Stobotnik ☕ 00neSshots_

¿Beautty? Family AU [🥀☕🥂]part|

Hace algunos años...

– Doctor... Este lugar me causa algo de temor... –susurró el agente mientras rascaba su nuca con nerviosismo.

– Stone...

– ¿Si?...

– Cinco sílabas... cie-rre el pi-co –Ignoró como siempre el llamado de su asistente, adentrándose aún más a esa extensa base mientras mantenía sus brazos detrás de sus caderas firmemente –A demás, sabe muy bien porque estamos aquí...~

Ambos hombres se habían centrado, recientemente, en la exhaustiva búsqueda de un artefacto en específico, gran leyenda para los genios como lo era el afamado doctor...
Cuando finalmente lograron recorrer aquellos pasillos con un aire obvio de rara superioridad, ignorando a cualquier empleado o superior que allí se encontrara trabajando, hallaron con cautela y algo de emoción la enorme sala en donde el renombrado invento reposaba.

–Finalmente... –susurró el de saco oscuro, abriendo la puerta con delicadeza al ignorar los enormes carteles de advertencia.

Dichozos carteles que el moreno al notarlos, tragó en seco sin verdaderamente otro escape.

– ¡Observe, agente! ¡La verdadera cúspide de la ciencia y estos ineptos pretenden utilizarla por puro afán de lucro! – extendió sus brazos extravagante, contemplando  la gran obra.

Al contrario también le brillaban los ojos, tiernamente, como un niño emocionado.

De repente, un ruido brusco y sometedor fué percatado por ambos, los dos voltearon de forma fugáz. . .
Al parecer, las puertas, ventanas y todo método de salida había sido bloqueado por una lámina de pesado metal.

iniciando protocolo ADN. Mantener ambos EXP. Inicializando escan--

Mencionó de repente una serena voz robótica.

–Que demonios... –el señor volteó hacia todos lados, abrumado,  con una ceja alzada y por obvias razones sorprendido.

Todas las luces se apagaron, dejando en el salón un simple destello blanco que solamente alumbraba al hombre de corbata.

–¿¡Señor!?... –vociferó de repente el mismo, asustado.

–¡Aquí estoy, idiota! –rondaba por la habitación algo alarmado, mientras llamaba algunas de sus máquinas para quitarse a si mismo y a su dupla del repentino lío.

–¿Que sucede?... – jugó con sus dedos abrumado tratando de hallar con su vista al contrario.

– ¡No lo se, solo..! ¡Ugh! –se quejó de repente, su vista había sido repentinamente dañada por el mismo destello, alumbrándolo a él mismo a demás del moreno.

Ambos se observaron por unos momentos, tratando de hallar una salida mientras recorrían toda la zona. Una pesada y chirriante alarma había comenzado a sonar, hartando a ambos de repente.

–No hay salida... –sentenció el jóven agente en un suspiro exhausto, conteniendo una alta ansiedad.

–¡Wow! ¿¡De verdad!? –gruñó molesto en un tono de ironía, aún con su mirada perdida en el techo del bunquer.

[...]

algunos años después...

–Señor agente... ¿Donde usted aprendió a realizar peinados tan estéticos?...