YoonGi mira a su hermoso sol brillar en medio del campo. Ra estaba feliz de ver a su hijo junto al faraón. El único digno de merecer su bendición de recibir al pequeño rayo de luz de los dioses egipcios.
JiMin no puede creer todo lo que observa a su alrededor, el trigal es hermoso y sobre todo el sol no quema tanto como para que quiera regresar bajo una sombra, además que la mayoría de segadores le ha saludado con respeto, incluso algunas criadas se acercaron para darle pan y frutas secas.
JiMin las recibió y llegó corriendo hasta faraón para contarle y enseñarle lo que le habían dado. YoonGi acarició su mejilla y besó su frente para dejarlo ir de nuevo junto a la servidumbre, nadie tenía permitido insultar a su amor, mucho menos agredirlo físicamente, todos en el palacio y la tierra de Egipto estaban para servir a su príncipe.
JiMin estaba sorprendido, sabía que la cultura egipcia tuvo esclavos y múltiples de castigos. Sin embargo, nadie parecía atemorizado de que él se acercara, no sabía realmente si se trataba de que YoonGi era un buen faraón o si ese Egipto era tan próspero que no necesitaba de conflictos.
Todos lo saludaban con respeto, y le atendían, nadie había intentado agredirlo, no sabía si era por la cantidad de soldados que habían dentro del trigal o porque lo apreciaban. Su risa se escuchaba y algunos niños se acercaban para saludarlo e invitarlo a jugar.
YoonGi solo lo observaba, era verdaderamente cálido ver a su sol tan feliz, tan hermoso y radiante. Nadie en Egipto podía negar el gran y bondadoso corazón de su esposo. YoonGi estaba ansioso por llegar y hacer su ceremonia de matrimonio, deseaba poder tomar su mano y esta vez sin ningun riesgo o peligro que atentara contra su amor.
JiMin en un momento lo miró, sus ojos reflejaban misterio, no sabía cómo decirle a faraón que venía de otra época, y dudaba que le creyera.
Cuando comenzó a hacer viento, JiMin se estremeció, fue gesto suficiente para que YoonGi se acercara y le indicara que era mejor regresar, por su salud.
- Mi sol tenemos que entrar- YoonGi le dice con cariño. JiMin hace un pequeño puchero, pero mira como todos parecen ir de vuelta a sus hogares, los peqyelos niños se despiden de él con gestos mientras van con sus padres. Asiente y toma la mano de faraón, YoonGi sonríe y junto a todos los guardias caminan de regreso al palacio.
Al llegar la cena ya está lista para que puedan degustarla, YoonGi y él se sientan a la mesa, JiMin está feliz de comer algo tan delicioso, puede presumir que en su paladar gustó de manjares egipcios antiguos.
- Todo está listo para mañana, mi sol...- YoonGi le dice tomando su mano y tocando el anillo de su compromiso. JiMin lo mira sonrojado.
- Estoy ansioso...- confiesa, si es sincero, tiene miedo de lo que pueda pasar, no sabe como su matrimonio con faraón puede afectar el curso de la historia, pero tampoco quiere dejar de verlo, hay algo que le atrae de YoonGi, no puede decribirlo completamente pero se siente como un imán entre ellos.
- Si te sientes cansado, puedes decírmelo, no debes presionarte, todo Egipto sabe de ti, sabe de mi amor por ti, nadie tiene permitido hacerte daño ni decir nada contra ti, amor mío- YoonGi acaricia su mejilla y JiMin le sonríe. Sus ojos se llenan de lágrimas pero también siente algo cálido en su pecho y le gusta.
Al llegar la hora de acostarse, YoonGi y él se quedan mirando un rato el cielo nocturno.
- YoonGi...- JiMin le llama en medio del silencio.
- ¿Qué sucede, mi sol?- pregunta mirandolo, JiMin está apoyado en su cuerpo, él está abrazandolo por la espalda, su amado se encuentra en un estado de relajación, sus ojos delicados se encuentran cerrados.
- ¿Crees en el viaje del tiempo?- pregunta- Que puedas ir de un tiempo a otro, como si existiera una puerta que conectara cada época- explica de la manera más abstracta posible.
- No lo sé, quizás deberías hablarlo con NamJoon- le dice YoonGi, no le extraña que su sol esté interesado en esos temas, JiMin solía pasar mucho tiempo con NamJoon, sobre todo cuando recibía sus lecciones de lectura y escritura.- ¿Por qué lo preguntas, mi sol?
- Pensaba, qué si existía otro mundo, diferente época, lugar y tiempo, dónde tu y yo podamos conocernos, dónde puedas amarme, dónde yo pueda enamorarme de ti cada vez que despierte...- JiMin menciona- Me gustaría... que estuvieras allí, conmigo...
Y de verdad, JiMin lo deseaba, si YoonGi existiera en otra época, en su época, fuera perfecto... sería su esposo en cada lugar... no solo en el Antiguo Egipto.
- Lo que desees, mi sol, así será...- YoonGi se sintió conmovido, su precioso chico lo deseaba tanto como él.
Su corazón se sentía cálido, su JiMin quería estar a su lado.
JiMin por otro lado, sabía que tarde o temprano debía decirle, aunque ahora no está tan seguro de cual es el sueño y cual es su realidad. JiMin de alguna manera siente ausencia cuando debe despertar en su tiempo, es un poco asfixiante el hecho de pensar que quizás su siguiente vez no iba a poder volver.
- YoonGi...- le llama antes de cerrar los ojos.
- Dime...- YoonGi acaricia el brazo de su pareja con cariño. Dejando suaves besos en la mejilla de su sol, que son correspondidos con pequeñas sonrisas adormiladas.
- Te quiero...- dice antes de mirarle a los ojos y besar la nariz del faraón, quien está sorprendido por el gesto. No sabe dónde lo ha visto ni de dónde se le ha ocurrido, pero ya ama el pequeño contacto que genera un cosquilleo cálido en su pecho.
- Yo te amo... mi hermoso sol...
ESTÁS LEYENDO
El Amante del Dios del Sol
FanfictionSolo haría unos cambios de vida... Nada podría salir mal... A menos que, se volviera el dios del corazón de un faraón...