44

610 83 11
                                    

Oxford, Ox., RU.

El hombre de ojos azules observó la entrada, miro su reloj cuando vio cruzar a aquella rubia alta a aquel bar en el que la había citado dentro del campus de una de las universidades más antiguas del mundo. La rubia se sentó frente a el y le saludo con un apretón de manos qué el correspondió. La mujer parecía extrañada por la reunión, ya que muchas de sus interacciones eran por videollamadas y solo un par presenciales. Y por motivos muy importantes. Así que esperaba que se tratara de un asunto de alto calibre.

La rubia trató de hacer platica sobre los últimos objetos que le había ayudado a conseguir. Pero Archivald no estaba interesado en lo más minino. Dinah no entendía que estaba haciendo allí, ya que el pelirrojo no parecía querer platicar mucho pero tampoco ahondaba al motivo de su reunión.

-"¿Que me puedes decir de la Profesora Camila Cohen?" Preguntó abruptamente mientras ella comenzaba a hablar del clima. No hubo mucho tacto en la cuestión, más bien pareció muy acelerado.

La rubia se extraño pero aun así, comenzó a hablar sobre lo que sabía de su hoja de vida laboral, así como lo inteligente y profesional qué era. Pero de nueva cuenta Archivald Daniels le interrumpió. -"Eso lo puedo saber si coloco su nombre en algún buscador de Internet, quiero saber algo mas" Hablo ahora sin dejar de esconder su fastidio por el tiempo que le hacía perder la mujer en cosas que no ocupaba saber y menos le interesaban.

-"Bien señor Daniels, no creo entender que es exactamente lo que quiere saber de la Profesora Cohen" Dijo simplemente la rubia aclarandose la garganta y no sintiéndose cómoda con el rumbo que tomaba la conversación.

Archivald hizo un sonido de desaprobación con su boca antes de responder. Su mandíbula estaba tensa lo que hacia notar su enojo. -"¿Quien es la mujer que ahora vive con ella?" Fue al grano fingiendo no conocer a Lauren, Dinah sabía de la existencia de aquella mujer que hace un par de días cuando fue a visitarla, Camila le presento como su pareja, y así se lo hizo saber al coleccionista, quien apretó los puños y la mandibula.

-"Eso no puede ser, dos mujeres es asqueroso" Mencionó aun incrédulo pero hirviendo por dentro.

-"¡Por Dios! Señor Daniels ¿En siglo vive?" Preguntó retoricamente Dianh mientras negaba en desaprobación al desatinado comentario del hombre.

Archivald podía sentir su sangre hervir, estaba seguro que sus colmillos se estaban haciendo evidentes, y probablemente sus ojos ahora mostraban aquel color rojos caracterisco, que generalmente tomaban cuando no podía controlar su humor o su sed de sangre.

Y ahora podía jurar que experimentada ambos sentimientos, pero estaba seguro que no deseaba beber cualquier sangre, quería clavar sus colmillos en el cuello de Camila Cohen, quería destrozar su traquea y verla desangrar lentamente hasta morir.

Su vivida imaginación le mostraba a una castaña perdiendo la vida lenta y dolorosamente, perdiendo el brillo de sus ojos hasta que su respiración se atascara y su corazón parara. Pero el sonido estrenduoso de una silla cayendo lo trajo a la realidad. Una realidad donde Dinah Henson lo veía con ojos inyectados de panico. Con el brusco movimiento logro llamar la atención de varios clientes que se encontraban rodeandolos. Pero los años lo habían vuelto demasiado sigiloso, y hábil. Por lo que rápidamente volvió a su aspecto normal, mirando directamente a los ojos de la mujer rubia dijo. -"Cálmese Porfesora Henson..." Fue una orden, la siguió observando largos segundos, la mujer parecía hipnotizada por aquella mirada qué la convencía de que todo estaba bien. De pronto con ayuda de un mesero levanto la silla y volvió a sentarse frente a el como si nada hubiera pasado.

El le sonrió complacido. Aunque ya no le necesitaba para nada. Simplemente se despidió de ella. Sus planes ahora solo eran separar a aquellas dos mujeres a como diera lugar.

LA SANGRE MALDITADonde viven las historias. Descúbrelo ahora