Canterbury, Kent, RU.
Camila sonreía mientras veía a Lauren manipular el aparato electrónico con una concentración basta, pero como inumerables veces lo había dejado sobre la mesa frente a ella al no poder entender el manejo del mismo, a pesar de ser intuitivo y de que Camila se lo había explicado cientos de veces.
-"¿Puedo jugar esa cosa de pelotitas de colores?" Preguntó en cambio con una mirada dulce, Camila reviró los ojos, y nego con una sonrisa.
Lauren había adquirido una extraña obsesión por el Candy Crush, pero Camila no era nadie para negarse.
-"Después de que tomemos el té ¿Te parece?" Confirmo la ojimarron, ciertamente no le podía negar nada, y tampoco es que la quisiera controlar, Lauren no era una niña, pero le había pedido obtener cierto control de sus horas en la internet y la tecnología mientras no la pudiera manejar del todo bien. Y precisamente Lauren no era la más experta.
La ojiverde aplaudió emocionada y beso sus labios superficialmente, era algo que comenzaba a hacer con costumbre, y Camila no se quejaba, al contrario, había disfrutado de cada uno de los cariños que se brindaban.
Habían hablado hace un par de noches, y la conclusión a la que habían llegado era que ambas eran adultas y podían averiguar a dónde las llevaba aquellos sentimientos que nacían pero comenzaban a ser más fuertes.
-"¿No te sientes rara?" Cuestiono después de un tiempo la ojimarron, mientras jugaba con los dedos de la mano de Lauren, quien la miro sin entender la pregunta. -"Me refiero a besar a una mujer" Aclaro con sonrisa tímida, Lauren se acercó a acariciar su mejilla con ternura.
-"Fascinada, encantada, dichosa, podría decirte un montón de palabras para describir como me siento, pero rara probablemente sea la que menos encaje, no me importa que seas mujer, solo se que eres tú" Dijo para terminar, causando un suspiro en Camila que no pudo contenerse y se acercó a ella para besarla como anhelaba a cada momento del día.
Lauren correspondió el beso, cerrando los ojos al sentir como los labios de ambas se tocaban en movimientos sincronizados. El latido de su corazón era tanto que parecía querer salirse, pero poco a poco se acostumbraba a qué esa fuese su reacción mientras Camila estuviera con ella.
La Profesora fue quien rompió el contacto no si antes dejar varios picos superficiales en los labios de Lauren, quien sonrió al contacto. Y Camila volvió a su pasatiempo favorito, jugar con los dedos de las manos de Lauren.
-"Quiero que sepas que cuando quieras hablar del Doctor Fröhlich, de tu familia o de cualquier cosa que hayas vivido, aqui estoy para escucharte" Murmuró con cuidado Camila, la ojiverde inmediatamente bajo la cabeza, pero la ojimarron rápidamente la tomo del mentón para regresar su mirada hacia ella.
-"Hay cosas que no te va a gustar escuchar" Respondió Lauren apenas en un susurro. Camila la miro con compasión y nego de inmediato.
-"Seguramente, saber que sufriste es horrible para mí, pero eso no quiere decir que no vaya estar allí para ti, yo también he tenido una vida difícil pero nada comparado a lo que tú haz vivido" Declaró la ojimarron con una sonrisa alentadora para Lauren. -"Podemos acompañarnos en esos dolores y sanar juntas" Confesó besando la mano de Lauren, la mujer de piel pálida trago el nudo que tenía en su garganta.
-"He hecho cosas de las que no me siento orgullosa" Aseguro Lauren con vergüenza, evitando mirar la cara de la ojimarron, que buscaba su mirada a cómo de lugar.
-"Solo eres una víctima" Pronunció Camila, quería que Lauren se lo grabará en su cabeza, que lo creyera. Por qué era la más pura verdad.
Lauren paso una mano por detrás de la nuca de la castaña, y la acercó de nuevo para darle un beso que está vez ella misma profundizo, queriendo sentir el sabor de la ojimarron. Cada beso que pasaba su añoranza por sentir a la profesora crecía y la ojimarron sentía lo mismo.
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LA SANGRE MALDITA
FanfictionElla se sentía un monstruo, y tal vez lo era, o al menos sus vagos recuerdos la delataban, pero al ver el par de miradas que la veían como el ser más hermoso sobre la tierra, quizás su corazón comenzaría a latir de nuevo.