Neymar se despidió de Davi y este parecía triste de que su padre se fuera, sin embargo, le dijo algo que lo alegro enormemente. No pude evitar sonreír ante esa escena. Mientras tanto Jefferson se quedo a mi lado.
-Oye, ¿te gustaría salir a hacer algo? -seguí sonriendo por la escena, pero le mire y sonreí más. ¿Porque no hacerlo? Asentí.
Me dio su celular y grabe mi número.
Salimos en búsqueda del auto de Neymar, pero claramente el no podría manejar. Amancio tampoco manejo, para mi sorpresa.
-Así que Colombiana, que busca por aquí. -me dijo Neymar apenas el auto se puso en marcha.
No se porque me puse nerviosa, mi corazón empezó a latir más rápido. Sonreí para tratar de ocultarlo. Un cabello estaba en medio de mi cara e hizo un movimiento para quitarlo.
-Eh, bueno, tuve una conexión con el país cuando viví aquí. De hecho, no me pude ir y fue increíblemente difícil dejarlo. A veces, hasta más que mi propio país. Solo a veces.
Neymar sonrió.
-Bueno, Brasil tiene su encantó.
-Ya lo creo. -mencioné. -Hay mucho más que me gustaría conocer.
-¿Y porque te fuiste? - preguntó Amancio.
-Bueno, una muy buena oferta laboral, el tener que mantenerme sola y una presión social por tener que hacer algo con mi vida. -dije, Neymar y Amancio rieron un poco.
-Vaya sinceridad. -dijo Amancio entre risas. Sonreí. El mechón de cabello nuevamente me estaba tapando la cara.
-Bueno, si dijera otra cosa sería mentirme a mi misma y no quiero eso. -mencione sonriendo.
Dejamos a Amancio en su casa y seguimos el camino.
-¿Donde te estas quedando? -preguntó Neymar.
-En Mont Blac. -le respondí. De repente el auto fue un poco más rápido.
Neymar me miro.
-Entonces, ¿donde vives ahora? -preguntó el curioso. Antes de responder noté que su mano se acercaba a mi cara y no pude evitar dar un respiro profundo.
Lo mire a los ojos, pero él miraba mi mechón de cabello que aún no había acomodado. Lo tomo entre sus dedo y lentamente lo puso detrás de mi oreja. Dejo su mano allí un segundo y miro mis ojos, estaba sonriendo un poco. Finalmente dejo caer su mano rozando parte de mi cuello. Sentí la piel caliente. Tampoco lograba controlar mi respiración. Rápidamente me di cuenta que esperaba que le dijera algo.
-¿Perdona?
Rió un poco bajando la mirada y luego me la devolvió. Fue increíblemente difícil no quitársela.
-Te había preguntado en donde vives ahora.
-Ah. -Me relajé un poco. -Cuando me fui, viví en España un tiempo muy corto. Rápidamente me trasladaron a París y he vivido allá durante un poco más de dos años.
-Interesante. -dijo él sin dejar de mirarme. -¿Sabes que yo estoy allá gran parte del tiempo?
Fruncí el ceño.
-¿Como? -El sonrió con un poco de burla y diversión en sus ojos.
-Yo juego en el PSG. En París. -me explicó.
-Oh, que mundo tan pequeño. Discúlpame, soy un poco despistada con el fútbol. Aunque, bueno, no es que me hubiera cruzado contigo allá fácilmente. Digo, es increíble ya que me cruzara contigo aquí.
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4 Años
Fiksi PenggemarLa espera de 4 años para vivir el mundial termino, pero nunca pensé que iba a tener un ex-novio que jugara en este.