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Canterbury, Kent, RU.

Camila cerro su laptop de golpe cuando vio los números en su cuenta bancaria, acababa de hacer una transferencia al detective Thomas para su viaje a Sudamérica, específicamente a Argentina dónde se encargaría de buscar que fue de Alessio Rossi, por otro lado tenia grabada en su mente la oferta que había pedido Theodore Reiter por las cartas de Fröhlich bajo otro seudónimo, era más de lo que podía pensar tener, así que ahora tenía otro gran problema, sabía que si se lo pedía Ethan depositaria la cantidad en un abrir y cerrar de ojos sin pensarlo, pero no quería involucrar al rubio, era algo que quería hacer por su cuenta. Ya había sido demaciado ver la sonrisa de Lauren cuando llegaron hace un par de días del Louvre, habían viajado juntos hasta Londres, hasta que Elizabeth la prometida del millonario le había invitado a una cena con su familia a la que Ethan no se pudo negar.

Por eso habían viajado a Canterbury solo ellas dos, aunque Camila poco y nada había hablado con la ojiverde, tenía su cabeza hecha una maraña.

Un fuerte trueno seguido de un apagón en la mansión hizo que Camila bufara y fuese en busca de alguien de servicio.

Camino alumbrando con la linterna de su móvil hasta la planta de abajo topandose con la ama de llaves, que hacía lo mismo con una veladora.

-"Profesora Cohen ¿Se encuentra bien? La tormenta hizo que se fuera la luz, pero no se preocupe hay un generador en la parte trasera de la propiedad de reserva, quiere que envié a alguien para que lo prenda" Cuestiono la mujer mayor con una sonrisa. -"La señorita Lauren está en el estudio de pintura ya le dejé un par lámparas de gas" También agrego la mujer.

-"Creo que podemos sobrevivir una noche a obscuras, mejor ve a descansar, en la mañana si continuamos sin energía que lo enciendan" Ordenó amablemente Camila, la mujer le sonrió dulcemente antes de despedirse de ella. Entonces Camila recordó lo dicho por la mujer acerca de Lauren.

***

En Wellington Road la lluvia parecía inundar todo a su paso, Ethan había hablado unas horas antes avisando que no podría llegar a dormir debido a la fuerte tempestad que había en Canterbury, por lo tanto pasaría la noche allá en la capital inglesa.

Camila se encontraba viendo a la ojiverde desde hace un tiempo parada frente al pequeño ventanal del estudio, viendo hacia la nada ya que la luna apenas iluminaba debido a la cortina de agua que caía del cielo. Las luces ya hacía tiempo que se habían ido debido a la tormenta, solo había un par de lamparas distribuidas por la habitación.

-"Parece que no puedes dormir" Dijo la ojimarron, sacando a la criatura de sus pensamientos, Lauren se estremeció ante él sonido de su voz. La distancia que había puesto entre ellas estos días, le estaba marchitando la existencia.

Camila le confundía en demasía.

-"Lo siento, no me gusta la lluvia" Mencionó Lauren melancolica, disculpándose sin saber porque, pero no sabía bien que hablar con la ojimarron, no quería arruinar la poca paz que tenían.

-"¿Le temes?" Pregunto con cuidado la ojimarron entrando completamente al estudio de pintura de Lauren, caminando lentamente no queriendo sobre saltar la atmósfera que parecía hipnotizante con el ruido de la lluvia golpeando el cristal así como la tormenta eléctrica que se desataba afuera.

-"¿Tu no?" Pregunto pero Camila nego de inmediato. -"¿A que le tienes miedo?" Cuestiono en cambio. Pareciendo su pregunta con doble intención, al menos así la captó Camila.

-"A lo que siente mi corazón en este momento" Simplemente confesó. -"A perderte, sin duda eso me da pavor " Declaró en un susurro que apenas y se escuchó ante el ruido de afuera. Lauren giro su cuerpo para estar frente a la ojimarron.

LA SANGRE MALDITADonde viven las historias. Descúbrelo ahora