó la cabeza de inmediato, entonces ella dejó su teléfono sobre la barra impecable; en la pantalla, aún figuraba el icono de "marcando" y, en letras blancas el nombre del contacto: Coneja Alcohólica.
—Debería dejarla descansar... —habló Dil, incómodo ante tal insistencia.
Ella frunció el ceño.
—Pero es miércoles —replicó—. Miércoles de pop, pajarita —agregó mirando a su esposa con un destello de súplica en sus ojos—. Será el último intento, lo prometo.
Cortó la llamada solo para marcar de nuevo inmediatamente. SuA y Dil compartieron una mirada cansada y suspiraron al unísono.
***
Los grillos cantaban debajo de su ventana, a la distancia, muy, muy lejos de ahí, el ladrido de los perros de un trineo se oía apagado. No había todavía ni la más mínima señal de que fuera a amanecer, a través de la ventana, el cielo se pintaba de un azul tan profundo como el mismísimo océano y, debajo del pesado edredón de plumas, Yoohyeon gruñó molesta. Se revolvió en la cama y sacó un brazo de la calidez de su refugio entre las mantas, tanteó el piso de madera flotante en búsqueda del teléfono de su —ahora— esposa que sonaba y sonaba desde hacía ya bastante rato.
—Odio estas porquerías —se quejó al tiempo que acercaba el aparato a su rostro. La luz brillante la encandiló, demoró un segundo en distinguir las letras en la pantalla. Era Siyeon.
Tomó una bocanada de ese aire helado y deslizó el ícono verde.
—¡¿JiU?!
A través de la pequeña bocina del celular la voz de Siyeon se oía rasposa y aguda, Yoohyeon masajeó el puente de su nariz y soltó todo el aire de sus pulmones lo más silenciosa que pudo.
«Paciencia, Yoohyeon, paciencia».
—Siyeon —contestó desganada—, son las 5AM.
—¿Yoohyeon? Les dije que iba a contestar —se oía emocionada.
Yoohyeon resopló al oír lo último, sabía que no iba dirigido a ella.
—¿Dónde está JiU? Es miércoles...
—Ya sé que es miércoles, Siyeon pero ¿no podías esperar a que fuera... no sé... de mañana?... ¡Estamos en continentes diferentes! —se quejó luego de oírla justificarse.
—¿Linda?...
La voz soñolienta de Minji sonó ahogada por la almohada. Yoohyeon le sonrió.
—Es tu amiga, la loca —dijo alcanzándole el celular.
—¿Singnie? —Dejó el aparato sobre la almohada, habló sin siquiera abrir los ojos— Si sabes que todavía no amanece, ¿cierto? —contuvo un bostezo y suspiró oyendo las risitas burlonas de su amiga del otro lado de la línea— ¿qué pasa?
![](https://img.wattpad.com/cover/336185422-288-k930456.jpg)
ESTÁS LEYENDO
NO! (JiYoo)
FanficYoohyeon vivía su sexualidad al máximo. Noche tras noche, su cuerpo ardía bajo las caricias de una nueva compañía. "NO" era una palabra que no conocía, pero, esa madrugada en el bar, todo cambió para ella.