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Paris, Francia.

"Quizá no tan bien"

Esas eran las palabras que seguían resonando en la mente de la Profesora Cohen desde que había dejado Viena, lo que daría por saber que fue de Marcel Fröhlich, el hombre había nacido en 1913, así que si logro escapar y formar otra vida con una nueva identidad, las probabilidades de que a día de hoy estuviera vivo cuando en este momento pasaba los cien años, eran prácticamente imposible.

Tan imposible e improbable como la propia ojiverde.

Nego con la cabeza de inmediato sacudiendo aquella idea, Lauren era un caso único e irrepetible, era una maravillosa creación que no se volvería a dar, en cambio aquel criminal debería estar más que enterrado.

Pero deseaba saber que fue de el, quería darle un cierre a Lauren de alguna forma. Y creia que era imposible, hasta que recordaba las palabras de Theodore Reiter.

Bajo de el taxi por aplicación que la dejo frente al hotel de la capital francesa, donde se hospedaría un par de días, se reunirían con Ethan y Lauren, a quien moría por ver, ya el ojiazul le había puesto al tanto de lo sucedido con Vincent Roussel y como Ethan había perdido la cabeza. Lauren en cambio estaba un tanto extraña, así lo noto cuando hablo con ella por teléfono, pero lo atribuyó al nerviosismo que sentía al ver en la cuerda floja su oportunidad de volver a ver a Agnes.

Camila no negaba que estaba muy molesta por la forma en que Ethan manejo la situación, pero ahora lo importante era contener a Lauren y sobre todo, reactivar comunicación con la familia de Agnes.

Así que en cuanto llegó al hotel pidió al personal que llevabara su equipaje a su habitación, el cual solo constaba de una maleta, y se dirigió a la habitación donde Lauren estaba hospedada. No podia evitar su emoción y expectacion por verla, la había extrañado demasiado estos días en los que no la vio, porque unos minutos escuchando su voz, si bien eran un pequeño bálsamo, no eran suficientes, como el tenerla frente a ella y tocarla.

Apenas unos segundos después de que diera un par de toques a la puerta, la figura de Lauren fue revelada frente a ella, Camila le sonrió, pero Lauren no le pudo regresar la sonrisa, ya que sus ojos se llenaron de lágrimas y antes de que la Profesora pudiera decir algo, la ojiverde se gancho a su cuello, abrazandola tan apretadamente, que la ojimarron simplemente cerro los ojos y se aferró a su cintura con la misma enjundia.

Y así, en esa misma posición fue que Camila camino, sacándolas del pasillo y entrando a la habitación, dónde cerro la puerta.

Escucho los sollozos de Lauren cuando estuvieron en la privacidad de aquella habitación de hotel, y como las lágrimas de la mujer de piel pálida mojaban su cuello, y la apretó más a ella. No queriendo que ningún centímetro las separará.

Odiaba la situación, Lauren había sufrido tanto en el pasado que el que lo volviera hacer ahora, le torturaba y le hacía sentirse en deuda con la preciosa mujer.

-"Prometo que todo se va a solucionar, si es necesario que vaya directamente a la casa de los Roussel para que te reciban, lo haré" Murmuró separandose un poco de Lauren para observar su rostro lleno de lágrimas, así que con sus pulgares limpio estas, para después dejar varios besos en sus mejillas y labios, haciendo sonreír a la mujer. -"Vas a ver a Agnes de nuevo" Afirmo con seguridad, Lauren sonrió pero esa sonrisa no llego a sus ojos. Es cierto que la situación de su hermana menor la tenía triste, pero lo que había sucedido con el hombre hace un par de noches, era aún peor, Ethan había pedido que todo quedará entre ellos, y ella acepto. Habiendo ahora más secretos que los unían. Pero no quería que Camila supiera la verdad de las situaciones que le atormentaban, no quería que confirmara que era un monstruo.

LA SANGRE MALDITADonde viven las historias. Descúbrelo ahora