Reinicio.

159 7 3
                                    

Me desperté al día siguiente y Neymar seguía dormido a mi lado. No pude evitar sonreír, a pesar de todo lo que pasamos aquí estamos juntos. Me sentía mejor, ya los morados de mis brazos se estaban borrando y Neymar me daba pastillas todos los días para mejorar. No siempre las tomaba de la mejor manera pero él me tiene paciencia. Menos mal. Sonreí.

Me moví para sentir el calor de su piel, y empecé a darle besos por su pecho desnudo, hasta llegar a su cuello. Pude sentir su sonrisa y lo miré. No había abierto los ojos, claramente quería que siguiera lo que estaba haciendo. Y yo felizmente iba a continuar con lo mio.

Bese su cuello, dejando mi marca allí. El soltó un gemido de placer. Entonces abrió sus ojos y me miró,con sus pupilas dilatadas. Sonreí, supe lo que quería, no es como si yo no lo quisiera. Me beso de una manera que me dejaban ganas de más. Entonces tomo mis manos colocándolos por encima de mi cabeza dejandome inmovil. Dios.

Mi respiración se agito. Me empezó a besar el cuello y bajó hasta llegar a mis pechos. Cerré los ojos por el placer que me hace sentir. Siguió bajando hasta llegar cerca de mi vagina y me miró. Me dolía el cuerpo pero puedo con esto, más que poder lo necesito. Así que asentí.

Me quitó la ropa, entonces me miro completamente desnuda. Nada que no haya visto antes, pero su mirada de deseo hacía parecer que era la primera vez que estaríamos juntos.

-Que ganas te tengo, Babygirl -dijo con voz grave. Pude sentir mis mejillas arder.

Lo necesito dentro de mí. Entonces empezó a besarme la vagina, llegando a mi clitorís. Me retorcí de placer. Hace tanto que no sentía tanto placer.

-Ney, por favor. -El se detuvo y me miro con media sonrisa de satisfacción.

Sabe lo que quiero. Lo quiero a él. Lo quiero dentro de mí con tantas ganas. Entonces me levanté y me senté encima de él mientras entraba lentamente en mí. Empecé a moverme encima suyo.

-Hazme tuya -le susurré en su oído y empezó a moverse dentro de mí. No se detuvo hasta que sintió mis piernas temblar. No pude controlarme, me vine muy deprisa. Tenía tantas ganas. Él me besó.

-Te siento como nunca -me dijo y siguió moviéndose dentro de mí, siento que nunca podría cansarme de esto, pero luego de un rato finalmente se vino.

Quedamos los dos viendo el techo de su habitación durante unos segundos. Entonces me miró sonriendo.

-No sabes hace cuanto tenía ganas de hacerte mía -dijo él con media sonrisa y dándome un beso en el cuello. Vi la marca que le deje en el cuello. Es mío.

Sonreí.

-¿Te quedas conmigo en cama? -pregunté. No se si hoy tiene entrenamiento.

-No puedo, My love. -me dijo y le hice un puchero. Me dio un corto beso en mis labios. -Pero te prometo, que trataré de regresar rápido. Ahora, es hora de tu medicina.

-No -me queje alejándome de él.

Él se levanto para buscar la pastilla que debo tomarme en la mañana y me miró sentando en la orilla de la cama. Sonreí.

-No quiero -volví a quejarme.

-Vamos, Babygirl. Ya yo te dí lo que querías -me miro con una sonrisa burlona.

Lo mire entrecerrando los ojos.

-Yo te dí lo que tú querías -le pelee.

-Yo solo me deje seducir -respondió.

Así que en esas estamos. Asentí.

-Esta bien. En ese caso, tal vez es mejor dejar las mañanas solo para desayunar y hablar...

4 AñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora