El pasado.

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-Interesante. -sonrió mirándome como si estuviera desnuda. Sus ojos se detuvieron unos segundos en mis labios.

-También me encanta hacer piojitos -dije para cortar la tensión que había entre los dos. Él frunció el ceño. 

-¿Qué es eso? 

-Pues, es como hacerte cariñitos en la cabeza. -le respondí.

-A ver, muestrame como es. -me dijo con una cara que indicaba que no entendía muy bien de qué trataba.

Me puse nerviosa, hacerle piojito era acercarme a él de una manera parecida a cuando me abrió la puerta del carro desde dentro, y se siente muy intimidante. 

-¿Qué sucede? -me preguntó sacándome de mis pensamientos. Sonreí para fingir que no pasaba nada.

-Solo pensaba en lo extraño que es el que no sepas de qué trata.

-¿Te estas burlando de mí en tu cabeza? -preguntó burlón. 

-Es posible -sonreí poniendo los ojos en blanco y me levanté de mi silla acercándome a él. Me senté en una orilla de la silla en donde él estaba, mientras su mirada seguía todos mis movimientos. -. ¿Me permites? 

-Lo que quieras. -Dijo en un tono bajo. Mis ojos cruzaron los suyos y tragué saliva. 

Mis manos temblaban un poco por mis nervios pero no creo que lo vaya a notar. Las puse sobre su cabello. 

-Cierra los ojos. -le pedí. A estar tan cerca y observando no iba a ser capaz de hacerlo. Él me hizo caso y sonrió mientras mis manos se movían por su cabello. 

-Se siente muy bien. -dijo aún con los ojos cerrados.

-Lo sé, es maravilloso. -mencioné mientras mis manos seguían moviéndose. Él abrió los ojos. Me detuve. 

-Tienes manos muy suaves. -busco mis manos, primero con la mirada y luego con sus manos las tomó sintiendo mi piel. La piel de sus manos se sienten un poco ásperas, con un poco de cayos. 

Mi mirada estaba en nuestras manos, cuando la levanté, noté que de nuevo esta mirando mis labios. 

Me levanté muy rápido. 

-Sabes, creo que ya debo irme. -me odiaba por hacer eso, pero me sentía increíblemente culpable con Caro.

-¿A donde? -sabía que estaba evitando que me fue con esa pregunta.

-Mañana debo levantarme temprano -dije 

-¿Porque? 

-Voy a salir con unos amigos de Río. -no era mentira. La mayoría de las personas que conozco en brasil, están allá y quedamos en vernos, solo que no temprano. 

-Super, ¿y en que te vas? -preguntó curioso, mirándome.

-En bus. -respondí. 

-¿Que tal si te llevo? -preguntó y yo estaba apunto de decir que no -digo, no tengo nada que hacer. Tengo un chofer, además te demoraras mucho menos, vas a ir más cómoda y puedes elegir el horario. 

Demonios, era un oferta muy tentadora. Él lo sabe, por eso está sonriendo convencido de que voy a decir que sí. Que ganas de decirle que no solo por llevarle la contraria. 

 -No quiero incomodar. 

-No lo harás. -respondió rápidamente, todavía sonriendo. 

-Pero se supone que debes guardar reposo por tu lesión. -dije poniéndome nuevamente.

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