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—Es hora de despertar, JiMin.— insistió YoonGi, intentando por tercera vez despertarlo. Estaba moviendo al chico de una manera un tanto brusca, ya se había hartado de que no reaccionara a sus llamados.

—Déjalo dormir.— opinó Agust, rodeando el pequeño cuerpo con más fuerza para que el mayor no los molestara. Claramente, él ya le había escuchado desde la primera ocasión y quería que JiMin descansará más tiempo.

—¿Le hiciste algo mientras dormía?— curioseó YoonGi, mirando las notorias ojeras bajo los ojitos cerrados del menor.

—Tuvo algunas pesadillas y vine a cuidarlo, solo eso, no seas pesado.

—Yo también quiero dormir con ustedes ¿Por qué no me invitaron?— interrogó Suga, entrando repentinamente al cuarto y lanzándose a la cama, con lo cual JiMin terminó despertando —Oh, lo siento.

—Por eso nunca te invitamos.— dijo Agust irritado, picándole la frente con un dedo.

JiMin los escuchó y sonrió, se sentía bien despertar acompañado. Se separó del pelirrubio y se estiró para ponerse de pie y caminar hacia el baño. Sin embargo, fue detenido por YoonGi, quien extrañamente comenzó a revisarlo de pies a cabeza con sumo detalle.

—¿Sucede algo?

—¿Comiste la sopa que SeokJin te dio anoche?

JiMin asintió —Claro, estaba deliciosa y eso me recuerda que debo agradecerle.

—Haz lo que tengas que hacer y luego vas a la sala principal, tenemos hablar.— señaló YoonGi con un tono bastante serio, ya que había notado que el menor tenía algunas manchas oscuras en la piel, la mordida en el hombro que recibió y lo peor era lo pálido que se encontraba.

—No lo asustes, Yoon.— reprochó Suga, abrazando al peli rosa y arrastrándolo al baño —No le hagas caso, se despertó con el ala izquierda.

—Si cuando pasa eso, pues se pone así de gruñón.— agregó Agust, metiéndose primero al baño que ellos.

Tanto Suga como JiMin se detuvieron y esperaron a que dijera algo más, YoonGi a lado de ellos negó y viro los ojos, estresado con todas las acciones que habían hecho los menores en menos de media hora.

—¿Vas a usar el baño?— preguntó amablemente el peli rosa con sus mejillas sonrosadas, él podía ir al de otro cuarto de ser así.

—Vamos.— corrigió Agust, sacándose la camisa blanca que llevaba puesta, su pálido torso quedó al desnudo y JiMin solo pudo apartar la mirada nerviosamente —Hay que ahorrar agua, en este castillo vivimos más de cincuenta vampiros.— señaló el rubio con picardía.

YoonGi no lo tolero más, se introdujo al baño, tomó a Agust de la oreja y lo sacó a rastras. Acto seguido aprovechó y también tomó a Suga de la oreja y lo alejó de JiMin, ambos menores hacían muecas de dolor. Poco importó porque el pelinegro los remolcó fuera de la habitación mientras los regañaba, diciéndoles que debían comportarse y que eran un dolor de culo.

Cuando JiMin se encontró totalmente solo, no pudo evitar reírse, entró a la ducha y se bañó lo más rápido que pudo para dirigirse hacia donde los hermanos Min debían estarle esperando. Casualmente SeokJin se encontraba con ellos, el castaño apenas lo vio, realizó una mueca de confusión, parecía que algo andaba mal y él no sabía de qué se trataba.

—Toma asiento, por favor, Minnie.— pidió Suga, señalando el lugar vacío a su par, haciéndole reaccionar.

—¿Qué sucede?— dudo, acomodándose en el asiento.

—Necesitamos hablarte de la maldición que tienes encima, SeokJin nos comentó que ayer querías ir a tu hogar y claro que puedes hacerlo, pero tienes que saber que siempre debe estar alguno de nosotros contigo.— comenzó a decir YoonGi — Primero debes estarte alimentando de manera adecuada.

𝕰𝖙𝖊𝖗𝖓𝖆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora