Parecía estar viviendo en una película. Miré sus ojos cuando salió de mí e intentamos limpiar el desastre.
―Mierda... Quizás nos dejamos llevar más de la cuenta ―dije cuando ordené mi pantalón y pude acomodarme en el asiento de copiloto. Tom se relamía los labios con una sonrisa mientras subía el cierre de su pantalón.
―Es lo menos que nos merecíamos después de tanto... ¿Quieres ir por ahí conmigo? Tengo la noche disponible y solo debo procurar no ser visto ―se encogió de hombros extendiéndose hacia mí, donde dejó un beso suave en mis labios ―. Por favor, no podía quedarme con las ganas de verte después de saber que estabas en el concierto.
Sonreí casi por inercia, siendo yo la que en esta ocasión le dio un beso delicado. Quería permanecer unida a su boca el mayor tiempo posible.
― Ha pasado tanto tiempo, Tom... Creí que lo de nosotros había quedado en ese campamento ―murmuré, pero el de trenzas inmediatamente sonrió suave y negó con la cabeza, como si con aquello me dijera que él había pensado exactamente lo mismo.
―Creo que es algo que ya no tiene remedio ¿Verdad? Algo que nos persigue... No importa lo que hagamos ―habló con sutileza, más delicado con el tema, como si por una vez por todas hubiera dejado de ser ese idiota inmaduro que conocí, aunque en el fondo, sabía que seguía siendo el mismo. Ladeé el rostro y le sonreí entre suspiros, hasta me asustaba estar soñando, pero mientras estuviéramos así, prefería disfrutar de aquel sueño.
Sabía que no podíamos hacer mucho en público, no quería exponerme y él menos, la fama era un tema complicado para Tom aunque le gustara mucho. Extendí una de mis manos y acaricié la de él, la cual reposaba en la palanca de cambios del vehículo.
―¿Cómo han estado los demás? ¿Gustav, Georg? ―hice una pausa involuntaria, aunque pasaran años, me costaba hablar del tema―... ¿Bill?
Tom se detuvo en un semáforo en rojo, no tenía esa expresión de incomodidad que siempre aparecía cuando se mencionaba a su gemelo.
―Todos estamos muy bien, aunque la gira ha sido agotadora. Es un caos todo esto, una locura mejor dicho ―se rio con la vista hacia el frente, dejándome ver un perfil tan precioso que se me antojó comérmelo a besos en ese preciso momento ―. Bill está bien también, es un poco exigente a veces, pero siempre ha sido así. Solo espero que la fama no nos sobrepase... A veces es muy difícil.
Me mantuve en silencio por unos segundos cuando el auto nuevamente estuvo en marcha, hasta pocos metros más allá.
―¿Él sabe que estás aquí conmigo? ―pregunté con la mirada baja. Tom movió su mano y sostuvo la mía, acariciándola con ternura.
―Fue su idea ―confesó mirándome por un par de segundos ―. Él sabe lo que siento por ti, sabe cuánto he sufrido este último tiempo. Es una mierda que... No lo sé. Solo siento que te necesito, que desde que te conozco supe que eras todo lo que buscaba.
Tragué saliva y sentí mi corazón golpear con fuerza, pudiendo solo apretar su mano en busca de seguridad, era tan increíble todo lo que ocurría en esos momentos.
Tom condujo hasta un mirador apartado, se veía toda la ciudad desde nuestra ubicación y, aparentemente, no había nadie más. Cuando el motor se detuvo y el silencio nos invadió, no evité volver a sus brazos como una niña pequeña, aferrándome a él mientras me sujetaba contra su pecho, abrazándome con el mismo anhelo.
―¿Qué haremos, Tom? ¿Qué será de nosotros después de esto? ― las palabras brotaron de mis labios por sí solas, habían tantas dudas en mi cabeza que no me pude contener.
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𝙰́𝙲𝙸𝙳𝙾 (+18) 𝗧𝗼𝗺 𝗞𝗮𝘂𝗹𝗶𝘁𝘇
Fanfiction→፧ 𝖳𝖺𝗇 𝖾𝗇𝗀𝗋𝖾𝗂́𝖽𝗈, 𝖾𝗀𝗈𝖼𝖾́𝗇𝗍𝗋𝗂𝖼𝗈, 𝗂𝖽𝗂𝗈𝗍𝖺... ¿𝖢𝗋𝖾𝖾𝗌 𝗊𝗎𝖾 𝖺𝗅𝗀𝗎𝗂𝖾𝗇 𝗉𝗈𝖽𝗋𝗂́𝖺 𝗌𝖾𝗇𝗍𝗂𝗋 𝖺𝗅𝗀𝗈 𝗉𝗈𝗋 𝖾́𝗅? 𝖤𝗌 𝖾𝗅 𝗌𝖾𝗋 𝗁𝗎𝗆𝖺𝗇𝗈 𝗆𝖺́𝗌 𝖽𝖾𝗌𝗉𝗋𝖾𝖼𝗂𝖺𝖻𝗅𝖾 𝗊𝗎𝖾 𝖾𝗑𝗂𝗌𝗍𝖾, 𝗌𝗈𝗅𝗈 𝗎...