Final
—¿C-cómo...? — balbuceo Agust totalmente impactado.
JungKook le sonrió con picardía, alzó los hombros y le restó importancia. No estaba en sus planes ponerse a discutir, aquel hombre lo había abandonado y dejado a su suerte. No quería ni necesitaba más explicaciones, creía ciegamente en lo que le habían inculcado.
Suga y YoonGi se mantuvieron quietos mirando alternadamente a los cazadores, no podían hacer nada debido a la amenaza con la vida de JiMin y ni siquiera podían pensar algún plan para ponerse de acuerdo porque no sabían si JungKook leía las mentes como ellos.
¿Qué clase de fuerza tenía Min JungKook después de haber nacido como vampiro? Era algo que desconocían absolutamente porque ellos eran creados, formados a través de un trato y eran completamente demonios. Pero JungKook era diferente, provenía de Hilda y Agust, una combinación de humana y vampiro, por ende, podría ser más fuerte o más débil. Era una variable de opciones y no podían asumir nada porque, aunque ellos no podían morir... JiMin si y su vida era un costo muy alto a pagar para descubrir cuál era la verdad.
Los hermanos Min sabían que no era broma, que no venían para buscar un acuerdo o pedirles algo de buena manera pues desde el momento en que entraron al pasadizo pudieron distinguir la cabeza de SeokJin en el suelo. Era claro que JungKook y NamJoon venían con un propósito en mente, planeaban dañarlos y romper el supuesto acuerdo de paz que tenían con el Vaticano, por eso atacaron en su momento de vulnerabilidad.
Los cazadores aprovecharon la luna roja para asesinar a TaeHyung y SeokJin, al neonato le sacaron la información del pasadizo mediante tortura y la habilidad del tatuaje de Jungkook. NamJoon se encargó de incitar a los pueblerinos y quemó el bosque para mantener ocupados a los hermanos Min con una trampa de humo literalmente.
Finalmente, tras hacer todo eso, se encontraban seguros de que estarían encargándose de lo demás y el árbol de la vida estaría desprotegido, el que encontrarán a JiMin allí también solo fue una coincidencia. El Vaticano había pedido explícitamente que JiMin fuera llevado a ellos para"liberarlo y ayudarlo", pero la realidad era que querían investigar cómo es que poseía dos almas. Nuevamente intentaban tomar una vida como conejillo de indias y experimentar con él hasta saciar su curiosidad ante lo desconocido y aberrante para con su creador.
JungKook tenía el interés dirigido a acabar con su supuesta familia y NamJoon en saciar sus dudas sobre la doble existencia de JiMin. A ambos les convenía totalmente a su manera lo que estaban haciendo y lo que resultará de ello no les importaba.
—Vamos a hacer lo siguiente...— comenzó a decir JungKook como si fuese una propuesta —Quemaremos el árbol y el lago, los mataremos, tomaremos a su zorra y la llevaremos al Vaticano.
Agust negó —No vas a hacer nada de eso JungKook, debemos hablar.
—No hay nada que hablar y claro que lo haré... lo haremos.— siseo dándole una seña a NamJoon, que rápidamente entendió el mensaje entre líneas.
Las palabras de Agust sin querer solo fueron la motivación necesaria para provocar que JungKook lanzará la antorcha que tenía en su mano hacia el árbol. Rápidamente las hojas, frutos y ramas ardieron, comenzó a desmoronarse y luego las llamas se unieron al lago de sangre trazando a su alrededor un círculo que impedía el paso. Todo eso mientras que del otro lado de la habitación YoonGi y Suga no sabían qué hacer o cómo reaccionar, sin el árbol de la vida. No podrían traer de regreso a JiMin. Ahora simplemente les quedaba salvarlo y mantenerlo a salvo, pero ¿Cómo si al mínimo movimiento NamJoon podría asesinarlo sin más?
Agust, Suga y YoonGi habían entrado en un deja vu, nuevamente estaba pasando, perderían a su Eternâ. Esta vez no estaban dispuestos a dejarlo pasar, se habían enamorado y el sentimiento era real. JiMin había logrado hacerlos sentir, había devuelto la calidez a sus corazones y más encima de eso les había dado el control de sus instintos, era su todo. Nadie, más que Hilda lo había logrado, de entre todos los reencarnamientos era él y eso no lo podían perdonar. Ya no solo era cuestión de dejarlo morir y esperar un nuevo Eternâ, ellos ya no querían otro.
Ya no era por Hilda... Era por JiMin, el chico que poco a poco se había ganado un lugar en sus corazones y que sin saber se había adueñado de sus existencias.
—Suéltalo.— exigió YoonGi desesperado, no deseaba que JiMin saliera herido y a este paso parecía inevitable.
NamJoon se río de las expresiones preocupadas que tenían ambos hermanos, mordió con sus colmillos la aperlada piel y arrancó un trozo de ella. La sangre comenzó a salir por chorros de la yugular, JiMin jadeo ante el dolor, se retorció con fuerza intentando escapar y su vista se nublo en cuestión de segundos.
Suga fue quien reaccionó casi al instante y usando sus habilidades se lanzó contra NamJoon, quien para ese momento ya había tirado el cuerpo de JiMin hacia un lado como si fuese nada. YoonGi entró en shock y apenas logró moverse para tomar a JiMin y evitar que golpeara contra el piso. Le reviso el pulso, chequeo su cuerpo con la mirada y no había nada que pudiera hacer.
Agust al ver lo sucedido hizo el amague de ir con ellos, verificar a JiMin y ayudar a sus hermanos, pero JungKook no se lo permitió tirándole una patada que apenas logró detener con su mano. Ambos empezaron a pelear, la fuerza entre ellos parecía equilibrada, pero la verdad es que Agust estaba reteniéndose, se negaba a hacerle daño a su hijo. JungKook se dio cuenta que no estaba yendo en serio, su padre solo estaba protegiéndose y no atacándolo, eso lo llenó aún más de rabia. La velocidad y la fuerza de sus movimientos aumentaron al punto de provocar heridas en su padre, pero aun así él no se defendió y en cambio intentaba detenerlo.
JiMin para esos momentos ya estaba frío, su cuerpo perdía fuerza con rapidez y cayó en cuenta de que moriría. Su labio inferior tembló y lo mordisqueó con la poca fuerza que tenía, intentando así apaciguar su miedo de morir. Los traqueteos de las peleas a su alrededor tan sólo eran sonidos lejanos, lo único en ese momento que podía escuchar era su propia respiración y los escasos latidos de su corazón.
YoonGi estaba congelado, fue quien desde un inicio dijo que JiMin moriría, quien recomendó a sus hermanos que no se encariñaran con él y ahora que estaba perdiéndolo parecía una maldita pesadilla. La desesperación llenó su ser por completo, apretó el pequeño cuerpo contra sí y se dirigió hacia su cuello. Mordió su propia lengua adrede para sangrar y comenzó a lamer la herida que había en la yugular. La sangre podía curar a JiMin como lo había hecho antes, pero esto ya no era un rasguño o una simple debilidad, era un corte profundo y directo que lo estaba desangrando rápidamente. Pese a saberlo, lo intento,
ayudarlo durante varios segundos y nada sucedió, completamente destruido comenzó a llorar.
JiMin fue consciente de lo que estaba haciendo, en su poca lucidez y debilidad alzó su manita para tomarle el rostro y sonreírle ligeramente. Quería tranquilizarlo, decirle que no se preocupara, que todo estaría bien, que no se sintiera culpable y muchas cosas más, pero su voz no salía.
—L-los amo.— susurró tras mucho esfuerzo junto a un suspiro que fue su último aliento.
YoonGi observó como los ojos avellana de JiMin perdían su luz, como poco a poco se iban cerrando y acto seguido dejaba de respirar. La mano que le acunaba el rostro cayó y él la sostuvo, le dio un casto beso en el dorso y la pegó a su frente.
—Te amamos, JiMin, siempre, por la eternidad lo haremos.
¿Se creyeron que era el final jajaajajajaa? vamos en el 5 del maratón, no se me asusten, aunque yo ando llorándole a JiMin 😭
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𝕰𝖙𝖊𝖗𝖓𝖆
FanfictionLos hermanos Min están malditos por la eternidad, condenados a sentir una sed insaciable y a sucumbir a sus instintos demoníacos. Su única salvación para no perderse totalmente es encontrar a su Eternâ, JiMin, quien posee la sangre de su primer amor...