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(3/?)

JungKook quiso decirle algo a YoonGi antes de que se fuera, pero no pudo, no tenía el valor suficiente de hacerle frente a sus errores en este momento. Lo único que hizo fue asentir sin poder mirarle a la cara, unió sus manos y las apretó con fuerza, fue tanta que estas enrojecieron por la presión ejercida. Se estaba autocastigando, puede que como reflejo.

Agust suspiro al ver lo que estaba haciendo, era consciente de lo difícil que sería de ahora en adelante por todo lo que había pasado, sabía que sus hermanos estaban muy enojados, pero ahora tenía a JungKook y debía ver por él también. Optó por quedarse un poco a su lado, le tomó una de sus manos y esperó a que su hijo lo mirara para sonreírle ligeramente, lo atrajo hacia él y lo envolvió en sus brazos para darle un cálido abrazo.

—Hablaré con ellos ¿Puedes esperar?— preguntó Agust, tomando por el hombro a JungKook y alejándolo de a poco para mirar su expresión.

—Ve con tus hermanos, yo necesito a JungKook.— comentó HoSeok, acercándose a ellos, había estado viendo todo a una distancia considerable y no se había querido entrometer, aunque sabía que ambos lados necesitaban tiempo.

Agust asintió —Por favor cuida de él y regresen.— pidió mirando a su hijo al decir lo último, temía que JungKook se fuera nuevamente, no quería que lo hiciera, su lugar ahora era con ellos.

—Ve.— le concedió HoSeok con una sonrisa extensa —JungKook, tú ven conmigo, hay dos almas esperando a ser guiadas para continuar su ciclo.— agregó el mago una vez que Agust se fue.

JungKook no comprendía muy bien a qué se refería, lo miró al rostro un poco y asintió lentamente, como si intentase adivinar. No sabía nada sobre almas, lo que sabía y había aprendido fue inculcado por los religiosos y esa era la palabra (biblia) con muchas limitaciones.

—Tranquilo, yo no te juzgaré sobre nada de esto.— aclaro HoSeok, enternecido por la mirada brillosa del menor —TaeHyung está aquí, ha seguido los restos de SeokJin y está esperándolo para descansar juntos, como es debido.

—¿Hablas de la pareja?— dudo JungKook en un hilo de voz, sintiendo pena pura de sus acciones.

HoSeok asintió —Así es, los cuerpos que no son enterrados o quemados permanecen atados a este plano, es como si no les diesen un descanso y según TaeHyung, SeokJin sigue aquí ¿Es verdad?

—El cuerpo del neonato Kim está aún en el bosque, cerca del lago, eso es lo que me dijo NamJoon cuando nos separamos para realizar las tareas que nos encomendaron.

—Bien, busquemos el cuerpo, quemémoslo y habremos terminado.

JungKook no supo qué responder, siguió los pasos del mago sin volver a decir una sola palabra y fue así como ambos se dirigieron al bosque para buscar el cuerpo de SeokJin. En su mente estaba el hecho de que NamJoon tampoco fue quemado o sepultado, su cuerpo estaba en el pasadizo aún y no sabía si podía darle la despedida adecuada ¿Lo tenía siquiera permitido? ¿Se merecía su amigo un descanso como decía el mago? Todo era muy confuso en estos momentos para él, terminó en el bando contrario y eso no se lo había imaginado ni una sola vez en sus quinientos años.

Nunca le había pasado por la mente que todo lo que le decían fuese mentira, probablemente si hubiese sospechado un poco, hubiera intentado descubrir las cosas más a fondo y encontrar la verdad. Sin embargo, no pudo y aunque hubiese intentado, no podría porque los sacerdotes siempre lo tenían en la mira, limitado de todo lo que lo rodeaba, ni siquiera solía salir del Vaticano, más que para misiones ocasionales. Tampoco era como que tuviera alguna forma de contactarse con los Min o alguien más que no fuesen personas de la iglesia, era casi como un rehén y ahora entendía que realmente era así.

𝕰𝖙𝖊𝖗𝖓𝖆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora