. CAP 13 - Aprisionado

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Tom en su habitación. Las lágrimas corrían por su piel tersa. Caían sin parar entre sollozos intentando ser ahogados por su almohada. Se encontraba devastado por la confesión de la morena. ¿Por qué se tuvo que enamorar de esa chica?
Su efecto mariposa lo había jodido. Su corazón le pertenecía a la chica. Pero la chica lo rechazaba y constantemente lo alejaba. ¿Fue por cómo la traté? Se cuestionaba Tom, estaba acurrucandose en sus brazos en una esquina de su cama mientras las gotas humedecían su suéter y su cama.

– Estaría conmigo si no fuera por Bill?

Intentaba buscar una respuesta a sus dudas sin fin. No entendía que tenía el gemelo que él no. Eran idénticos pero siempre se terminaba por preferir uno. No era la primera vez en la que los gemelos coincidian en un amor con una chica. Pero está vez era diferente porqué había caos. Caos en la mente de ellos dos. Era la primera vez que se distanciaban de esta manera y era por Astrid. Tom ss cuestionaba el porqué la ayudó ese día. ¿Por qué no fuí yo el que la salvó? Quizás si lo hubiera hecho ella estaría enamorada de mi y no del estúpido de mi hermano. Todo es mi culpa. Yo provoqué todo esto.

Tomó su libreta aun sollozando, y comenzó a bosquejear un poema el cual transmitía todo su cansancio y sentimientos hacía la chica. Tenía que desahogarse de una manera y lo haría a través de la música. Su salvación. La única luz que le quedaba.

(Poema hecho por el autor;)

Mi amor por ti me tiene
vivo.
Aquel sentimiento confuso
el cuál te hace perder la
cordura hacia ti mismo.
Un altibajo de emociones
En el que tu alma queda
aprisionada a causa del
cegamiento de aquella
persona.
Todos esos recuerdos que
hicieron felices en algún
momento ahora solo
lastiman.
Donde fueron aquellas
sonrisas que ahora ahogo
en mi almohada intentando
no hacer ruido mientras
lloro por tu pérdida?

aquellos ojos redondeados
como almendras
mi miraban con extrañeza a
causa de mi atracción

por mas que lo intenté
nunca tuve tu comprensión.

mientras observo, nuestras
miradas se encuentran.

mi corazón se acelera por
la calidez de tu mirada

Qué es este sentimiento
que se libera?
en ese momento me di
cuenta de que estaba
enamorado.

estaría así toda mi vida si
se pudiera
en cambio ahora ahogo mis
penas asomandome por la
ventana.

Daría lo que fuera para que
esto volviera.

Prometo que algún dia te
olvidaré.
Pero...
¿Me dejarías ver tus ojos
por última vez?

Por otro lado se encontraba la morena con el pelinegro

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Por otro lado se encontraba la morena con el pelinegro. Ya había llegado de la tienda y le extrañó el no encontrar a su hermano. Sentía una leve presión en el pecho. Algo le pasaba. Solía ocurrir entre ellos que cuándo uno de los dos pasaba por algún mal momento el otro también lo sentía, pero, ¿Qué podría estar pasándole a Tom? Se preguntaba el pelinegro. No se le cruzaba por la cabeza el hecho de que Astrid se hubiera peleado con él, y mucho menos que ella fuera la razón por la que este estuviera totalmente roto en su habitación.

¿Y Tom? Habló el alto dirigiéndose a la morena.
– Se fue a su habitación.
Dijo sin más la chica sin levantar la mirada para ver a los ojos a su novio. No podía hacerlo. En el veía el vivo reflejo de Tom y lo menos que quería era verlo en estos momentos.

– Oh, Bueno.
Siguieron cocinando. El tiempo pasaba rápidamente. Pronto llegaron los chicos a la mesa. Gustav y seguido Georg.

– ¡Vaya! pero que olor más delicioso.
Hablaba hambriento Gustav el cuál llenaba sus fosas nasales del increíble aroma que desprendía el horno el cuál tenía un pastel maravilloso hecho a manos de la morena.

– ¿Quieren que vaya a buscar a Tom? Para que no se pierda semejante festín. Rió Georg mientras se levantaba e iba a la habitación del de rastas. A lo cuál se llevó una gran sorpresa al encontrarselo en el suelo abrazando su libreta aún llorando sin parar.
¿Tom? ¿Tom que ocurre? ¿Necesitas ayuda? ¡Bill, ven acá!
Escuchó el llamado y sabía automáticamente lo que ocurría. Corrió rápidamente a la habitación de su gemelo y verlo tirado le hizo arder en llamas el corazón. Era culpa de ambos el no comunicarse las cosas. Más de parte de Tom ya que el se encontraba a si mismo molesto cuando hablaba sobre sus problemas y no quería ser una carga.

– Vete Georg, yo me encargo, cierra la puerta.
Y dicho y hecho Georg se fue dejándo a los dos gemelos solos.

– Lo siento, en serio lo siento.
Replicaba el pelinegro agachandose a su lado y cubriéndolo con sus largos brazos.
– Yo debería sentirlo.
Decía el de rastas con su voz quebrajeada. Sus ojos estaban rojos como un par de fresas enormes.
– Tenemos que hablar de esto con Astrid, no podemos seguir en esto.
Asintió el de rastas y finalmente correspondió al abrazo.

Vamos a cenar.
Fueron las últimas palabras del pelinegro y ambos se levantaron y salieron de la habitación encontrándose cara a cara con Astrid.

Tenemos que hablar.

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TRUE LOVE ? [ Bill Kaulitz ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora