Mi mirada recorrió lo largo del callejón, la vereda, hasta incluso la calle en búsqueda del celular, haciendo caso omiso a la obviedad: si mi celular se había caído, probablemente en esos momentos alguien más ya lo tenía. Quería ignorar esa posibilidad, sabía que a mi mamá le costaba muchísimo comprar ese tipo de cosas, por ende, si lo perdía, tardaría mucho en comprar uno nuevo. Claro, creyendo que lo haría después de haberme escapado del auto como una ladrona.
Pasé una mano por mi cara y para cuando iba a echarme a llorar otra vez, sentí la ruidosa bocina del auto de mi mamá.
—¡Juliette! ¡Sube al auto ahora mismo!
Mierda.
(...)
Llevaba quince minutos sentada en la mesa de la cocina, mi mamá caminaba de lado a lado mientras hablaba por teléfono en el jardín de adelante. No podía escuchar bien lo que decía, pero podía verla muy animada a través de la ventana. Resoplé recargando mis codos en la madera y para cuando planeaba cerrar los ojos, la puerta principal se abrió y mi mamá entró. Ya no tenía esa expresión de asesina de hace unos minutos, hasta parecía contenta.
—Te preguntarás con quién estaba hablando ¿no? —Me dijo ella, sentándose en la silla frente a la mía. Enarqué una ceja.
—Directo al grano, mamá. ¿Qué pasa?
—Mientras te busqué por toda la ciudad y le dije a mi jefe que te habías roto una pierna para excusarme el por qué no pude ir a la reunión —me fulminó con la mirada —. Pensaba en todos los castigos posibles que podría darte. Pensé en enviarte a algún internado, meterte a la marina o dejarte el resto de tu adolescencia con el inútil de tu padre que quién sabe donde esta —suspiró, llevando una mano hacia su cabeza como si le doliera —. Pero no sabes, me topé con un anuncio muy particular en el centro.
— Un anuncio sobre qué.
Ella sonrió.
—Te quedan un par de semanas de vacaciones ¿no es así? —asentí, tenía el ceño fruncido y una expresión de inquietud. Necesitaba saber qué haría, pero ella solo me sonreía y no abría la boca.
—Ya, mamá. Dime de una vez.
—Pasarás el resto de tus vacaciones en un campamento de verano, Juliette.
Al parecer mi rostro se había desfigurado, puesto que mamá dejó escapar una risotada que seguramente se oyó por toda la cuadra.
—Pero mamá...
—Nada de ''pero mamá''. Te escapaste del auto, me perdí la reunión del año por tu culpa, te torciste el tobillo, me hiciste gastar en medicamentos y para colmo, perdiste tu celular. Quiero que subas a tu cuarto ahora mismo — bajó la mirada hacia mi pie lastimado— como puedas, y empaques todas tus cosas. Tuviste suerte, el inicio es mañana mismo a las ocho de la mañana. Así que levántate, cambia esa cara de culo y paga las consecuencias de lo que hiciste.
Apreté los labios antes de ponerme de pie con brusquedad, levantándome rápido de la silla para caminar cojeando hacia las escaleras.
— No quiero ir a un estúpido campamento lleno de personas estúpidas que hacen actividades aún más estúpidas. ¡No quiero! —solté en voz alta como si de un berrinche se tratara, parándome en el primer escalón. Pude oír como mamá se levantaba de la mesa, siguiéndome los pasos y por instinto volteé a verla.
—Empaca tus cosas, Juliette. Serán seis semanas. Y para cuando regreses aquí, piensa en tu comportamiento.
Fue lo último que dijo antes de pasar por mi lado para dirigirse hacia la sala.
ESTÁS LEYENDO
𝙰́𝙲𝙸𝙳𝙾 (+18) 𝗧𝗼𝗺 𝗞𝗮𝘂𝗹𝗶𝘁𝘇
Fanfic→፧ 𝖳𝖺𝗇 𝖾𝗇𝗀𝗋𝖾𝗂́𝖽𝗈, 𝖾𝗀𝗈𝖼𝖾́𝗇𝗍𝗋𝗂𝖼𝗈, 𝗂𝖽𝗂𝗈𝗍𝖺... ¿𝖢𝗋𝖾𝖾𝗌 𝗊𝗎𝖾 𝖺𝗅𝗀𝗎𝗂𝖾𝗇 𝗉𝗈𝖽𝗋𝗂́𝖺 𝗌𝖾𝗇𝗍𝗂𝗋 𝖺𝗅𝗀𝗈 𝗉𝗈𝗋 𝖾́𝗅? 𝖤𝗌 𝖾𝗅 𝗌𝖾𝗋 𝗁𝗎𝗆𝖺𝗇𝗈 𝗆𝖺́𝗌 𝖽𝖾𝗌𝗉𝗋𝖾𝖼𝗂𝖺𝖻𝗅𝖾 𝗊𝗎𝖾 𝖾𝗑𝗂𝗌𝗍𝖾, 𝗌𝗈𝗅𝗈 𝗎...