Sorpresa

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Todavía tenía unos días de vacaciones, así que al día siguiente Pauli se tuvo que ir a trabajar, dejándome allí aburrida durante el día. Neymar también estaba libre pero todavía no me había escrito, supongo que la fiesta terminó tarde. Igualmente nos vamos a ver en la noche, dijo que vamos a ir a cenar.

Cocine algo y me puse a ver películas esperando que pasara el tiempo, llame a mis padres para comentarles como había sido el viaje. Ellos no saben nada sobre Neymar porque pues realmente estamos como en una prueba piloto. El día pasó lentisimo, y me había quedado dormida. 

-¿Gab? ¡Gab! ¿No es tarde? -preguntó. Yo me queje con ella y me acomode para seguir durmiendo, entonces recordé de golpe y abrí los ojos. ¿Que hora es?

-¿Que hora es? -le pregunté

-Las 6:47 pm. 

Mierda. Mire mi teléfono, Neymar me había escrito, le respondí que me estaba arreglando, aunque realmente no había empezado a hacerlo, así que corrí al baño para bañarme. 

-No puedo esperar a que vuelvas al trabajo, es un puto aburrimiento estar allá sin nada que hacer -se quejó Paula, me recordó como lo hacía por videollamadas también y no pude evitar reírme. 

-Pues deberías trabajar... -dije mientras tomaba la toalla.

-Sabes que nadie hace eso -me dijo ella acostada en mi cama. -ojala mi vida fuera interesante como la tuya.

-Yo te dije que pidieras las vacaciones conmigo. 

-Sabes que Caro no qué querría en su fiesta. Tampoco hubiéramos podido salir todas juntas.

-Pero no salí todos los días con ella. ¿Esto esta bien?

-Mejor ponte la blusa negra. Y sí yo sé, pero mira igual si no ibas a estar con Neymar y yo iba a ser mal tercio. 

Me reí. Empecé a maquillarme un poco, y peinarme. Mire el reloj y ya era casi las 8 de la noche. Ya Neymar me había escrito que iba a pasar por mí. 

Paulina me ayudó a arreglarme hasta que estuve lista, justo cuando Neymar me escribió que llegó. Me coloque unas botas bajas negras y tome mi bolso. Mire a Paulina para que me confirmará.

-Estas perfecta, diviértete, de todas las manera posibles. -la mire abriendo los ojos y ella sonrió guiñando un ojo. -La que puede, puede.

Me reí y salí del apartamento, empecé a bajar las escaleras y cuando abrí la puerta allí estaba él. sonreí y lo abracé. Su olor era maravilloso. Él me dio un tierno beso en los labios y me abrió la puerta del auto. Me parecía extraño verlo caminar normal, me había acostumbrado a su lesión. 

-¿A dónde vamos? -le pregunté ansiosa. Me dio media sonrisa mientras colocaba un mechón de mi cabello detrás de mi oreja.

-Es una sorpresa, Babygirl. Te va a encantar. 

-No... ahora tengo más ganas de saber -hice pucheros. Él lo que hizo fue reír y darme un beso. Sentía que nunca me iba a cansar de ellos. ¿Era posible? Su olor tan delicioso no ayudaba.

-No vamos a demorar mucho en llegar. -se excusó él y yo suspire mirando la ventana. Vi que nos acercabamos a la torre eiffel, es una vista de la que nunca me voy a cansar. -Y, ¿adivinaste?

Lo mire con el ceño fruncido y luego mire la vista. En la torre no había cerca restaurantes. Que yo sepa. 

-¿A qué te refieres? 

 Estamos muy cerca de la torre, el auto se detuvo y él se bajó, también me abrió la puerta para que me bajara. Sentía unas mariposas en el estómago, estaba un poco nerviosa por todo. Me tapo los ojos con sus manos y no podía ver nada. 

4 AñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora