. CAP 9 - Conquista

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La castaña había despertado y para su sorpresa no era Tom el que la acompañaba sino su gemelo, ¿O acaso estaba muy adormilada y los estaba confundiendo? No. Reconocería ese cabello donde fuera, era su Bill. ¿Pero como habia llegado ahí?

– Veo que ya despertaste, ¿No saludarás? Habló el pelinegro asustando a la castaña.
– Lo siento pensé que dormías, cómo te fue con el manager?
– Todo bien, fue algo corto como te habia dicho, cuéntame tú, ¿Cómo te fue con Tom?
La chica lo miró extrañada ladeando su cabeza levemente.
– Pues solo vimos una película y me quedé dormida. . . es todo.
El pelinegro rió por lo bajo y se acurrucó a la menor mientras sonreía, el sabor de la victoria era un sabor increible para el, sus papilas gustativas estaban saciadas completamente y su ego se elevaba, Tom no le ganaría ni en sueños.

– Ya veo, lo siento si la pregunta fue extraña pero, me entenderás si te digo que encontrarte en su cama me pareció algo extraño.

– No tienes que preocuparte Bill, ¿Cómo podria hacer algo así con tu hermano?
No lo sé. También me lo cuestionaba yo. Si te enamoraste de mi ¿Por qué no de Tom? somos identicos, ¿No es la misma cosa después de todo?
– Tienes razón, perdóname linda.
Fue lo único que se atrevió a decir y la besó, era un beso tierno y dulce, el piercing frío de Bill en la lengua de la chica la hacía sentir escalofríos.
Rápidamente el beso subió de tono, Astrid ya se encontraba encima de el  pelinegro, y el beso estaba mas que profundizado, habían recorrido cada milimetro de sus bocas, ahora Bill bajaba al cuello de la menor dejando sus marcas en el, nada le causaría mas satisfacción que Tom las viera y supiera que el cuerpo de Astrid le pertenecía. Su cuerpo, su corazón, su todo. Todo su ser era de él, él la acogió cuándo era pequeña, él estuvo con ella durante años apoyándola, el era el merecedor de la castaña morena.
Sonaba mal el que la estuviera tratando como un trofeo, pero eso era para el. Un trofeo, lindo y delicado, con toques dorados y platinados, frágil, muy frágil, pero sobretodo muy hermoso, y no lo perdería por nada del mundo ahora que lo tenía.

¡Está lista la cena!
Se escuchó la voz de Gustav y Tom gritar al unísono lo cual los dos se separaron y se quejaron.
– Ush, en el peor momento.
Se quejó audiblemente la chica y el pelinegro rió.
– Seguiremos después preciosa. Debes terminar lo que ya comenzaste.
Dijo en el oído de la chica haciendo que esta sintiera mariposas en su vientre.

Bajaron a la cocina y se encontraban los 3 mismos chicos de siempre, Gustav, George y Tom, estaban sentados con sus platos servidos y unas cervezas bien colocadas.

– No te hubieras molestado en limpiarte el labial corrido Astrid.
Dijo Georg sarcásticamente y todos rieron, menos Tom, el río pero de una manera muy falsa, se notaba, no se molestaba en disimularlo.

– Ten, limpiate con esto.
Tom le entregó una servilleta a la chica en la mano haciendo que estas rozaran a lo que el de rastas hizo un gesto pícaro.

– Okey...Uuh, comamos.
Dijo la morena extrañada por las acciones del gemelo, y se limito a sentarse junto a Bill en la mesa.






















Al ya haber comido, todos se devolvieron a sus cuartos, menos Astrid, ella se había ido al cuarto de Tom ya que este la había llamado luego de la cena, Bill se había quedado en la sala esperándola, no le apetecía dejarla sola con él mientras el estaba en la planta de arriba, quien sabe de qué era capaz el mujeriego de Tom.

– Y bien? ¿Que querías Tom?
– Una chica, eso es lo que quiero.
– Y por qué me lo dices a mi? si se puede saber.
– Tú eres la chica que quiero y necesito.
Sin más la acorraló y comenzó a besarla. Inconscientemente la morena le siguió el beso, Sus labios eran parecidos a los de Bill, pero sus besos eran muy diferentes, Los de Bill transmitían amor, ternura, e incluso algo de timidez. Cosa que los besos de Tom no hacían, esos eran besos lujuriosos, casi podía sentir como la desnudaba solo con el chocar de sus lenguas. Pronto entró en razón y empujó al de rastas para salir rápidamente de la habitación.
¿Que mierda habia hecho?
La culpa le cayó fuertemente en el subconsciente cuando vió la cara de su novio sentado en el sofá. No se imaginaria su reacción cuando le contara sobre esto. Aunque...Si no le decía no se enteraría, ¿No?

Si no le decía no se enteraría, ¿No?

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– ¿Qué quería Tom?
– Ah...nada, solo..estaba hablandome sobre unos vinilos que le presté el otro día, Eh, me los tenía que devolver.
– Oh, vinilos, claro.
Sonrió el pelinegro con cierto alivio, y la morena cada vez se sentía peor por mentirle al gemelo, pero prefería eso a hacerlo sufrir.
– Vamos a tú cuarto?
Dijo apresuradamente la chica, no quería encontrarse con Tom, no ahora, lo único que necesitaba era distraerse, y ciertamente podía hacerlo con Bill.
– Continúemos lo que hacíamos.
Dijo el pelinegro antes de proceder a besarla.

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fin del cap, en el próximo capítulo tenía pensado en hacerlo +16, aviso por si a alguien no le gusta este tipo de contenido. Thats All, voten si les gustó el cap. :)

(Estaré actualizando al menos 2 veces por día asi que esperen los demás capítulos con ansias y si tienen alguna recomendacion o idea haganmela saber.)

TRUE LOVE ? [ Bill Kaulitz ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora