Canterbury, Kent, UK.
Wellington Road.
Llevaban ya un largo camino recorrido cuando Lauren encontró aquel rio que desencadenaba de una pequeña cascada de no más de dos metros en medio del bosque como un buen lugar para descansar, aprovechando que Ethan había salido casi de madrugada de emergencia a Londres. Se sentó sobre una roca y saco su cuaderno de dibujo y su lápiz y comenzó algunos trazos al azar que poco a poco tomaban forma del bonito paisaje frente a ella. Camila la observó desde su lugar un poco más alejada, tratando de darle su espacio para que se concentrara. Y ella también aprovecho para relajarse, el lugar era hermoso, y los sonidos del bosque combinados con el ruido del agua golpeando las rocas, hacia su estadía allí, un momento mágico, pero sin duda lo que le daba el toque perfecto, era la preciosa ojiverde que tenía un gesto de concentración mientras su lápiz tocaba aquel papel.
El paisaje más hermoso. Sin duda le hubiera gustado tener aquel talento innato de la joven, para poder expresar con sus manos el sentimiento que albergaba aquella imagen y poderla plasmar para siempre en una hoja, así como ahora se quedaría en su memoria para siempre. En su lugar saco su móvil y tomo una fotografía, que pronto se convirtió en su fondo de pantalla.
Un suspiro de su parte se unió aquel murmullo de la naturaleza, lo que llamo la atención de Lauren, quien le sonrió. Se le quedó mirando con una expresión alegre pero a la vez pensativa.
-"¿Que sucede?" Cuestiono Camila contagiandose del buen humor de la mujer de piel pálida, que la veía con una sonrisa. Lauren nego con diversión pero Camila la impulso a seguir.
-"Es que el otro día me dijiste mi cielo, el día que llegaste de Londres..." Mencionó con sus mejillas tiñéndose de rojo. Pero la castaña no pareció impresionada, al contrario se quedó en silencio esperando que siguiera. -"Y desde entonces no te das cuenta, pero lo dices a menudo" Por fin termino de hablar, la ojimarron tenía una sonrisa socarrona al ver la vergüenza de Lauren.
-"¿Y te molesta?" Preguntó la ojimarron, viendo como Lauren negaba de inmediato. -"Bien, que bueno" Asíntio complacida. -"Por que eso eres para mí, eres mi sol, mi luna, mi estrella, eres mi todo. Mi cielo" Confesó llena de verdad, Lauren no pudo estar más halagada, la corriente de cariño que sentía por esa mujer parecía irreal incluso para ella que había vivido cosas tan difíciles de explicar.
La pálida joven se paró de su lugar dejando allí sus pertenencias y camino hasta estar a ahorcadas sobre Camila, no aguantando las ganas de besarla. Un beso que Camila correspondio, sintiéndose inundada por el sentimiento que parecía asfixiarla.
El beso se volvió más profundo a medida que avanzaba, las manos de la ojimarron querían grabar cada curva del cuerpo de la pelinegra, tocando su espalda, su cintura.
Camila sabía que debían parar, al menos lo supo cuando los besos de Lauren fueron a parar a su cuello, y sus movimientos de cadera rozaban su zona intima, despertando su fuego interior.-"Debemos parar ..." Fue Camila quien hablo pero no se notaba para nada convencida, en cambio cerro los ojos disfrutando de los besos de Lauren en su zona de pulso.
-"¿Porque?" Cuestiono Lauren, aunque su voz fue amortiguada por la piel del cuello de la profesora. Camila pudo sentir su aliento chocar con la piel húmeda haciendo que se erizara.
-"Yo... No sé" Respondió Camila cerrando los ojos mientras Lauren volvía a tomar sus labios, su mente parecía nublada por los besos de la mujer que amaba.
Lauren la miro a los ojos, los cuales estaban dilatados, sus ojos brillaban de deseo y Camila trago grueso, cuando se puso de pie y la llevo con ella al tomarla de la mano. Los brazos de la mujer de piel pálida pasaron por cuello, pegando sus cuerpos, no dejando espacio entre ellas. Para después volver a unir sus labios en un beso igual de necesitado, y Camila siendo honesta poco a poco iba perdiendo la voluntad, sus sentidos ahora parecían hipnotizados por los labios y el cuerpo de Lauren unido al suyo.
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LA SANGRE MALDITA
FanfictionElla se sentía un monstruo, y tal vez lo era, o al menos sus vagos recuerdos la delataban, pero al ver el par de miradas que la veían como el ser más hermoso sobre la tierra, quizás su corazón comenzaría a latir de nuevo.