CAPITULO 20

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( 3:47 p.m. )

Cada quien se había retirado a su casa o departamento, se levantaron desde antes, decidieron limpiar el desastre que quedó por Lozano, aunque tenían una resaca terrible, así que solo querían descansar en su hogar.

Lozano se había dormido, también quedo completamente inconciente, estaba bastante casando y apenas se había levantado, el dolor de cabeza no se hizo de esperar.

Talló sus ojos con cansancio, tenía ojeras, no se notaban mucho pero ahí estaban. Se quería levantar, pero sintió como se aferraban a su cadera.

Volteo curioso, inmediatamente se ruborizo.

Emiliano estaba dormido a lado suya, abrazándolo por las caderas como si de un peluche se tratara. Se mordió el labio, esperaba que no hubiera pasado lo que el pensaba.

Seguramente no, ambos llevaban ropa, no se sentía adolorido de su cadera o partes cercanas ahí. Eso era muy importante para él.

Para Lozano, Héctor jamás existió, jamás había tenido su primera vez, ni su primer beso con él. Pero claro, el dolor de los recuerdos seguía presente, aunque tratara de olvidarlo.

Si llegaba a tener relaciones, esperaba que fuera especial, tierno y memorable de la buena forma, no quería que fuera por una borrachera donde no se acordaba de la mitad de cosas que pasaron ahí.

Suspiro aliviado, se acomodo de nuevo en la cama, sintiendo como el Argentino ahora pasaba sus manos a su espalda, jalandolo hacia a él.

No te levantes. -La voz "mañanera" del Dibu lo hizo estremecer.-

Bueno, de mañanera no tenía nada, considerando que eran casi las 4 de la tarde. Su voz había salido ronca, se escuchaba con pereza.

Hirving se rió un poco, mirando fijamente los ojos casi cerrados de Dibu.

Me tengo que levantar, necesito escombrar la casa y hacer el desayuno...-Se giro para ver la hora.- El almuerzo.

No quiero que vayas, te quedas acá. -Solto en forma de berrinche el más alto, hundiendo su cabeza en el cuello de Lozano.-

Pareces un niño chiquito, déjame levantarme, también tengo que tomar mis pastillas.

Aunque fingía molestia, su corazón estaba muy acelerado por el mayor.

Soy un niño y vos sos mi caramelo. -De mala gana, Dibu soltó a Lozano.- Dale, toma tus pastillas y vuelves.

Hirving asintió, dejando un beso en la mejilla contraria. Se levantó para bajar al primer piso, se sorprendió al ver la casa bastante ordenada, con algunos detallitos.

En la cocina se encontró una nota mal recortada.

Ya te hicimos de sirvientas, estamos a mano. ;)

Atte: Los más guapos

Se rió por lo absurda que era la carta, pero la termino guardando en uno de los cajones de la cocina, saco sus pastillas y tomo tres, sabía que la porción era de una por día, pero ya no le hacía efecto, así que decidió tomar más.

𝐔𝐍 𝐓𝐈𝐑𝐎 𝐃𝐄 𝐀𝐌𝐎𝐑 || SHIPS VARIADOS || (AU ESCOLAR)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora