LA SANGRE MALDITA

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Oxford, Oxfordshire, RU.

Atravesó el instituto de investigación de la prestigiosa universidad, la reunión con su jefe no había salido lo mejor posible, a él no le había gustado que se perdiera otro semestre, pero ya estaba decidida a tomarse quizá hasta un año sabático de investigación en Oxford, sabía que las autoridades más altas no tendrían ningún problema en que se concentrara en ese otro aspecto de su carrera que varios frutos le habían traído así que ahora estaba puesta toda su atención en escribir un ensayo sobre el Área de Ciencias Obscuras y Divinas del Tercer Reich.

Siguió caminando los semi solitarios pasillos hasta su cubículo privado, justo antes de toparse de frente con Dinah Jane Hansen, su compañera de profesión, y quizá lo más cercano a una especie de amiga, aunque realmente no lo eran.

-"Supe que estabas colaborando en una investigación... ¿De que se trata?" Pregunto curiosa la rubia alta después de saludar, mientras acomodaba sus gafas.

Camila sabía que los rumores en los pasillos siempre corrían rápido. -"Si, es para la clasificación y autentificación de unos objetos pertenecientes al ejercicio Nazi" Explico a medias, por supuesto no era nada sospechoso, siempre había sido así con las personas, así que la rubia asíntio.

-"¿Que clase de objetos son?" Pregunto por el simple hecho de sacar plática a la castaña mujer que generalmente apenas y le hablaba.

-"...del Área de Ciencias Obscuras y Divinas, algunos documentos no muy legibles que ya están tratando en Baltech, además de un par de instrumental médico" Dijo simplemente mencionando la empresa tecnologica de Ethan Baldock.

-"Pues definitivamente es una suerte que fueran reales, ¿Recuerdas aquellas cápsulas que se encontraron en los noventas y resultaron ser falsas? Hizo perder mucho tiempo a varios historiadores y expertos" Pronunció con gracias, Camila lo recordó perfecto pero no quiso comentar nada más, así que simplemente se despidió de la mujer, quien le deseo suerte.

-"Avísame si necesitas ayuda, tengo el contacto de Archivald Daniels, es un coleccionista privado, con basto conocimiento en el área, incluso tal vez podría estar interesado en la colección" Mencionó la mujer, Camila frunció el ceño ya que nunca había escuchado hablar de el.

-"No creo que el señor Baldock este interesado en vender" Murmuró la ojimarron simplemente, la rubia asíntio.

-"Igual para que lo tomes en cuenta" Sonrió la rubia antes de despedirse, la ojimarron se quedó mirando como la rubia se perdía entre los pasillos, pensando en Archivald Daniels, el cual no le sonaba para nada, lo cual era extraño siendo alguien que de alguna manera se desenvolvía en su mundo.

Decidió dejar a un lado el tema y concentrarse en lo realmente importante, había pactado una videollamada con Theodore Reiter, nieto de Ernest Krumm, mano derecha de Marcel Fröhlich; y sobre todo, la persona que llevo a Ethan Baldock a la cápsula de Lauren.

Tenía la impresión de que el joven austriaco de descendencia alemana tendría información importante que no conseguiría en ningún libro, así que hace unos días se puso en contacto con el, gracias al detective Thomas, quien le había conseguido los datos que necesitaba.

Theodore no se mostraba muy interesado en el tema, era un tipo normal que trabajaba en un supermercado local en Viena, nadie de su familia se enorgullecía de su pasado Nazi al contrario, lo escondían y repudiaban en secreto, y si se acercó a Ethan Baldock era porque en ese momento necesitaba el dinero y pensó en que podía estar interesado en aquel tesoro que su abuelo le había contado antes de fallecer.

Y ahora que Camila lo tenía frente a ella, notaba su nula concentración en el tema, le daba la impresión que no estaba sobrio del todo y eso frustraba en demasía a la castaña.